Lo que no se vio del estreno de Leonor y Sofía en Mallorca: dudas y felicitaciones

La princesa Leonor y la infanta Sofía se han convertido en la mejor imagen de la Familia Real en unos momentos complicados para Felipe VI con el rey emérito cuestionado. A diferencia de otros veranos, cuando la agenda del Jefe del Estado se dividía entre su participación en las jornadas marineras de la Copa de Vela que lleva su nombre y las vacaciones privadas de las que se desconocía su itinerario. Este año todo es diferente y nada se acopla a la rutina de agostos pasados. Hay una agenda amplia de trabajo y promoción del turismo donde por primera vez también participan las hijas.

Esta primera salida de la Primera Familia (el 'núcleo duro' que denominan en Zarzuela) ha sido a Petra para visitar la casa natal y el museo de Fray Junípero Serra. Una localidad en el centro de Mallorca que hasta este lunes no habían visitado nunca los titulares de la Corona. La reina Letizia ha comentado que estaba gratamente sorprendida por lo bonito que era y lo cuidadas que se encontraban las casas adornadas con flores en las puertas y ventanas. Habló con varias vecinas a las que transmitió su enhorabuena.

Esta vez las verdaderas protagonistas eran la princesa de Asturias y su hermana Sofía. Para la infanta era la primera salida tras el percance que sufrió este fin de semana en la residencia Son Vent y que la obligó a caminar ayudándose de una muleta.

Pendiente de su hermana

En todo el recorrido la princesa Leonor ha estado pendiente de su hermana, que no se apañaba bien con su nueva situación física. En la casa natal del fraile franciscano a las dos les llamó la atención lo pequeñas que eran las puertas. La explicación que recibieron fue que en aquella época la gente era mucho más baja que ahora. Testigos presenciales aseguran a Vanitatis el cambio que han dado las hijas reales, sobre todo Leonor, mucho más suelta y sin necesidad de que la reina Letizia les marcara los movimientos. “Han pasado de ser niñas a adolescentes, preguntaban lo que les interesaba y escuchaban con atención”.

Por parte de la reina Letizia también han reconocido un cambio de actitud, “se notaba que estaba muy orgullosa de cómo representaban las niñas su papel oficial. Todos se han puesto las pilas”.

La comitiva de esta visita era muy reducida. Además del alcalde, su mujer y varios miembros de la corporación, se encontraba Gloria March, perteneciente a la familia de banqueros, que es una de las principales benefactoras tanto del museo como de la casa donde nació el padre Serra. No faltaron en la visita, como ya adelantó Vanitatis, los dos franciscanos mexicanos que se encargan de las labores eclesiásticas. Fray Carlos Enrique y Fray Carlos Juan saludaron a la reina, que les comentó que cuando era estudiante había pasado una etapa muy bonita en su país.

La visita duró algo más de la hora y media prevista y los reyes y sus hijas fueron agasajados con productos de la tierra, como ellos querían. Entre los obsequios que recibieron estaban las famosas almendras, unas botellas de vino, una de aceite y tres bolsos de la firma Abbacino. Esta empresa mallorquina exporta a varios países de Europa, Estados Unidos, China y Japón. La reina Letizia, vestida de rojo, hizo su propio homenaje luciendo un bolso fabricado con la tela de llengos, típica de la isla.

Fray Junípero Serra fundó misiones en la alta California (San Diego, Los Ángeles, Santa Clara, San Francisco...) y llevó a estos lugares olivos, viñas y almendras. Este fruto seco es el santo y seña de la producción de Petra que se exporta a toda Europa y Latinoamérica. Las niñas Borbón Ortiz recibieron sus almendras, que no probaron. Esa mañana, el alcalde Salvador Femenías había visitado a los pétreos (así se llaman) para que tuvieran las calles bonitas por donde pasaba la comitiva. Así lo contaba una vecina encantada de la visita real: “Nos viene muy bien porque este año el turismo está muy flojo”.