El nuevo disgusto de la reina Sofía que le llega desde Grecia

No está siendo este un verano fácil para doña Sofía. La Reina emérita ha tenido que enfrentarse en las últimas semanas a la decisión del rey Juan Carlos de dejar España y vivir en el extranjero a causa de sus problemas judiciales y también a las declaraciones de Corinna Larsen en las que relataba con todo lujo de detalles su relación de amistad entrañable con el padre de Felipe VI.

Por si esto fuera poco, doña Sofía, que ha pasado este mes de agosto prácticamente encerrada en Marivent -tan solo ha sido vista por Palma en dos ocasiones- y ha contado con el incondicional apoyo de su hermana, la princesa Irene, así como de su prima Tatiana Radziwill y su marido, Jean Henri Fruchaud, se ha enfrentado ahora a unas malas noticias que le llegan desde su tierra natal, Grecia.

El pasado lunes, las tumbas en las que descansan sus padres, el rey Pablo y la reina Federica, sufrieron un acto de vandalismo. Ubicadas en el palacio de Tatoi, en el que se crió doña Sofía hasta el exilio de sus padres, las sepulturas de los reyes fueron atacadas y la policía griega se encuentra investigando los hechos. En concreto, la cruz que reposaba encima de las tumbas fue partida en tres trozos.

La restauración del monumento está prevista de forma inmediata, según el estudio recientemente aprobado de la Dirección de Conservación y Restauración de Monumentos Modernos. Pero el hecho de que se haya atacado directamente al lugar en el que descansan sus padres debe de haber supuesto un duro palo para la reina Sofía.

Cabe recordar que la emérita pasa largas temporadas en Grecia y que siempre visita las tumbas de sus padres. Es tradición que en los aniversarios de los nacimientos o muertes de Pablo y Federica, la familia al completo se reúna en Tatoi para recordarles. Así pasó en marzo de 2014, cuando se homenajeó al rey Pablo, una de las últimas ocasiones en las que coincidieron públicamente doña Letizia y sus cuñadas Elena y Cristina.