La infanta Elena se apoya en su ex Luis Astolfi tras 'perder' a su entrenador militar
Varios profesores de equitación ha tenido la hija mayor de los Reyes eméritos a lo largo de su carrera como amazona aunque con el sevillano le une una amistad especial
El jinete sevillano Luis Astolfi es, una vez más, uno de los principales apoyos de la infanta Elena. En el último concurso hípico al que ha asistido la hija mayor de los Reyes eméritos, celebrado en Sevilla a mediados de noviembre, Astolfi fue el encargado de asesorarla en el recorrido de salto, así como de ayudar a doña Elena en el resto de sus tareas como amazona. “Son inseparables desde hace años. Es algo que ya no choca porque estamos acostumbrados a verles así”, cuenta a Vanitatis una amazona que participó en el concurso. “Él ayudó a la Infanta con toda naturalidad, pero dudo que vuelva a ser su entrenador. Será más bien por la relación que les une”, añade.
Madera de campeón
Luis Astolfi Pérez de Guzmán fue un amor de juventud de doña Elena en los años 80. Cíclicamente, la prensa se empeña en relacionarles sentimentalmente, pero todo parece indicar que no hay nada más entre ellos que una profunda amistad. A ambos les une su pasión por la equitación y un grupo de amigos en común forjado en los circuitos hípicos.
Cuatro veces olímpico, el sevillano es uno de los jinetes más destacados de la historia del salto español. Debutó en competición con 14 años y desde entonces no ha dejado de aglutinar victorias. Estuvo casado con Isabel Flórez, empresaria sevillana dueña de unas conocidas tiendas de calzado infantil de la capital hispalense. Juntos son padres de dos hijos, Luis y Marina, que comparten afición al mundo del caballo con su progenitor. Dicen los que le conocen que es un hombre encantador, extrovertido, cercano y sencillo.
Medalla de oro
La última aparición pública de doña Elena fue precisamente en Sevilla en ese Campeonato de España de jinetes veteranos en el elitista Real Club Pineda. El club, precisamente, donde Astolfi comenzó a practicar la equitación y en el que, a día de hoy, viven sus caballos. El amor a la capital hispalense de doña Elena, de la que es hija predilecta desde octubre de 1995, y el hecho de que debido al covid se tratara de un concurso cerrado al público y a la prensa, seguramente convencieron a la Infanta a participar en él. La última polémica suscitada por Dibelunga, la yegua de su hija Victoria Federica de la que la Fiscalía del Tribunal Supremo investiga su financiación, probablemente habrían provocado alguna pregunta incómoda de no ser así.
Un día memorable para doña Elena teniendo en cuenta que su equipo, Madrid Azul, se hizo con la medalla de oro. La hermana del Rey subía al pódium relajada, muy sonriente, como no podía ser de otro modo con mascarilla y levantando el brazo en señal de victoria junto al resto de miembros de su equipo: Ramón Muñoz, Luis Fernández y Gustavo Barragán.
Sin entrenador
Con la abdicación de don Juan Carlos, Elena pasó de ser miembro de la familia real a familia del Rey. Con ello, perdía ciertos derechos y se liberaba de ciertas obligaciones como representar a la Corona en actos públicos. Entre sus privaciones, dejó de tener derecho a un entrenador hípico militar que, desde ese momento, tendría que costear ella de su propio bolsillo. Sus caballos los tiene estabulados en las cuadras que mandó construir junto con una pista de salto don Juan Carlos para su hija mayor en Zarzuela en 1987. Es ella la que se hace cargo de los costes de mantenimiento como son alimentación, mozo, herrador y veterinario.
No parece que esto suponga un problema para la hermana de Felipe VI, quien es titular de unas cuentas saneadas gracias a su trabajo en la Fundación Mapfre. Se calcula que su sueldo anual rondaría los 200.000 €. Pese a ello, Vanitatis ha podido averiguar que doña Elena no dispone de ningún entrenador en la actualidad.
Sus últimos mentores
Varios profesores de equitación ha tenido la hija mayor de los Reyes eméritos a lo largo de su carrera como amazona. Santiago Pérez Seoane, teniente coronel de la Guardia Real de Caballería y un hombre muy querido y admirado en la hípica, fue uno de los que más la marcaron. “Mi padre fue quien enseñó a montar a la Infanta”, declaraba su hijo Santiago en una publicación hípica. Su muerte, en 2001, a consecuencia de un accidente de circulación provocó en Elena una profunda tristeza de la que le costó recuperarse. De hecho, no duda en asistir al concurso de salto memorial que se celebra cada año en su honor y ser la encargada de la entrega de premios si así se lo piden.
De Manuel Malta da Costa, fallecido en 2014, guarda un recuerdo especial. Fue él quien le recomendó comprar a Qant y con los años se convirtió en su caballo favorito. El teniente coronel de Caballería Juan Queipo de Llano fue el director de caballerizas del palacio de la Zarzuela y profesor de doña Elena de 2002 a 2006. Actualmente, es criador de caballos en la finca que su familia posee en Ávila y, hasta hace unos meses, gestionaba la hípica del RACE de Madrid. Es un hombre amable, discreto y muy atractivo físicamente. Felipe Zuleta, por su parte, ha sido el último entrenador de la Infanta. Muy unidos también en lo personal, llegaron a surgir rumores de romance entre ellos, pero el militar está felizmente casado con una sobrina de Alfonso Diez, el que fuera marido de la duquesa de Alba, con quien es padre de dos hijos: Candela y Felipe. A principios de 2015 dejó de ser su entrenador al recibir una oferta de trabajo irrechazable en Mónaco.
Un cuarteto de ases del deporte hípico que, junto a los sabios consejos de su inseparable Luis Astolfi, han logrado que la Elena de Borbón destaque en su deporte favorito, aquel que le sirve como distracción de las polémicas que últimamente asolan a la familia del Rey.
El jinete sevillano Luis Astolfi es, una vez más, uno de los principales apoyos de la infanta Elena. En el último concurso hípico al que ha asistido la hija mayor de los Reyes eméritos, celebrado en Sevilla a mediados de noviembre, Astolfi fue el encargado de asesorarla en el recorrido de salto, así como de ayudar a doña Elena en el resto de sus tareas como amazona. “Son inseparables desde hace años. Es algo que ya no choca porque estamos acostumbrados a verles así”, cuenta a Vanitatis una amazona que participó en el concurso. “Él ayudó a la Infanta con toda naturalidad, pero dudo que vuelva a ser su entrenador. Será más bien por la relación que les une”, añade.
- La infanta Elena y Jaime de Marichalar, 26 años del compromiso que cambió Zarzuela Jose Madrid
- Los detalles del viaje de la infanta Elena a Emiratos: secretos, horarios y acompañante Silvia Taulés
- La reina Sofía recupera su collar más especial para su cita con uno de sus 'ojitos derechos' A. Rodríguez