Carlota Casiraghi: el resurgir de su suegra, Carole Bouquet, y el mal año de su marido

Desde que Carole Bouquet, modelo excepcional, debutara en el cine en 1977 de la mano de Luis Buñuel en su última película, 'Ese obscuro objeto del deseo', ha tenido una carrera continuada pero irregular, como la de cualquier estrella, sometida a los vaivenes de la industria, a las modas y al paso del tiempo. Sin embargo, la consuegra de Carolina de Mónaco, gran amiga suya desde hace décadas, ha descubierto en la televisión el medio para llegar a las nuevas generaciones.

Ya le ocuriró hace tres años con 'La mantis' (disponible en Netflix) y el fenómeno se vuelve a repetir ahora con 'Grand Hôtel', que se estrena este 3 de septiembre en Francia, con enormes expectativas. "Es una serie popular con un ritmo de locos", ha declarado la actriz de 63 años, que manifiestaba haber disfrutado mucho durante el rodaje: "Fue un sueño absoluto. Hacía buen tiempo y estábamos en Saint-Jean-Cap-Ferrat, muy cerca de la villa Kérylos, que iba a visitar a diario. Fue como estar de vacaciones, porque aunque empezábamos a rodar muy temprano por la mañana, despertarse mirando el Mediterráneo límpido en un escenario de tanta belleza te situaba en otra dimensión. Fue un rodaje muy agradable y un sueño trabajar en ese entorno".

Bouquet también se ha deshecho en elogios con sus compañeros de reparto: "Todos tienen mucho talento. Solène Hébert es extraordinaria; Victor Meteulet, impresionante, Alain-Fabien Delon (hijo del mítico protagonista de 'El gatopardo', Alain Delon) es un actor con un talento increíble. Es el más joven de todos. Hasta ahora no había tenido la oportunidad de encontrarme con él. Estos jóvenes talentos participan de manera clave de la calidad de la serie", ha manifestado a RTBF, la televisión pública belga, donde ya se estrenó el primer capítulo el pasado domingo.

El 'annus horribilis' de su hijo

Así como para Carole Bouquet las cosas parecen ir de cara (el 23 de septiembre también estrenará la película 'Boutchou'), 2020 no ha sido un buen año en términos económicos para su hijo, Dimitri Rassam, marido a su vez de Carlota Casiraghi, quien este 3 de agosto cumplía 34 años, pero las cosas se complicaban aún más por las medidas de confinamiento, que impedían el acceso a las salas de cine y también los rodajes. Por ese motivo, el pasado 15 de marzo tuvo que hacer público el que posiblemente ha sido el comunicado más duro de su vida, aunque no estaba exento de esperanza y optimismo. Y parece que parte de sus previsiones se han cumplido, a tenor de los últimos acontecimientos, ya que ha podido retomar su actividad profesional.

En el mencionado comunicado daba una noticia que, por otra parte, era más que previsible: "Hemos tomado la decisión de dejar de rodar 'Envole-moi'. Como la mayoría de nuestra profesión, esta decisión de parar nuestros rodajes me parecía inevitable", manifiesta con pesar y sentido de la responsabilidad el hijo del infortunado productor Jean-Pierre Rassam, quien estuvo detrás de algunos de los grandes éxitos de la Nouvelle Vague como 'Todo va bien' o 'Numéro deux', de Jean-Luc Godard.

Dimitri manifestaba entonces que su equipo había hecho todos los esfuerzos imaginables para rodar unos días más, pero subrayaba que "sería imposible haberlo hecho respetando las medidas gubernamentales de distanciamiento social en vista de la epidemia en curso. Concretamente, nos faltaban tres de las ocho semanas previstas. Haremos todo lo posible para gestionar esta situación sin precedentes y terminar la filmación lo antes posible".

Y así fue, el director Christophe Barratier lograba finalizar el pasado mes de julio el rodaje de su quinto largometraje y, al poner la claqueta final, se mostraba entusiasmado, después de todas las dificultades que le ha tocado vivir: "Estoy feliz con el rodaje, con el equipo, con los actores", declaraba después de haber reunido para rodar la última secuencia a un total de 50 personas de una película protagonizada por Gérard Lanvin y que se encuentra actualmente en fase de posproducción y sin fecha de estreno prevista, habida cuenta la situación tan delicada que se vive a nivel mundial, aunque éxitos como 'Padre no hay más que uno 2', de Santiago Segura, o 'Tenet', de Christopher Nolan, están devolviendo masivamente al público a las salas, siempre con las preceptivas medidas de prevención.

