Rey Juan Carlos, un año de su operación: 6 días de unión familiar que no se repetirán

Preocupaba su salud y ese era el asunto principal a nivel humano, sin embargo, a nivel informativo había otros ángulos que tener en cuenta y el más importante era el estado de las relaciones familiares de la familia Borbón y Grecia, apenas tres meses después de que el rey Juan Carlos se retirara por completo de la vida pública, una decisión que había comunicado a su hijo, Felipe VI, en mayo y que se hizo efectiva el 2 de junio del año pasado.

En efecto, el 25 de agosto de 2019, el Rey emérito era sometido a una intervención coronaria programada después de una revisión rutinaria (se le implantó un triple bypass), pero su edad, 81 años, era una importante variable a tener en cuenta. Todo salió a la perfección, como ya anunciaban tras la intervención esa misma mañana su hijo y su madre, la reina Sofía: "Está en buenas manos", aseguraba la emérita con una sonrisa que denotaba tranquilidad y alegría.

A partir de ese momento, además del devenir de su salud, del que se informaba puntualmente con partes médicos esperanzadores y positivos, comenzó un rosario de visitas familiares, pero la más significativa fue la de la infanta Cristina al día siguiente, acompañada por tres de sus hijos, Miguel, Juan e Irene. Fueron apenas unos minutos los que permanecieron dentro del centro hospitalario, pero lo suficientemente significativos como para afirmar que se había roto ya de una manera definitiva el 'cordón sanitario' familiar en torno a ella por su imputación en el caso Nóos y la entrada en la cárcel de su marido, que cumple prisión en la actualidad en Brieva. Como decimos, casi tan significativa como cuando posó en la foto oficial de la celebración del 80 cumpleaños de la reina Sofía, que era interpretado como un inequívoco signo de su rehabilitación pública.

Aun más, en esos días se evitó cuidadosamente que no coincidiera con los reyes Felipe y Letizia, ya que se hubiera producido una situación altamente significativa, y de nuevo acudió a la clínica al día siguiente, esta vez en solitario, y una vez que su padre ya había sido trasladado a planta y las noticias eran excelentes (lo que explicó que su visita fuera mucho más extensa). Unos minutos antes había llegado su hermana Elena, acompañada por sus dos hijos, Froilán y Victoria Federica, y en el interior se encontraba la reina Sofía, pero tampoco hubo un testimonio gráfico posterior de todos juntos.

Así fue. Los Reyes llegaron al hospital con sus dos hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, unos veinte minutos después de que se marchara la infanta Cristina, cuya presencia en España (había vuelto de pasar unas vacaciones familiares en Estados Unidos) era una sorpresa relativa, ya que don Felipe había anunciado que iban a visitar a su padre "todos", y ese "todos" incluía implícitamente a su hermana.

Cuando el día 31 el rey Juan Carlos recibía el alta, atendía desde el coche amablemente a la prensa, con una de sus coloquiales frases que tan populares se habían hecho a lo largo de los años: "Estoy sin dolores y con cañerías nuevas", aunque subrayaba que se encontraba como si le hubiera pasado "un camión por encima". Visiblemente contento, no solo por el éxito de su intervención sino por lo arropado que había estado todos esos días, el monarca se marchaba a continuar con su rehabilitación sin que nada nos hiciera presagiar la situación en la que se encuentra actualmente.

Doce meses más tarde su situación ha dado un vuelco por los escándalos derivados de su relación con Corinna Larsen y una supuesta donación millonaria que llevó a su hijo a desposeerle de su asignación económica y a renunciar a cualquier hipotética herencia de sus acciones pasadas ahora en el punto de mira, y a su salida temporal de España, que algunos han calificado de exilio, con la consiguiente polémica por el lugar elegido, Emiratos Árabes Unidos.

A esta tormenta hay que añadirle la controvertida entrevista que ha concedido Corinna Larsen a BBC, en la que hace un demoledor retrado del Rey emérito, desmenuza cómo fue su relación y habla de un 'modus operandi' de la familia durante cuarenta años. Con el 8 de septiembre en el horizonte, la fecha en la que está citada a declarar en la Audiencia Nacional, y con la causa también abierta en Suiza, el panorama mediático no parece despejarse. Cuesta creer que en un futuro podamos volver a ver imágenes familiares como las de esos 8 días en los que don Juan Carlos aglutinó a los suyos en la mencionada clínica madrileña. Llegó al hospital y se marchó solo (sin ningún miembro de su familia a su lado) y esa es su realidad actual. Parece más lejos que nunca, institucional, física y emocionalmente de su familia.