Mary de Dinamarca: unos 'manolos' y un look empoderado para su cita más cuestionada

Hablábamos hace unos días en Vanitatis de las críticas que había recibido la princesa Mary de Dinamarca por su implicación con el colectivo LGTB. Su discurso del pasado del 22 de agosto fue muy cuestionado por algunos sectores muy conservadores, que le echaron en cara sus palabras, ya que consideraban que una representante de la Corona -y, por tanto, de todo el país- no debería meterse en temas que dividen al pueblo. Pues bien, a Mary le han dado absolutamente igual las críticas y ha vuelto a asistir a una cita relacionada con el colectivo, que además tiene gran repercusión.

Hablamos de la entrega de los Rainbow Awards, que se celebraba este miércoles, y a la que asiste desde 2018, presentando además uno de los premios, que cada año rinden homenaje a las personas, organizaciones y empresas que ayudan a crear mejores condiciones de vida para las personas LGTB en Dinamarca. Cuando asistió por primera vez, la australiana rompió todos los esquemas, ya que se convertía en el primer miembro de la Corona en presidir una cita de este tipo, dando una imagen de princesa moderna y próxima. Un gesto que en su momento fue muy aplaudido, pero que ahora se ha convertido en un motivo para criticarla.

Y la elección de su look no fue nada casual, ya que escogió un mono negro con solapas de esmoquin y cinturón, de la firma Max Mara. Y lo mejor, el corte amplio del pantalón terminaba con unas pequeñas aberturas que dejaban ver sus zapatos, un auténtico capricho. Se trataba de unos 'manolos' en color negro, con un adorno de pedrería en la parte delantera, que ya había lucido el año pasado. Un modelo que se hizo mundialmente conocido gracias a la película 'Sexo en Nueva York', ya que era el par de zapatos, aunque en color azul, con el que Mr. Big pide matrimonio a Carrie y con el que han soñado muchas mujeres desde entonces.

Unas ondas en el pelo, retirado en uno de los laterales y unos espectaculares pendientes de diamantes -valorados en más de 9.000 euros- remataron un look empoderado, con el que la futura reina de Dinamarca parecía desafiar a aquellos que han cuestionado su implicación con el colectivo LGTB. A lo que Mary no se arriesgó es a volver recibir críticas por no llevar mascarilla, y solo se desprendió de ella para subir al escenario y para posar frente a la prensa, llevándola discretamente en la mano.