El suma y sigue de Ernesto de Hannover: detenido por amenazas, daños y coacción
Dos meses después de protagonizar un altercado con la policía austriaca, que lo conducía a la unidad psiquiátrica de un hospital, ha sido detenido de nuevo en su casa
Una orden de arresto, un dispositivo policial y varios agentes rodeando una casa para detener a un acusado de coacciones y graves amenazas. Parece una escena sacada de una película de acción. Pero no. Es la última polémica protagonizada por Ernesto de Hannover, quien ha pasado de estar prácticamente desaparecido de los medios a acaparar titulares en varias cabeceras por sus problemas con la policía, que no han sido precisamente pocos en los últimos dos meses. Y el último ha acabado finalmente con su arresto.
Es el diario austriaco 'Kronen' el que lleva toda la información en sus páginas. Según la publicación, la detención tenía lugar este mismo lunes, sobre las cinco de la tarde, después de que fuera ordenada por un juez de Wels, una ciudad austriaca cercana a la finca donde vive Ernesto de Hannover. Además de los antecedentes que acumulaba de las semanas anteriores y que les contamos en Vanitatis, una empleada de su casa y su marido lo habían denunciado por coacciones, ya que les había amenazado -siempre presuntamente- con enviarles una banda de matones. Eso, unido a que se le acusaba de haber roto una señal de tráfico y una vitrina de la Fundación Duque de Cumberland, fue suficiente para que el juez no tuviera dudas en cuál iba a ser el destino más próximo del príncipe alemán: el calabozo.
Y, como les comentábamos, el momento de la detención fue de película. Un grupo de agentes rodearon la propiedad de Ernesto de Hannover, situada en la localidad austriaca de Grünau im Almtal. Para que no hubiera problemas, todos los policías iban equipados con una cámara portátil que grabó todo el proceso del arresto y así impedir que Ernesto diera otra versión de lo sucedido en su casa, como ya pasó en el primer altercado que tuvo con la policía el pasado julio. Y es que al juez le llegaron entonces dos informes completamente diferentes: en uno, el príncipe alemán acusaba a los agentes de haberle agredido; en otro, era él quien había atacado a los policías, amenazándoles con un cuchillo de 30 centímetros.
Ha quedado claro cuál de los dos informes creyó el juez, ya que además Ernesto de Hannover agravó su situación inicial unos días después, cuando se acercó a la comisaría con un bate de béisbol con intención de agredir a los dos agentes que habían estado en su casa días antes y lo habían conducido a la unidad de psiquiatría del hospital, donde pasó la noche. De momento, el príncipe alemán permanece detenido, con su familia guardando silencio y sin visos de que su salud mental mejore, al menos hasta que se ponga en manos de un especialista, según han comentado algunos expertos a los medios alemanes que se han hecho eco de sus últimas andanzas.
Una orden de arresto, un dispositivo policial y varios agentes rodeando una casa para detener a un acusado de coacciones y graves amenazas. Parece una escena sacada de una película de acción. Pero no. Es la última polémica protagonizada por Ernesto de Hannover, quien ha pasado de estar prácticamente desaparecido de los medios a acaparar titulares en varias cabeceras por sus problemas con la policía, que no han sido precisamente pocos en los últimos dos meses. Y el último ha acabado finalmente con su arresto.