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La reina Isabel II, cada año más rica: las claves de su inmensa fortuna
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FAMILIA REAL BRITÁNICA

La reina Isabel II, cada año más rica: las claves de su inmensa fortuna

La británica es la tercera Casa Real más rica de Europa gracias a 700 años de acumulación y a que ha sabido invertir muy bien su patrimonio en pleno siglo XXI

Foto: La reina Isabel II, en una imagen de archivo. (Getty)
La reina Isabel II, en una imagen de archivo. (Getty)

Lo más normal cuando hablamos de familias reales es que pensemos casi inmediatamente en una cosa: dinero. A fin de cuentas, a lo largo de los años la nobleza se ha caracterizado por la riqueza, ya sea la que han 'ganado' o simplemente aquella que han hecho suya conquistando territorios o uniendo casas con matrimonios estratégicos. Esta tesis ya no es válida para la actualidad, porque hoy en día la riqueza de las coronas se mantiene de una manera muy diferente (y capitalista) de la que seguramente se imaginan.

Ahora bien, al igual que cuando pensamos en realeza resulta casi imposible separarla del componente monetario, cuando hablamos de la familia real por excelencia muy probablemente nos transportemos al palacio de Buckingham, la residencia oficial de la reina Isabel II de Inglaterra. Muy a su pesar, no es un secreto para nadie que la Casa Real británica tiene una enorme (casi vulgar) fortuna, pero no siempre nos hemos detenido a pensar: ¿cómo se mantiene y se hace crecer una fortuna real en pleno siglo XXI?

Contrariamente a lo que se suele creer, no toda la riqueza de la Corona le pertenece de manera directa a la reina británica, sino a quien sea el portador del título que ella tiene desde hace 67 años. Lo que quiere decir que gran parte de estas riquezas, como algunas de las joyas, el palacio de Buckingham, el castillo de Windsor e infinidad de activos más, le pertenecen a quien ocupe el trono, sea quien sea.

placeholder Palacio de Buckingham, en un imagen de archivo. (Getty)
Palacio de Buckingham, en un imagen de archivo. (Getty)

Por este motivo, podríamos diferenciar entre dos tipos de patrimonio de su real alteza: el que solo toma en cuenta los bienes privados y aquellos que estiman un total sumándole a estos los que son propiedad de la Corona. Lo cierto es que hay infinidad de rankings y estudios que han intentado calcular el valor neto de la Corona inglesa, pero resulta casi imposible establecer un número exacto. El ranking del 'Sunday Times' llega a cuantificar 412 millones de euros de patrimonio privado, mientras que otros cálculos que suman las propiedades de la Corona estiman que el patrimonio real asciende a unos 14.300 millones de euros.

Lamentablemente no es posible establecer un número exacto porque la reina Isabel no está obligada a dar información sobre su patrimonio y tampoco a pagar impuestos (aunque lo hace desde 1993). Por este motivo, los Papeles del Paraíso dejaron anonadados al mundo entero cuando entre sus listas de evasores de impuestos en paraísos fiscales se hallaba la reina de Inglaterra. Y aunque imaginarnos a la mismísima reina Isabel llegando a las Islas Caimán con 7,5 millones de dólares para invertirlo en un fondo pueda resultar una imagen de lo más simpática, todo se hizo a través del ducado de Lancaster, que forma parte de su patrimonio privado.

Sí, son confusas todas las fuentes que alimentan año tras año el patrimonio de la Casa Real británica y que la posicionan como la tercera familia real más rica de Europa. Vamos a esclarecer esa confusión detallando las claves de la riqueza de la reina Isabel II de Inglaterra:

Ducado de Lancaster

Es la fuente privada de ingresos más antigua de la reina Isabel II, ya que ha sido heredado de monarca en monarca desde 1399. Todas las ganacias del ducado son las que conforman la Bolsa de Gastos Personales de la Corona (Crown Privy Purse), que se destina entre otras cosas al mantenimiento de las residencias reales y a los gastos personales y oficiales de la Corona.

El ducado agrupa bajo un solo nombre al total de propiedades con las que se ha hecho la familia real a lo largo de 700 años. Dichos activos van desde 18.000 hectáreas de tierras hasta minas de caliza y piedra arenisca, pasando por supuesto por propiedades inmobiliarias (muy) rentables. El manejo de estos bienes (como los 9 castillos del ducado) ha sustentado a la Corona desde el siglo XVIII y generó una ganancia de 22 millones de euros el año pasado.

