De Charlène a Isabel II: así ha reconectado la pandemia a las parejas 'royal'

Algunos matrimonios reales europeos parecen haberse redescubierto, como si la pandemia les hubiera reconectado, y se muestran más unidos de lo que parecían antes de que el coronavirus cambiara nuestras vidas. Vemos ahora gestos de cariño que antes, no sabemos si por protocolo o por simple falta de ganas, jamás nos hubiéramos imaginado. Dos casos muy claros son el de la princesa Charlène de Mónaco y el de la reina Isabel II. La primera, porque su relación con Alberto de Mónaco ha dejado de ser tan fría como la conocíamos (siempre hablando de la esfera pública). La segunda, porque se ha visto obligada a compartir espacio con el duque de Edimburgo, con quien llevaba sin convivir años.

El caso de Charlène ha sido muy comentado casi desde su primera aparición en redes durante la pandemia, en un vídeo para felicitar la Pascua junto a Alberto, en un gesto insólito, ya que habitualmente reservaba su perfil solo para compartir imágenes de sus hijos, Jacques y Gabriella. Las redes también servían, poco después, para que hiciera toda una declaración romántica a su marido, aprovechando el Día del Padre para referirse a él como "el príncipe de mi corazón". Pero, además de ver este cambio a través de su Instagram, su rictus, sus gestos y su actitud en público también parecían otros.

Desde que volviera al trabajo, se la notó mucho más relajada que de costumbre y mostró una especial complicidad con su marido en diferentes citas, algo nada frecuente ante las cámaras hasta entonces, siendo mucho más habitual que se la viera seria e incómoda. No sabemos si pudo tener algo que ver el hecho de que el príncipe Alberto diera positivo en coronavirus y tuvieran que pasar un tiempo separados, pero lo cierto es que Charlène y Alberto parecen una pareja diferente, especialmente la princesa, que nunca se ha caracterizado por la calidez hacia su marido. Incluso, en la última cita que han compartido, hemos podido ver al matrimonio con las manos entrelazadas, en una imagen bastante poco habitual, no solo en ellos, sino también en los royals, quienes suelen guardar mucho más las distancias cuando están en público.

Y aunque ni su edad ni la situación es la misma, también podemos decir lo mismo de la reina Isabel II y el duque de Edimburgo, salvando las distancias. Gracias a la pandemia, la monarca y su marido han podido compartir en este 2020 mucho más tiempo juntos que en años anteriores, ya que durante estos meses han estado confinados en Windsor, mientras que antes vivían separados por muchos kilómetros. También pasaban las vacaciones juntos en Balmoral, además de hacer una pequeña parada en Sandringham antes de su vuelta a Windsor, donde además se prevé que también estén juntos los próximos meses.

Cierto es que en cualquiera de los tres castillos reales hay espacio de sobra para evitarse si no desean verse, pero al menos comparten techo y recinto, que ya es mucho más de lo que han hecho en los últimos años. Incluso hemos tenido pruebas gráficas de esta reconexión, cuando el pasado junio Buckingham distribuía una imagen de la pareja, con motivo del 99 cumpleaños del duque de Edimburgo, algo que llevaba muchos años sin suceder.

Y aunque se le supone un matrimonio quizá más cálido que los dos anteriores, tampoco Victoria y Daniel de Suecia son muy dados a dedicarse gestos de cariño en público. Pero recientemente sí hemos podido ver una escena que deja claro que, con pandemia o sin ella, lo suyo sigue siendo amor del bueno. La pareja acudía a la inauguración de la temporada de la Orquesta Filarmónica de Suecia. Una vez empezada la cita y ya sentados a disfrutar del concierto, la pareja entrelazó sus manos, sin soltarse en toda la velada. Un gesto que dejaba claro que, 20 años después de que empezaran su historia de amor, siguen encontrando cualquier pequeño momento para demostrarse su cariño, incluso en plena pandemia.