Felipe Varela y su difícil transición a la vida sin Letizia

Felipe Varela irrumpió en la actualidad de la familia real en 2004, cuando los entonces Príncipes de Asturias contrajeron matrimonio. Fue el encargado de confeccionar los trajes que lucieron para la boda tanto Paloma Rocasolano como sus hijas, Érika y Telma Ortiz. Aunque Letizia se decantaba entonces por Manuel Pertegaz para su traje nupcial, apostando por el decano de la moda española, comenzó entonces con Varela un idilio estable e incondicional. Unas veces con más acierto, otras con menos. Pero se convertía en el modisto de cabecera de la Princesa de Asturias, además de una persona de su absoluta confianza.

Sus diseños acompañaron a Letizia en el 90% de sus apariciones hasta 2014. Un año clave en el que la esposa del entonces príncipe Felipe se convertía en Reina consorte. En ese momento, todo comenzó a cambiar: en su armario ya empezaba a dejar hueco para otras firmas y algunas, como Carolina Herrera, pasaban a ser sus favoritas, casi desterrando al que en otro tiempo fuera el preferido de la Reina. Esta situación se hizo aún más evidente poco después, cuando llegó a Zarzuela la estilista Eva Fernández, que dio a conocer a su nueva jefa mucha más variedad de marcas y firmas, que también han adquirido gran protagonismo en su vestidor desde entonces.

Aunque, eso sí, Letizia sigue teniendo ciertas deferencias con el diseñador y hay dos citas en las que no se fallan: la celebración del Día de la Fiesta Nacional y la entrega de los Premios Princesa de Asturias, dos fechas en las que siguen siendo incondicionales uno a otro, tal y como hemos podido confirmar este mismo lunes, ya que la Reina volvía a escoger a Varela para las celebraciones del 12 de octubre. Pero con un matiz, ya que la situación hacía que prefiriera no estrenar, sino optar por un modelo que la veíamos en 2017 en Japón. Queda por despejarse la segunda parte de la incógnita de si volverá a apostar por él este viernes para la entrega de los Premios Princesa de Asturias.

Sea como sea, es indiscutible que, en los últimos años, las prendas diseñadas por Felipe Varela han pasado largas temporadas desterradas en el fondo del armario de Letizia. En 2019, las prendas del diseñador estuvieron olvidadas en el vestidor nada menos que diez meses, seis el año anterior. Dos largos 'descansos' que anunciaban que el idilio podría estar pasando una crisis. Aún peor para el modisto es el año 2020, en el que Letizia no ha llevado ninguna prenda hasta este mismo lunes, con la única duda de si el vestido que lució en la Pascua Militar llevaba su firma.

Y este 'divorcio' amistoso ha tenido su traducción en la transición que ha vivido la marca estos últimos años. Quizá pensando en asegurarse su futuro, el modisto daba este mismo año un nuevo paso profesional, entrando a formar parte de la Asociación de Creadores de Moda de España, junto a otros nombres como Adolfo Domínguez, Ana Locking, Juan Duyos o Roberto Torretta -curiosamente, todos ellos han vestido en alguna ocasión a la Reina-. No hay duda de que la reina Letizia es un gran reclamo para la marca y, salvo casos muy puntales de otras famosas que han lucido prendas de la firma, casi el único.

Felipe Varela es el administrador único de Centro de Costura Castresana, SA, con sede en la misma dirección que la tienda existente en el barrio de Salamanca. Durante el ejercicio 2018, el último del que hay constancia en el Registro Mercantil, ganó poco más de 25.000 euros limpios. Aunque no es una cantidad muy elevada, sí es mayor que la del año 2017, cuando apenas superó los 20.000 euros. Además, la compañía mantiene cuatro créditos con tres entidades diferentes y, desde principios de agosto, cuenta con una reclamación administrativa de la Seguridad Social. La compañía, por cierto, da trabajo a más de una veintena de personas.