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Luz verde (con condiciones) para la próxima boda real de Japón
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Luz verde (con condiciones) para la próxima boda real de Japón

Aunque acepta el matrimonio de su hija, el príncipe heredero Akishino es consciente de que el compromiso de la princesa Mako no despierta en la nación las simpatías esperadas

Foto: La princesa Mako y Kei Komuro, cuando anunciaron su compromiso. (Reuters)
La princesa Mako y Kei Komuro, cuando anunciaron su compromiso. (Reuters)

La princesa Mako de Japón, sobrina de Naruhito e hija de Akishino, el heredero, anunciaba su compromiso con Kei Komuro en septiembre de 2017. Tanto los padres de Mako como sus tíos, hoy emperadores, dieron su consentimiento, a pesar de que la princesa había escogido un plebeyo, rompiendo así con muchas tradiciones y viéndose obligada a renunciar a su estatus real, tal y como marca la ley nipona. Tres años después, la pareja sigue sin casarse. Y es que no son pocos los obstáculos que los prometidos han encontrado en su camino. Y aunque ya tienen luz verde, son muchas las condiciones y las reticencias que el propio padre de la novia ha mostrado en público recientemente.

Con motivo de su cumpleaños, el príncipe heredero Akishino ofrecía una rueda de prensa hace solo unos días. Y como era de esperar, una de las preguntas fue sobre la posible boda de su hija, que se está haciendo mucho de rogar. Precisamente, a mediados de mes, la princesa Mako emitía un comunicado para confirmar que sus planes seguían adelante: "Para nosotros, un matrimonio es una opción necesaria para vivir y honrar nuestro corazón. Somos insustituibles el uno para el otro, y podemos apoyarnos el uno en el otro en tiempos felices y en tiempos infelices". La hija mayor del príncipe Akishino -título de Fumihito- despejaba así las dudas sembradas en el país tras la prolongada demora de su boda, que había hecho pensar a muchos que finalmente no habría compromiso.

placeholder La princesa Mako y Kei Komuro, cuando anunciaron su compromiso. (Reuters)
La princesa Mako y Kei Komuro, cuando anunciaron su compromiso. (Reuters)

Pero sí lo hay y bastante firme, a pesar de que la propia Mako sabe que su compromiso no es del gusto de todos: "Somos conscientes de que hay algunas personas que piensan negativamente sobre nuestro matrimonio por varias razones". Entre estas razones, se encuentra sobre todo la diferencia de estatus entre los novios: al renunciar Mako a su rango real, la ley establece que se le otorgue una paga del Estado como compensación. Y, claro, eso toca directamente al bolsillo de los japoneses, puesto que sale de las arcas públicas. Pero también ha influido mucho en la opinión pública los problemas financieros que se conocieron de la familia del novio. Tal fue la polémica entonces que la pareja se vio obligada a posponer hasta 2020 los planes que tenían previstos para 2018. Después, la pandemia hizo que los de 2020 también se cancelaran y que ahora mismo no haya una fecha prevista, dado que él se encuentra estudiando en Estados Unidos y es posible que no organicen nada hasta su regreso.

Pero, además, también el padre de la novia es más que consciente de que el compromiso no despierta todas las simpatías que quizá Mako desea. De hecho, en los diferentes comunicados oficiales se ha mencionado que la familia imperial "respeta los sentimientos de la pareja", una tibia bendición que deja clara la tesitura en la que se encuentran especialmente los padres de la novia, entre respetar el deseo de su hija y proteger la férrea tradición japonesa. Así, aunque parece que no les va a quedar otra que aceptar el matrimonio, sí ha puesto alguna condición a la pareja, tal y como explicó en la rueda de prensa en la que se preguntó al príncipe Akishino por el tema. No solo ha pedido que los esfuerzos para resolver el problema financiero de la familia de Kei Komuro sean más "visibles", sino también que expliquen de forma pública todos los acontecimientos relacionados con la boda, cuando se establezcan de forma firme los planes para casarse. Un gesto con el que pretende acercarse más al pueblo y ganarse así la aprobación para la que será la próxima boda en la familia imperial.

placeholder El príncipe Akishino, con su familia en una fotografía tomada con motivo de su cumpleaños. (Reuters)
El príncipe Akishino, con su familia en una fotografía tomada con motivo de su cumpleaños. (Reuters)

La princesa Mako de Japón, sobrina de Naruhito e hija de Akishino, el heredero, anunciaba su compromiso con Kei Komuro en septiembre de 2017. Tanto los padres de Mako como sus tíos, hoy emperadores, dieron su consentimiento, a pesar de que la princesa había escogido un plebeyo, rompiendo así con muchas tradiciones y viéndose obligada a renunciar a su estatus real, tal y como marca la ley nipona. Tres años después, la pareja sigue sin casarse. Y es que no son pocos los obstáculos que los prometidos han encontrado en su camino. Y aunque ya tienen luz verde, son muchas las condiciones y las reticencias que el propio padre de la novia ha mostrado en público recientemente.

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