¿Es Charles de Luxemburgo el bebé royal más adorable? Tenemos las pruebas

Es que no podemos negarlo. Estamos totalmente 'in love' con Charles, el primer hijo de Stéphanie y Guillermo de Luxemburgo. Un niño absolutamente deseado, y no solo por sus propios padres, sino también por parte del ducado, que empezaba a temer que no hubiera heredero y el camino más recto de la línea de sucesión se desviara hacia Félix, el segundo hijo de los grandes duques y la princesa Amalia, su primogénita. Pero no, el pasado 10 de mayo nacía Charles Jean Philippe Joseph Marie Guillaume, asegurando así el futuro del trono, para tranquilidad de todos.

Pero es que, además de lo que institucionalmente ha significado su nacimiento, el pequeño ha resultado ser un niño completamente achuchable. Esos mofletes, esos morritos... No tenemos dudas de que es el bebé royal más adorable. Podíamos verlo durante su bautizo, el pasado sábado. Y lo confirmábamos solo dos días después, cuando el niño volvía a salir de palacio para una cita igual de especial. Y es que el Gobierno de Luxemburgo había decidido plantar un árbol en uno de los parques de la capital en honor de su nacimiento. Y, claro, Charles se convirtió en el gran centro de atención.

Charles llegaba al parque en brazos de su mamá, a la que se veía completamente feliz y resplandeciente. Stéphanie llevaba un vestido de la firma Paule Ka, en color blanco con un estampado floral muy favorecedor. Acostumbrados a que lleve el pelo recogido, esta vez optaba por dejarse la melena suelta, en una imagen mucho más fresca y rejuvenecida. A sus pies, unas cuñas de piel y tacón de esparto de L.K. Bennett -una de las más frecuentes en el armario de Kate Middleton-. Muy guapa, sí. Pero sentimos decir a la gran duquesa heredera que ningún look que hubiera escogido hubiera conseguido hacer sombra al niño, que se convirtió en el absoluto protagonista.

A sus cuatro meses y medio, Charles ya empieza a interaccionar y no para de sonreír, por lo que todos los miembros del Gobierno -incluido el primer ministro, Xabier Bettel- le dedicaron gestos y carantoñas. Siempre dentro de las circunstancias, ya que las mascarillas no lo ponían precisamente fácil. Pero el niño estaba encantado. Y sus padres aún más. Y es que Guillermo y Stéphanie no pueden disimular que se derriten con él y que están completamente enamorados, no solo por lo que les ha supuesto como pareja sino también como futuros grandes duques.