Las consecuencias que el tercer grado tendría en la vida de los Urdangarin Borbón
El marido de la infanta Cristina podría, finalmente, salir de prisión. Tiene varias opciones y todas pasan por abandonar Brieva. Si vuelve a Vitoria, su mujer seguiría estando lejos
Pese a vivir aislado en una prisión femenina, la vida de Iñaki Urdangarin es un continuo sobresalto. Al menos en lo que se refiere a notificaciones judiciales. El juez de Vigilancia Penitenciaria de Castilla y León ha dictado a favor de dar el tercer grado al marido de la infanta Cristina, una sentencia que no es firme y que posiblemente recurra la Fiscalía, como viene haciendo desde que Urdangarin entrara en prisión. Pero ese tercer grado se hará realidad en algún momento, lo que sitúa a la familia de la infanta Cristina en una nueva posición.
LEA MÁS: Urdangarin acaricia ya el tercer grado penitenciario
La hermana de Felipe VI vive en Ginebra desde 2014 y es en la ciudad suiza donde quiere seguir viviendo. Este fue uno de los motivos que esgrimió cuando pidió su salida de La Caixa, un proceso que fue aprobado en diciembre de 2019 y que ha quedado paralizado en parte por el estado de alarma y la pandemia. La infanta quería dejar de viajar a Barcelona, como tenía que hacer por trabajo, y centrarse así en Ginebra y sus viajes para visitar a Urdangarin.
Si su marido obtuviera finalmente el tercer grado, lo más probable, según fuentes cercanas a la familia, es que se traslade a Vitoria, cerca de su madre y sus hermanos. Un gesto que deja en una incógnita el futuro del resto de su familia.
La infanta se mudó recientemente de piso para poder vivir más tranquila, lejos del foco mediático; y de sus hijos pequeños, ya solo Irene sigue escolarizada. El mayor, Juan, se inscribió en un curso en una universidad británica pero su presencia en Madrid, casi continua, hace pensar que vive mucho tiempo en la capital, donde está más cerca de su padre. Mientras, Pablo, el segundo, ya no juega en el HBC Nantes, en cuyas filas ha militado durante dos temporadas.
Irene, la única en el cole
Miguel ya ha terminado sus estudios en la Ecolint, exclusiva escuela por la que han pasado todos los hijos de la infanta. El pasado lunes 31 de agosto empezaron las clases y, si todo sigue como de costumbre, Irene Urdangarin está ya en las aulas.
Todos siguen, cada uno a su manera, lejos de su padre, algo que podría cambiar en parte un tercer grado. Para que un preso lo logre, suele ser recomendable que tenga un trabajo -que no un voluntariado-, aunque en estos momentos de crisis económica no se tiene tanto en cuenta como en otros. Sí es importante el arraigo familiar, y poder facilitar una dirección concreta ante el juez.
Lo más lógico sería que Urdangarin se trasladara a un centro cercano a Vitoria, donde ha pasado todos sus permisos penitenciarios, desde el primero, las pasadas Navidades, hasta el último, en agosto. La Dirección General de Instituciones Penitenciarias señala con insistencia que cada caso es un mundo, que no se puede hablar de “futuribles” ni de un preso en concreto.
Sin tercer grado en Brieva
Lo que está claro es que, si finalmente consigue el tercer grado, Urdangarin no podrá permanecer en la cárcel de Brieva. El módulo destinado al tercer grado en esta prisión es femenino, por lo que el exduque de Palma no podría disfrutar de su nueva vida en este centro. Así que debería buscar una alternativa. Y si puede ser cerca de su familia, mejor.
Muchos presos en tercer grado pasan a alojarse en centros de inserción social o en unidades dependientes. Cuando alguien obtiene el tercer grado, las opciones son múltiples aunque suelen repetirse en su mayoría. Según el artículo 163 del Reglamento Penitenciario, “los centros de inserción social son establecimientos penitenciarios destinados al cumplimiento de penas privativas de libertad en régimen abierto [...]. La actividad penitenciaria en estos centros tendrá por objeto esencial potenciar las capacidades de inserción social positiva que presenten las personas en ellos internadas mediante el desarrollo de actividades y programas de tratamiento destinados a favorecer su incorporación al medio social”.
El tercer grado se puede cumplir también en una unidad dependiente, que, según el artículo 165, “son unidades arquitectónicamente ubicadas fuera del recinto de los centros penitenciarios, preferentemente en viviendas ordinarias del entorno comunitario, sin ningún signo de distinción externa relativo a su dedicación”.
Pese a vivir aislado en una prisión femenina, la vida de Iñaki Urdangarin es un continuo sobresalto. Al menos en lo que se refiere a notificaciones judiciales. El juez de Vigilancia Penitenciaria de Castilla y León ha dictado a favor de dar el tercer grado al marido de la infanta Cristina, una sentencia que no es firme y que posiblemente recurra la Fiscalía, como viene haciendo desde que Urdangarin entrara en prisión. Pero ese tercer grado se hará realidad en algún momento, lo que sitúa a la familia de la infanta Cristina en una nueva posición.