Charlène de Mónaco acapara toda la atención en misa con su vestido de tendencia

Domingo o, lo que es lo mismo para católicos, el día de obligado encuentro con Dios en la iglesia en un ceremonioso ritual llamado misa. Precisamente en torno a este acto se mueve el último look de nuestra protagonista. Muchas son las veces que hemos visto cómo las royals acuden a las iglesias de sus ciudades para hacer acto de presencia en esta solemne cita, pero pocas son las que alguna de las damas de la realeza lo hace derrochando estilazo, tal y como lo ha sucedido con Charlène de Mónaco.

Ayer, Alberto de Mónaco y su mujer se desplazaban hasta la iglesia de San Carlos ubicada en Montecarlo, y lo hacían para asistir a una misa presidida por el obispo Dominique-Marie David que tenía como objetivo principal conmemorar el 70 aniversario de la llegada de los Oblatos de San Francisco de Sales a Mónaco, una antigua congregación de sacerdotes fundada en Troyes (Francia).

Cumpliendo con las rigurosas medidas de seguridad y separación social impuestas por el coronavirus, el matrimonio royal se ha sentado en los primeros bancos del templo guardado la distancia pertinente entre ellos y el resto de asistentes.

Con un dress code formal propio de un solemne acto de tal envergadura, era de esperar que la camaleónica Charlène dejase a un lado su yo más 'casual' y atrevido para recuperar su versión más elegante y sofisticada. No solo ha cumplido con lo esperado, ha logrado acaparar la atención de todos los allí presentes y lo ha hecho gracias a su vestido. Un diseño de tendencia que ha vuelto a hacer brillar a la princesa de Mónaco con una dosis elevada de glamour.

La tendencia está en el color del vestido: un verde menta a modo de tentación cromática irresistible por el que Charlène de Mónaco ha sucumbido en este look. En cuanto al diseño, se trata de un vestido confeccionado en un tejido fluido de inspiración minimal con hombreras, cuello redondo, manga larga y falda con vuelo de largo tobillero.

A la sencillez intrínseca que presenta el vestido, la princesa ha acertado de pleno luciendo en el cuello un fular con un bonito estampado jacquard que juega con diferentes tonos, desde el verde menta del vestido pasando por los nude y los colores tierra, y unos salones básicos en color beis. Un outfit impecable al que no le podemos poner ni un pero y que es perfecto para asistir un domingo a misa.