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'Royals' que trabajan: los discretos resultados económicos de Carlos Morales
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FAMILIA REAL GRIEGA

'Royals' que trabajan: los discretos resultados económicos de Carlos Morales

El marido de Alexia de Grecia trabaja en su Lanzarote natal como arquitecto. En el último ejercicio ha entrado en números rojos, aunque tiene varios proyectos en marcha

Foto: La princesa Alexia y su marido, Carlos Morales. (Getty)
La princesa Alexia y su marido, Carlos Morales. (Getty)

El 9 de julio de 1999, Carlos Morales dio el 'sí, quiero' a la sobrina de la reina Sofía, en la catedral londinense de Santa Sofía, lejos de la pequeña ciudad donde nació y creció el novio. Alexia llevaba un vestido de Inga Sprawson y una tiara de diamantes de su abuela, la reina Ingrid. Entre los invitados, una generosa representación de la realeza europea y un puñado de lanzaroteños 'como peces fuera del agua'. Aquel enlace bañado de oropel y la inevitable presencia del matrimonio en las citas familiares son las únicas pistas de que, tras dos décadas de unión, la pareja y sus cuatro hijos son algo más que un matrimonio de clase acomodada de la isla.

En Lanzarote tiene un despacho de arquitectos desde donde dirige varios trabajos importantes, CMA Resort Designers. Morales goza de gran predicamento en la isla debido no a su parentesco real, sino a su trabajo. El nombre de su estudio de arquitectura aparece en proyectos tan relevantes como la ampliación del exclusivo puerto deportivo y sus tentáculos, restaurantes, hoteles o el Palacio de Congresos.

El deseado Palacio de Congresos de Lanzarote, que diseñó Morales junto a Henning Larsen Architects, ha estado parado por problemas administrativos y falta de liquidez más de una década, pero en otoño de 2019 el Cabildo anunció su intención de revitalizar el proyecto, un soplo de aire fresco para el yerno de Constantino de Grecia. “Vivir y trabajar en un entorno como Canarias por el que pasan más de 13 millones de turistas al año nos aporta una perspectiva muy real de lo que ocurre en el sector turístico…", explica en su página web.

En rojo

A pesar de su prestigio, las cuentas de su estudio, que acaban de ser actualizadas, no arrojan los mejores resultados. En el último ejercicio, 2019, facturó 95.000 euros que no le sirvieron para cubrir gastos y acaba de declarar números rojos: 9.664 euros de pérdidas. La cantidad es relevante sobre todo si la comparamos con el ejercicio 2018, cuando obtuvo unos beneficios limpios de 73.000 euros. La explicación está en la sensible bajada de su cifra de negocio, su trabajo diario, digamos, que ha pasado de los 254.000 euros de 2018 a los 96.000 de 2019.

La empresa vuelve así a los números rojos, una tónica a lo largo de los últimos años. En 2015, el estudió facturó 288.000 euros, pero las pérdidas fueron de 122.816 euros; en 2016 ingresaron, antes de impuestos y gastos diversos, 120.718 euros, y registraron pérdidas de 98.271; y en el peor año, 2017, las pérdidas fueron mayores que los ingresos: ganaron 185.910 euros, pero tras impuestos y gastos varios se quedaron en un menos 236.826 euros. Morales se asoció aquel año con un empresario ruso en otra empresa, Longevity Partners SL, que no tiene obligación de hacer públicas sus cuentas.

Foto: Alexia de Grecia y su marido, Carlos Morales. (Getty)

La web del despacho de arquitectura que gestiona Morales aparece, sin embargo, repleta de proyectos e ideas. El arquitecto y la hija de Constantino de Grecia llevan una vida prácticamente anónima en la isla, marcada por el día a día de sus cuatro hijos y la práctica del deporte (la princesa practica natación y ha participado en algún triatlón, y en maratones). Su único 'pecado' es también el que más quebraderos de cabeza les ha traído. Viven en un chalé diseñado por Morales y ubicado en una de las zonas más exclusivas de Lanzarote, Puerto Calero (Yaiza), al sur de la isla. Una casa de dos plantas más sótano ubicada en una parcela de más de 5.000 metros cuadrados. La mansión fue objeto de una investigación judicial por asentarse sobre suelo no urbanizable. La justicia dictaminó que, aunque la casa era 'ilegal', no había habido delito urbanístico.

A pesar del ruido generado por el caso Unión, la cosa quedó en nada. Morales habló de ello en un reportaje publicado por la revista 'Vanity Fair', en el que advertía que la investigación podía haberle afectado en los negocios. "Mi trabajo se basa en la seriedad y en el rigor. Afortunadamente, aquí me conocen bien y siguen confiando en mí", explicó.

placeholder Carlos Morales y Alexia de Grecia, en Lanzarote. (EFE)
Carlos Morales y Alexia de Grecia, en Lanzarote. (EFE)

El matrimonio, a día de hoy, ha olvidado todo aquello. Han elegido la normalidad, a pesar del árbol genealógico de Alexia de Grecia. La dama es princesa por partida doble, al ser hija de Constantino de Grecia y de Ana María de Dinamarca. Nació en el palacio familiar de Mon Repos, en Corfú, Grecia, donde residió hasta que empezó su exilio dos años más tarde, tras no prosperar el contragolpe que preparaba Constantino de Grecia. Se ha criado entre Roma, Dinamarca y Londres, y hoy exhie un suave acento canario cuando habla su perfecto castellano. La pareja se trasladó a Lanzarote desde Barcelona cuando ya tenían dos hijas, el ambiente les parecía más sano y tenían más lazos familiares.

Su infancia fue muy diferente de la de su marido, 'conejero' (como se conoce a los nacidos en Lanzarote) hasta las cejas. Carlos Javier Morales Quintana creció en el seno de una familia numerosa de cinco hermanos, hijo de un funcionario y de una auxiliar administrativa. Se crió en uno de los barrios más populares de la isla, Puerto del Carmen. Hasta que se marchó a estudiar Arquitectura a la Universidad Politécnica de Barcelona, su vida transcurrió plácida en una casa frente al mar. Más o menos como ahora.

El 9 de julio de 1999, Carlos Morales dio el 'sí, quiero' a la sobrina de la reina Sofía, en la catedral londinense de Santa Sofía, lejos de la pequeña ciudad donde nació y creció el novio. Alexia llevaba un vestido de Inga Sprawson y una tiara de diamantes de su abuela, la reina Ingrid. Entre los invitados, una generosa representación de la realeza europea y un puñado de lanzaroteños 'como peces fuera del agua'. Aquel enlace bañado de oropel y la inevitable presencia del matrimonio en las citas familiares son las únicas pistas de que, tras dos décadas de unión, la pareja y sus cuatro hijos son algo más que un matrimonio de clase acomodada de la isla.

Carlos Morales Constantino de Grecia
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