Más allá del rodaje recién terminado, queda por saber qué ocurrirá con los proyectos que más tiempo lleva postergando Dimitri Rassam, una nueva adaptación de 'Carmen' y 'Limonov', que llevará a la gran pantalla el libro de Emmanuele Carrère que cuenta la vida del controvertido escritor y político Eduard Limonov, fallecido a los 77 años el pasado 17 de marzo. También es novedad que acaba de anunciar el rodaje de dos películas sobre 'Los tres mosqueteros' de Alejandro Dumas, que podrían ser auténticos bombazos en la taquilla. No podemos olvidarnos tampoco de uno de sus últimos trabajos estrenados, 'Play', que en España se vio en el reciente Atlántida Film Festival y a través de la plataforma Filmin.

Más allá de su situación particular, el yerno de Carolina de Mónaco en el mencionado comunicado hablaba de la delicada coyuntura en la que se encuentra la industria cinematográfica: "Frente a esta situación particularmente difícil, me vienen a la mente dos pensamientos: estamos viviendo una situación sin precedentes de cuyo alcance empezamos a tener la medida actualmente. Sin querer ser grandilocuente, la prioridad es garantizar la seguridad de todos nosotros y reflexionar como ciudadanos".

Aun así, se mostraba esperanzado en lo que está por llegar: "Soy productor y, por lo tanto, optimista por naturaleza. Estoy convencido de que juntos encontraremos las soluciones para recuperarnos rápidamente. Mientras tanto, debemos protegernos a nosotros mismos y a los demás quedándonos en casa", decía el hijo del infortunado Jean-Pierre Rassam, 'enfant terrible' del cine francés, quien murió por una sobredosis de barbitúricos en 1985.

Solicitaba ayuda para superar la crisis

Rassam aprovechaba también para pedir ayuda del Gobierno y de las distintas administraciones. No en vano, es de sobra conocida la protección especial del séptimo arte en nuestro país vecino: "Es obvio que todo el sector tendrá que ser objeto de un apoyo institucional esencial para sobrevivir a lo que sin duda es un cataclismo económico. Se debe ayudar a los productores afectados por la interrupción o el aplazamiento de sus rodajes o los distribuidores cuyos estrenos han sido afectados, amputados o anulados. Debería ayudárseles también".

Y concluía dando su punto de vista de cómo se debe actuar en el futuro: "Tendremos que estar todos unidos. Esto afecta a toda la sociedad, pero en lo que respecta a nuestra industria, hagamos un uso útil de este descanso forzado para coordinar y establecer determinadas pautas que eviten un embotellamiento al retomar la actividad normal. Me parece importante para el futuro".

Las palabras de Dimitri Rassam llegaban después del mayor batacazo económico de su carrera, por la película de animación 'Playmobil: the movie', que se estrenaba a finales de 2019 en Estados Unidos en 2.300 salas y no logró recuperarse en los primeros meses de 2020. El 27 de noviembre estrenaba en Francia la comedia 'Lo mejor está por llegar', protagonizada por Fabrice Luchini y Patrick Bruel, una comedia que tampoco despertó los entusiasmos de la crítica ni del público, que llegó a nuestro país el pasado 6 de marzo, apenas una semana antes de que se decretara el estado de alarma, lo que, evidentemente, influyó de lleno en la taquilla. Con un presupuesto estimado de trece millones de euros, se calcula que ha recaudado en todo el mundo poco más de seis.

Su otro gran estreno

Recordemos también que el matrimonio Rassam-Casiraghi estrenaba en Francia el 5 de febrero 'Notre Dame du Nil', con la que la nieta de Grace Kelly debutaba como productora. En este caso estamos hablando de cine de autor y, por lo tanto, destinado a una explotación más minoritaria. La película, dirigida por el director afgano Atiq Rahimi, es la adaptación de la novela homónima de Scholastique Mukasonga, ganadora del premio Renaudot en 2012. De tintes autobiográficos, cuenta la infancia de la autora en un internado católico para jóvenes de buena sociedad de Ruanda en los años 70. Una época en la que ya se empezaba a fraguar el genocidio que conmocionó al mundo veinte años más tarde.