De Sanxenxo a Jaén, los posibles refugios del rey Juan Carlos a su vuelta a España

Desde que don Juan Carlos decidió marcharse fuera de España con destino a los Emiratos Árabes, donde permanece desde el pasado 3 de agosto, la idea del monarca emérito era volver lo antes posible. Se barajaron fechas que fueron cayendo según pasaba el tiempo. La primera que estaba prevista para su posible regreso lo situaba en el mes de septiembre con la excusa de la celebración de la regata que lleva su nombre y que organiza su amigo Pedro Campos en Sanxenxo.

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Después, la vuelta pasó a octubre por la misma razón, dato que coincidía con el comentario del periodista (y amigo del emérito) Carlos Herrera en su programa, en el que aclaraba que don Juan Carlos querría hacer coincidir su regreso con el 12 de octubre, Día de la Hispanidad. ¿Cuáles fueron las razones para que no se cumpliera esta indicación? Hasta ahora ni Zarzuela ni el Gobierno han dado información puntual en este sentido. “En la actualidad, el Rey puede viajar libremente a España y a donde quiera”, aseguraba Herrera. Efectivamente, ya que hay tres investigaciones abiertas sin acusación de la Fiscalía ni de la Agencia Tributaria.

Ha sido de nuevo el periodista, que mantiene conversaciones fluidas con el monarca jubilado, el que afirma que el padre de Felipe VI quiere volver en Navidad para pasar los días más representativos con su hija la infanta Elena, que es quien mejor le entiende. La pregunta que surge a continuación es si viviría en el domicilio de su primogénita, si se instalaría en el palacio de la Zarzuela (que guste o no, es su residencia y tiene pleno derecho a usarla) o se alojaría en las viviendas de algunos de sus amigos personales. En el segundo caso, sí sería factible que una vez que ya está instalado en el palacio pasara algunos días en las fincas de estas amistades que le han continuado dando su apoyo desde la lejanía.

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En ese circuito personal hay varios lugares donde el Rey se encontraría cómodo porque, tanto durante su reinado como tras su abdicación, se ha alojado en la casa gallega de Pedro Campos y en las fincas de Alberto Alcocer, Samuel Flores, Cortina o Boluda, donde ha pasado, en muchas ocasiones, fines de semana largos coincidiendo con temporada de caza y regatas.

De Galicia a Aranjuez

En el caso del armador del Bribón, su casa de Sanxenxo ha sido, en los últimos años, uno de los lugares que ha visitado con más frecuencia. Él mismo lo explicaba a Vanitatis: “Don Juan Carlos viene cuando hay regatas, nada más. Se instala en mi casa, que por cierto no es un pazo como se ha dicho, sino un chalet familiar sin lujos más allá de lo que supone la comodidad de una familia. Tiene su habitación en el piso superior y nunca se hizo ninguna reforma para adecuarla a sus necesidades”.

La finca La Flamenca en Aranjuez (propiedad del duque de Fernán Núñez), a cuarenta kilómetros de Madrid, es un campo especial para el monarca. Sus últimas jornadas de caza fueron en enero, antes del confinamiento. La explotación corre a cargo de otro buen amigo: Javier Corsini Freese. El Rey fue uno de los invitados ilustres, junto con el príncipe Tchokotua y el duque de Calabria (fallecidos ambos), en su boda con María Teresa Prado y Eulate, en 1981. El emérito contaba con su grupo de amigos, entre los que se encontraban empresarios como Amador Suárez, José Manuel Pardo, Carlos Cutillas y Vicente Boluda. Con este último, expresidente del Real Madrid, mantiene una buena relación. Tanto es así que en junio de hace dos años acudió a la inauguración de su casa de campo en Navajas (Castellón) y podría volver a ser un refugio cómodo sin presiones externas.

Otras opciones

Los primos Cortina-Alcocer y Samuel Flores también fueron anfitriones habituales de don Juan Carlos, igual que Juan Abelló. Algunas de las propiedades de estos empresarios se encuentran en los términos de Ciudad Real, Toledo y Jaén.

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La soledad del Rey va a ser importante en el aspecto familiar, pero sus fieles seguirán compartiendo la vida alternativa. Si no hubiera fallecido la infanta Pilar, su chalet de Puerta de Hierro, donde aún vive uno de los sobrinos, sería un refugio perfecto. Muchas veces solía acercarse a mediodía para compartir mesa y mantel con la duquesa de Badajoz. “En casa de mi hermana se come mejor que en cualquier restaurante”, decía el monarca.

Este año, todo será muy diferente para don Juan Carlos. El primero sin ella y con varios frentes abiertos. Por ahora, ninguno como investigado.