Juegos, regalos absurdos y una báscula: lo que se perderán Guillermo y Kate estas Navidades
Aunque aún no se saben los planes de los Cambridge para la Navidad, es seguro que se quedarán sin disfrutar de muchas de las curiosas costumbres de la familia Windsor
En un gesto que no se daba desde hacía más de tres décadas, la reina Isabel II y el duque de Edimburgo han decidido pasar las Navidades solos en Windsor, en lugar de Sandringham, dadas las dificultades que hay este año en toda Europa para que se puedan reunir grupos numerosos. Una forma, primero, de cumplir con las restricciones y, segundo, de que los diferentes núcleos familiares que forman el clan no tengan que renunciar a ver a sus seres queridos para así proteger a la monarca. Así, ya se sabe que el príncipe Carlos se quedará con Camilla en Highgrove House, donde viven habitualmente, mientras que los planes de Guillermo y Kate no están claros, tal y como ellos admitían durante su reciente gira en el Royal Train. Lo que sí podemos anticipar es que la pareja se quedará sin disfrutar de muchas de las costumbres que se llevan a cabo tanto en Nochebuena como en Navidad, algunas de lo más curiosas.
Por ejemplo, en circunstancias normales, la cena daba comienzo a las 19:30 de la tarde, con regia puntualidad británica y una vez que el duque de Edimburgo había servido sus famosos cócteles. Se sabía la hora de inicio, pero no de final, ya que nunca acababa antes de que se retirara la reina Isabel, o en su momento, la reina madre, a la que le gustaba estar hasta altas horas de la noche. La velada se ocupaba con numerosos juegos de mesa, en los que la competencia era feroz, según se ha narrado en documentales y biografías a lo largo del tiempo.
Pero también, además de juegos y cócteles, la noche del 24 servía para que los Windsor se intercambiaran los regalos, en lugar de encontrarlos bajo el árbol la mañana de Navidad. Es precisamente en este punto donde encontramos el carácter más bromista de los Windsor, ya que la costumbre es que los obsequios fueran cuanto más absurdos, mejor. Esta original tradición ha dado lugar a varias anécdotas a lo largo de estas décadas. Cuentan que el príncipe Harry regaló un peine a su hermano Guillermo cuando empezó a perder pelo o que la princesa Diana se presentó con un jersey de cachemir para la princesa Ana, mientras que recibió a cambio un protector de papel higiénico cuidadosamente envuelto.
Ya metidos en cuestiones culinarias, la cena solía constar de un menú de seis platos con puré de patatas, coles de Bruselas o tocino rallado, además de pavo asado, que se servía como el plato principal. Y aquí llega otra de las costumbres más curiosas de los Windsor, instaurada por el rey Eduardo VII en el siglo XIX. Todos los miembros de la familia se pesan en una báscula antigua, antes y después de la cena, para que el anfitrión, en ese caso, Isabel II, confirme que sus invitados han quedado satisfechos con el banquete. Quizá la tradición más original con la que tampoco podrán cumplir.
Algo positivo tenía que tener la solitaria celebración de la reina Isabel y el duque de Edimburgo. Y es que al menos van a evitar a su familia el madrugón del día de Navidad, ya que cada año los Windsor tienen que asistir a dos misas. Una privada, a las 9 de la mañana en la capilla de Sandringham. La otra, unas horas más tarde en la iglesia de Santa Magdalena, un acto público que sirve para que podamos ser testigos de la reunión familiar y que supone uno de los 'puntos calientes' de las Navidades para la prensa británica. Aunque aún no se sabe si Guillermo y Kate lo pasarán en Anmer Hall o en casa de los Middleton, lo que es casi seguro es que no tendremos la fotografía más esperada de la época festiva, a la que el año pasado se unieron los príncipes George y Charlotte. Habrá que esperar un año entero para que, si todo va bien, volvamos a tener la imagen de la reina Isabel con toda su familia, que este año, por precaución, ha querido evitar.
En un gesto que no se daba desde hacía más de tres décadas, la reina Isabel II y el duque de Edimburgo han decidido pasar las Navidades solos en Windsor, en lugar de Sandringham, dadas las dificultades que hay este año en toda Europa para que se puedan reunir grupos numerosos. Una forma, primero, de cumplir con las restricciones y, segundo, de que los diferentes núcleos familiares que forman el clan no tengan que renunciar a ver a sus seres queridos para así proteger a la monarca. Así, ya se sabe que el príncipe Carlos se quedará con Camilla en Highgrove House, donde viven habitualmente, mientras que los planes de Guillermo y Kate no están claros, tal y como ellos admitían durante su reciente gira en el Royal Train. Lo que sí podemos anticipar es que la pareja se quedará sin disfrutar de muchas de las costumbres que se llevan a cabo tanto en Nochebuena como en Navidad, algunas de lo más curiosas.