Los 6 mejores looks de la entronización en Japón: hay clara ganadora (y no es Letizia)
Analizamos los estilismos de las royals en el que fue su último evento antes de la pandemia. Ya ha pasado un año desde que Naruhito fue proclamado emperador de Japón
Ha pasado ya un año desde que la realeza se reunió en Japón para asistir a la entronizacion de Naruhito. Entre los invitados se encontraban los reyes de España, de Holanda, de Bélgica, los herederos de Dinamarca o el monarca sueco acompañado por su hija. Ese fue precisamente el último acto real antes de la pandemia del coronavirus, que nos ha dejado sin grandes celebraciones como cumpleaños o bodas.
El 22 de octubre de 2019, Tokio se convirtió en una pasarela para Letizia, Máxima, Matilde, Mary y Victoria, quienes sacaron sus mejores galas en tan insigne acontecimiento. La etiqueta de la ceremonia marcaba vestido largo y tocado, y así lo cumplieron todas ellas, unas con mejor suerte que otras. Por la noche, también vimos un despliegue de vestidos de gala, aunque esta vez decoraron su cabeza con sus mejores tiaras.
Descubre con Vanitatis los seis mejores looks de la entronización de Naruhito, ordenados en forma de ranking. A continuación, analizamos lo mejor de la jornada y avisamos de que hay una clara ganadora: Mary de Dinamarca.
Mary de noche
La heredera danesa ocupa el primer puesto de nuestro ranking por motivos obvios. Mary estuvo espectacular con este look al más puro estilo princesa Disney, en el que destaca una capa de lentejuelas que acompañaba un vestido recto en tono rosa palo. La cartera de mano también estaba llena de paillettes a tono con la capa. La australiana eligió la sencilla tiara que ella misma adquirió en una subasta para completar su look. Impecable.
Mary de día
Mary hizo pleno en Tokio. La princesa, que se ha sumado a la locura de los vestidos capa, apareció así de impresionante en la ceremonia de entronización con un diseño de Valentino en gris perla que combinó con unos salones de Manolo Blahnik y un tocado color burdeos con el que animaba el estilismo. La gargantilla de rubíes y diamantes nos fascina.
Matilde de día
Otra que también se apuntó al vestido capa fue Matilde de Bélgica en la ceremonia matutina. Impecable de rosa palo, la reina optó por este diseño de Armani Privé con un fino ribete plateado en las costuras. Un sencillo pillbox a tono con el vestido redondeaba uno de los mejores looks de la esposa del rey Felipe en los últimos tiempos.
Letizia de noche
Doña Letizia estrenó para la cena un vestidazo hecho a medida por Carolina Herrera. Se trata de un diseño de cuerpo entallado, manga francesa y falda de vuelo en color rosa espiga o, mejor dicho, color capote, con explosión de flores blancas en la zona de la cintura. Como complementos eligió un clutch a juego de la misma firma y tiró la casa por la ventana en cuanto a joyas con la tiara Flor de Lis, los pendientes de diamantes, las pulseras gemelas y un broche.
Victoria de día
La princesa nunca suele llamar la atención por sus estilismos, pero viéndola con detalle observamos que iba más que correcta con este vestido azul Kein de Escada con escote asimétrico que ya le habíamos visto en el pasado. Los complementos a juego fueron un total acierto, así como el tocado tipo platillo con flor incluida.
Máxima de noche
La reina Máxima no tuvo un buen día en lo que se refiere a estilismos. Pero si nos tenemos que quedar con uno elegimos el que lució en la cena. La argentina confió en la aguja de Jan Taminiau, y apostó por el rojo con un diseño de escote barco cuya originalidad recaía en las formas geométricas en blanco. Un look que redondeó con la tiara Mellerio, de diamantes y rubíes, junto con la pulsera, un collar tipo choker y una pulsera a juego.
Ha pasado ya un año desde que la realeza se reunió en Japón para asistir a la entronizacion de Naruhito. Entre los invitados se encontraban los reyes de España, de Holanda, de Bélgica, los herederos de Dinamarca o el monarca sueco acompañado por su hija. Ese fue precisamente el último acto real antes de la pandemia del coronavirus, que nos ha dejado sin grandes celebraciones como cumpleaños o bodas.