La 'pequeña' mina de oro era el secreto mejor guardado de la reina Isabel II, ya que el ducado de Lancaster era desconocido hasta que los Paradise Papers revelaron las inversiones del mismo en un fondo en las Islas Caimán.

placeholder Fachada delantera del castillo de Lancaster, en una imagen de archivo. (Cordon Press)
Fachada delantera del castillo de Lancaster, en una imagen de archivo. (Cordon Press)

Crown Estate

Uno de los puntos más curiosos (y beneficiosos para Inglaterra) de la riqueza de la reina Isabel II comenzó en 1760 porque el rey George III estaba cansado de pagar por los gastos del Gobierno civil y por las deudas acumuladas de reyes anteriores. Como consecuencia de esta 'pereza' surgió el acuerdo con el Parlamento, donde las ganancias generadas por las tierras de la Corona serían destinadas al Tesoro y el rey recibiría un pago anual.

El Crown Estate se define a sí mismo como una “empresa especialista en bienes raíces con un portafolio de activos de gran calidad y con ubicaciones estratégicas”. Y sobre la calidad de las propiedades no hay duda alguna ya que administra las tierras reales (106.000 hectáreas de granjas y 11.000 de bosques), propiedades valoradas en 16,7 billones de euros (en Londres, Escocia, Gales e Irlanda del Norte) y nada más y nada menos que el fondo marino de todo el país.

Para que nos pongamos en situación, prácticamente la totalidad del St James Market y de la Regent Street de Londres, una de las arterias comerciales por excelencia de la capital británica, es propiedad del Crown Estate, así como el palacio de Buckingham y el castillo de Windsor. Es por este motivo que la mayor parte de los ingresos de la real hacienda británica son generados por el arrendamiento de propiedades, ¿se imaginan a la reina Isabel II de casera?

Por otro lado, la mina de oro que ha hecho crecer los ingresos generados por el Crown Estate corresponde al arrendamiento de partes del fondo marino a compañías energéticas para la construcción de alrededor de 30 parques eólicos en alta mar.

Técnicamente, la reina británica es la arrendadora de estas propiedades, porque a pesar de que no las maneja, figura como titular de las mismas y recibe el 15% de las ganancias que genera la administración de las fincas. Y aunque dicho porcentaje parezca poco, definitivamente no lo es: en 2019 le correspondieron a la reina casi 50 millones de euros (con un excedente del 10% para reformar el palacio de Buckingham) y el Crown Estate le pagó un total de 382 millones de euros al Tesoro por el periodo 2017-2018.

Alan Reid, el que fue tesorero real hasta 2017, asegura que, según los datos del año 2016, los gastos de manutención de la monarquía fueron equivalentes a 65 céntimos por persona en el Reino Unido. Lo cual nos podría llevar a asegurar que la monarquía británica, si no es la más rentable de Europa, definitivamente es una de las que más se acerca a serlo.

Propiedades privadas

Como era de esperar, la reina también posee un amplio abanico de propiedades privadas que ha heredado. Es el caso del castillo de Balmoral, donde la reina veranea, y el castillo de Sandringham, donde pasa las Navidades con su familia. Todos los ingresos que generan ambas propiedades (turismo, eventos, etc) le pertenecen.

En cuanto a sus joyas, se debe distinguir entre las que forman parte de su colección personal y aquellas que son de su propiedad solo mientras ocupe el trono. Las joyas personales no se sabe en cuánto están valoradas, pero las reales se estima que tienen un valor de entre 3.500 y 5.500 millones de euros. Por otro lado, como si fuera poco, al patrimonio personal debemos sumarle las obras de arte y la colección de sellos postales que ha permanecido en la familia real desde el siglo XIX.

placeholder Castillo de Balmoral, en una imagen de archivo. (Cordon Press)
Castillo de Balmoral, en una imagen de archivo. (Cordon Press)

Toda una ‘broker’

Esto probablemente sea lo que más sorprenda, ya que una de las partes importantes del patrimonio de la reina de Inglaterra es la que le generan sus acciones en importantes empresas privadas. Según el 'Sunday Times', las acciones de las que es titular tienen un valor en bolsa de 154 millones de euros. Definitivamente, la reina Isabel II sabe muy bien dónde invertir su dinero.

Lo más normal cuando hablamos de familias reales es que pensemos casi inmediatamente en una cosa: dinero. A fin de cuentas, a lo largo de los años la nobleza se ha caracterizado por la riqueza, ya sea la que han 'ganado' o simplemente aquella que han hecho suya conquistando territorios o uniendo casas con matrimonios estratégicos. Esta tesis ya no es válida para la actualidad, porque hoy en día la riqueza de las coronas se mantiene de una manera muy diferente (y capitalista) de la que seguramente se imaginan.

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