El cambio de chip de Leonor en los Premios Princesa de Asturias: sobria, serena y sin dramatismos
La Princesa Leonor ha dejado atrás su aspecto tímido y aniñado, su mirada constante a los Reyes, sus padres, para que le marquen lo que tiene que hacer
La princesa Leonor ha dejado atrás su aspecto tímido y aniñado, su mirada constante a los Reyes, sus padres, para que le marquen lo que tiene que hacer, y ha dado un paso adelante para mostrarse tal y como es en este momento, una quinceañera que ha cambiado ya su forma de vestir, que anda sin miedo con tacones en ocasiones especiales y que viste con sencillez y elegancia en un acto tan importante para ella como la entrega de los Premios Princesa de Asturias.
Pero no ha sido la constatación de esos cambios en el aspecto de la heredera de la Corona lo más importante del acto, que se ha visto este año tan limitado debido a la pandemia del covid-19. Lo mas reseñable ha sido oír a la hija mayor de don Felipe y doña Letizia reivindicar la solidaridad y la responsabilidad como valores imprescindibles de los jóvenes para asegurar un futuro mejor.
Lo ha hecho de forma precisa, aclarando que esos valores se los han inculcado a ella y a su hermana sus padres, pero con la creencia de que los jóvenes de su generación también son conscientes de la importancia de ser responsables. Algo que para ella y esos jóvenes en los que ella confía pasa por no olvidar nunca a las personas que les rodean, que les quieren y a quienes ellos quieren también.
Leonor ha dejado atrás este año la ilusión, la sonrisa permanente y la felicidad que sintió el año pasado en Oviedo, al presidir junto a sus padres, su hermana y su abuela, la reina Sofía, el acto de entrega de los Premios Princesa de Asturias. Ella fue la gran protagonista de la brillante ceremonia que reunió a celebridades de todo el mundo que son modelo y ejemplo de la solidaridad y responsabilidad que ella ha reivindicado este año.
Pero, en esta ocasión, la Princesa ha sabido cambiar el chip de su cabeza para leer su discurso de forma sobria y serena, sin acentuar el dramatismo y la tristeza que ha pesado todo el tiempo en la atmósfera del salón Covadonga del hotel Reconquista, escenario del acto.
No ha olvidado tampoco la joven Princesa mencionar su preocupación por el momento que nos ha tocado vivir, en el que se ha alterado tanto la vida de todos en muchos sentidos. En el de ella y los chicos y chicas de su edad, ha supuesto estar meses sin poder ir al colegio aunque la vuelta a las clases ha significado, según Leonor, que hay que adaptarse a las nuevas circunstancias, siempre con la esperanza de que todo mejore. Asimismo, ella ha querido dejar clara la importancia de la solidaridad gracias a personas como las que han sido premiadas por ser un ejemplo de cómo enfrentarse a las dificultades.
Vestida de forma elegante, alejada ya de esos atuendos infantiles que aniñaban aún más su ya de por sí pueril aspecto, la Princesa de Asturias se ha mostrado en el acto de entrega de los premios que llevan su nombre como una joven que tiene muy claro su papel institucional, que se va incrementando poco a poco. Sus maneras son tranquilas, sin asomo de nervios ni comportamientos excesivos, muy sincronizada en miradas y complicidades con su padre, el rey Felipe, al que se parece físicamente y hay quien asegura que también en carácter.
Ella es consciente de lo que le queda por hacer en los años próximos, en los que se tendrá que definir cómo va a completarse su formación, que no tendrá que ser exactamente igual a la que recibió su padre. Aunque en lo principal, en que tendrá que dedicar su vida al servicio de los españoles y de la institución de la que es sucesora, en eso habrá pocos cambios y será exactamente lo mismo que aprendió su padre desde niño.
La princesa Leonor ha dejado atrás su aspecto tímido y aniñado, su mirada constante a los Reyes, sus padres, para que le marquen lo que tiene que hacer, y ha dado un paso adelante para mostrarse tal y como es en este momento, una quinceañera que ha cambiado ya su forma de vestir, que anda sin miedo con tacones en ocasiones especiales y que viste con sencillez y elegancia en un acto tan importante para ella como la entrega de los Premios Princesa de Asturias.
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