Cuando Rappel ayudó a la condesa de Barcelona a escoger los Reyes del Príncipe y las Infantas
El empresario y futurólogo tuvo mucha relación con la abuela del rey Felipe, para quien diseñó buena parte de su vestuario
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F4a2%2F476%2F989%2F4a2476989b106ad5511900373bf8ca45.jpg)
Una de las personas que más trató a la condesa de Barcelona fuera de su entorno familiar e institucional fue Rappel. En aquellos años, el futurólogo tenía una de las mejores tiendas de tejidos con taller propio en la calle Ayala, en Madrid. Le hizo muchos vestidos y trajes de fiesta a la abuela de Felipe VI. Uno de ellos, un dos piezas amarillo, lo utilizó en un acto solemne cuando su marido don Juan cedió sus derechos dinásticos a su hijo don Juan Carlos como sucesor.
Conoció al vidente de la mano de la condesa de Ibarra, que era una de sus damas de compañía. “Era encantadora, entrañable, muy sencilla. Tengo un recuerdo precioso, y la primera vez que nos vimos ya me dijo que le gustaban los trapos y con humor me comentó: 'Como tengo este tipazo, a ver qué puedes hacer para disimular'. Y a partir de ahí nos entendimos muy bien y durante años le hice la mayoría de lo que se ponía. Era muy guapa y muy divertida. Venía a casa, a la tienda. El taller tenía el probador y un saloncito, y ahí se quedaba algunas tardes. Lo pasábamos muy bien”.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F28e%2F52b%2F6c7%2F28e52b6c79d254b62915ece553fb10e8.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F28e%2F52b%2F6c7%2F28e52b6c79d254b62915ece553fb10e8.jpg)
Cuenta cómo un día la madre de don Juan Carlos acudió con la princesa Zamoski para una prueba y llegaron también Micaela y Lolita Sevilla, a la que Rappel le estaba cosiendo una bata de cola de lentejuelas. “De pronto, doña María va y dice: '¡Anda, Rappel! Ya tenemos el cuadro flamenco'. Y efectivamente, se pusieron a cantar, a tocar palmas, y la condesa de Barcelona y la princesa a bailar sevillanas. Un espectáculo único”.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ff22%2F509%2Fb56%2Ff22509b5653bbee662e81cb52655b39b.jpg)
Doña María tenía una buenísima relación con todos los nietos, que la querían mucho. Rappel cuenta otro momento glorioso que vivió con su real clienta y amiga: “Era víspera de Reyes y entré en lo que ahora es El Corte Inglés de la calle Serrano, que antes era Galerías Preciados. Tenía que comprar juguetes para mis hijos. Y en esa planta me encuentro con la condesa, que estaba eligiendo reyes para sus nietos. Me dice: 'A ver, aconséjame que no sé qué comprar'. Y me ves a mí señalando lo que me parecía mejor para el príncipe Felipe y las infantas Elena y Cristina. Fue con lo que se quedó", explica.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F82f%2F771%2Fc48%2F82f771c4833b6a1b0a96149f4f264f2f.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F82f%2F771%2Fc48%2F82f771c4833b6a1b0a96149f4f264f2f.jpg)
Lo mejor llegó más tarde, como cuenta el empresario: "Días después tuvo un detalle muy entrañable conmigo. Me llamó pare decirme que a los niños les habían gustado mucho los juguetes, que estaban locos con los regalos. La verdad es que tuvimos una relación muy bonita”, concluye.
Una de las personas que más trató a la condesa de Barcelona fuera de su entorno familiar e institucional fue Rappel. En aquellos años, el futurólogo tenía una de las mejores tiendas de tejidos con taller propio en la calle Ayala, en Madrid. Le hizo muchos vestidos y trajes de fiesta a la abuela de Felipe VI. Uno de ellos, un dos piezas amarillo, lo utilizó en un acto solemne cuando su marido don Juan cedió sus derechos dinásticos a su hijo don Juan Carlos como sucesor.