Victoria de Suecia y el poderoso motivo por el que se ha quitado su anillo de boda

La relación de Victoria de Suecia y el príncipe Daniel parece a prueba de bombas. Superaron las dificultades que se les presentaron al principio de la relación, especialmente por el origen humilde de él, muy lejos de la sangre real que corría por las venas de ella. Meses antes de su boda, celebrada el 19 de junio de 2010, Victoria y Daniel anunciaban su compromiso y mostraban, felices y orgullosos, el anillo de pedida. Aunque en ese momento los novios preferían no dar detalles de su origen, Victoria sí confesó en ese momento que tenía "mucho significado" para ella. Por eso, la prensa del país ha estado últimamente bastante descolocada al ver cómo la princesa lleva más varios meses sin lucirlo.

No es el único anillo del que ha decidido prescindir en las últimas semanas, puesto que también ha dejado de llevar su anillo de boda. Junto con el de compromiso, solía ser un complemento indispensable en sus looks. Victoria acostumbraba a llevarlos juntos, como si fueran una sola pieza, aunque son muy distintos. Mientras que el de pedida presenta un diamante solitario de tres quilates engarzado en una banda de oro blanco, el de boda tiene 25 pequeños diamantes a su alrededor. Pero ahora, ni uno ni otro adornan su dedo anular, un gesto que había desconcertado a los periodistas suecos. Hasta este momento, cuando por fin se ha conocido el motivo de su sorprendente decisión. Y no es otro que el coronavirus.

Según ha contado el portal 'Svensk Dam', la princesa Victoria sufre de vez en cuando problemas de alergias en la piel, hasta el punto de que alguna vez ha aparecido en público con alguna reacción y marca roja en los dedos, en el mismo lugar donde hubieran estado los anillos. Estos antecedentes se unen a que el covid-19 hace que la frecuencia de lavado de manos sea muy superior a la que teníamos prepandemia, además de que es habitual que los royals tengan que ponerse gel hidroalcóholico cada vez que hacen su aparición en algún compromiso público. Todo esto, sumado a que la OMS recomendó suprimir el uso de joyas, relojes, anillos y similares, ha hecho que Victoria prefiera prescindir, al menos por el momento, de sus preciados anillos.

No ha tenido que ser fácil para ella tener que dejar sus sortijas en casa, las que sin duda son sus joyas favoritas, más por el valor sentimental que por el económico. La importancia que le dio la princesa al anillo durante el anuncio de su compromiso y el misterio sobre su origen hizo que los periodistas no tardaran en investigar y averiguar que había sido fabricado por el orfebre W. A. Bolin, joyeros de la Casa Real desde el siglo XIX, y que su precio podría rondar los 100.000 euros. Un precio alto que, dado el origen humilde del príncipe Daniel, desató las especulaciones sobre quién lo había pagado, obligando a la Casa Real a comunicar que había sido el futuro marido de Victoria de Suecia quien lo había sufragado en su totalidad.