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Los 53 del rey Felipe: la aventura de cumplir años en plena borrasca de 'fuego amigo'
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CUMPLEAÑOS DEL REY

Los 53 del rey Felipe: la aventura de cumplir años en plena borrasca de 'fuego amigo'

¿Qué circunstancias históricas marcaron el 53 cumpleaños de su padre, el rey Juan Carlos, y de sus abuelos, el conde de Barcelona y el rey Pablo de Grecia?

Foto: El rey Felipe, en una imagen de archivo. (Getty)
El rey Felipe, en una imagen de archivo. (Getty)

Siempre se dijo que había recibido la mejor formación y que sería el Rey de España mejor preparado para el ejercicio de su cargo. Claro, una afirmación tan rotunda suele ofrecer flecos discutibles, pero en términos generales así ha sido. El rey Felipe es, con toda probabilidad, el monarca que ha llegado al trono de España con la mejor preparación de cuantos le han precedido. Y hoy, transitando por el 2.417 día de su reinado, justo en la fecha de su 53 cumpleaños, es evidente que ya ha dejado muestras suficientes de su buen hacer como jefe del Estado de España.

Nadie dijo que fuera a ser fácil. Aunque tampoco se auguraba un periodo tan complejo. Sin embargo, cuando el itinerario de la agenda política nacional dio sus últimos traspiés y alumbró el primer Gobierno de coalición, ya se adivinó una muy probable crisis institucional de envergadura.

placeholder El rey Felipe y Pablo Iglesias, en el homenaje a las víctimas de coronavirus. (EFE)
El rey Felipe y Pablo Iglesias, en el homenaje a las víctimas de coronavirus. (EFE)

Cuatro ingredientes y un denominador común

Sin entrar en el análisis de sus 2.417 días como Rey, permítame el lector apuntar únicamente los principales ingredientes de su receta y el denominador común de estos años.

Cuatro ingredientes: humildad, determinación, vocación de servicio y transparencia. A medida que el ciudadano ha advertido que el Rey asumía su responsabilidad y ejercía como jefe del Estado, con ese mismo ritmo recuperaba el prestigio de la institución… Y ello una y otra vez, no solo frente a los sucesivos embates que sufre la nación, sino también ante los que tratan de desacreditar a su padre y antecesor.

Un denominador común: Constitución, Constitución, Constitución. Este es el único ‘verbo’ que debe conjugar un rey en una democracia parlamentaria. El rey Felipe está convencido de ello. Y esta ha sido su varita mágica. Esta ha sido, y es, la clave de su firmeza frente al peligrosísimo 'fuego amigo'.

En 1991, el rey Juan Carlos gozaba de un impresionante prestigio internacional

Muy distinto era el ambiente en la Zarzuela el año en el que su padre, el rey Juan Carlos, cumplió los 53 años, cuando ya llevaba 15 en el trono. En enero de 1991, España no solamente había superado con creces el franquismo, sino que ya llevaba más de ocho años de gobiernos socialistas, bajo el liderazgo de Felipe González. Es verdad que la economía no despegaba. Es verdad que los casos de corrupción provocaban ya una cierta alarma. Pero la monarquía estaba en todo lo alto. El rey Juan Carlos recibía grandes premios internacionales: en 1991 obtuvo el Humanitarian Award de la Fundación Elie Wisel. Y era muy respetado en todo el mundo, especialmente en Hispanoamérica, como se demostró en la Conferencia de Paz de Guadalajara, México, que se celebró justamente en 1991. Todos los jefes de Estado iberoamericanos iniciaban su intervención cumplimentando al anfitrión e, inmediatamente después, con un saludo especial al Rey de España.

placeholder El rey Juan Carlos, durante una cumbre iberoamericana. (EFE)
El rey Juan Carlos, durante una cumbre iberoamericana. (EFE)

El propio rey Juan Carlos confesó a José Luis de Vilallonga: “Cada vez que esto ocurría se me ponía la carne de gallina. Todos me daban testimonio de un respeto, un afecto, que nadie les había impuesto. Pero estaba claro que para ellos el rey de España no era un jefe de Estado como los demás. Era para ellos alguien aparte. Alguien especial. Un español”.

En 1966, su abuelo Juan se enfadó muchísimo con su hijo Juanito

Radicalmente distinto —claro está— era el entorno de su abuelo Juan, conde de Barcelona, en la fecha de su 53 cumpleaños, en 1966. Residía, como es sabido, en Estoril con toda su familia, a excepción de Juanito, que se formaba en la España de Franco desde 1948. Entre otros acontecimientos, el heredero del trono de España decidió celebrar ese año el 25 aniversario del fallecimiento de su padre, Alfonso XIII, como argumento para mantener viva la llama de su alternativa a Franco. Con ese motivo se organizó un almuerzo al que asistiría una amplia representación monárquica, en el que se leería un manifiesto de apoyo a Juan de Borbón como “heredero indiscutible” de la Corona de España.

En ese almuerzo debió estar su hijo Juanito, como hijo y heredero. Pero finalmente no acudió, sin una razón clara -dijo estar aquejado de una infección intestinal-, por lo que provocó un airado enfado en su padre y, al mismo tiempo, una sonrisa irónica en los pasillos de El Pardo. El conde de Barcelona expresó su gran enfado durante el almuerzo, porque el Príncipe había "desobedecido una orden mía" y había roto la "unidad de la dinastía", cosa que le impulsó a acelerar su oposición a Franco. De hecho, nombró a Areilza como secretario de su consejo y se vinculó más directamente a las fuerzas políticas contrarias a Franco, desde los carlistas hasta los comunistas.

placeholder El conde de Barcelona y el entonces príncipe Juan Carlos. (Cordon Press)
El conde de Barcelona y el entonces príncipe Juan Carlos. (Cordon Press)

Y en 1954, su abuelo Pablo disfrutaba en el Crucero Agamenón

Y especialmente interesante fue, en Grecia, el año 1954 en el que el rey Pablo cumplió los 53 años. El rey Felipe VI y su abuelo materno comenzaron a reinar con la misma edad, a los 46 años. Por lo tanto, Pablo de Grecia celebraba en 1954 sus 53 años y su séptimo año de reinado, al igual que Felipe VI en este sorprendente 2021.

Después de un largo periodo de guerras, tanto las internacionales como la propia interna de Grecia, en Europa se hablaba del milagro helénico como reconocimiento del fuerte crecimiento económico que estaba experimentado el país. La situación se explica, en buena medida, como consecuencia del importante apoyo recibido de Estados Unidos, en el marco de su política de contención al comunismo. Y por otro lado, también, como consecuencia de la confianza de los inversores, especialmente las grandes fortunas griegas en el exterior.

En este marco se sitúa la iniciativa de los reyes de Grecia, Pablo y Federica, que invitaron a todas las familias de la realeza europea a participar en un atractivo viaje turístico por las islas griegas… Se conoce como el Crucero Agamenón, dado que así se llamaba el barco de 5.500 toneladas que acababa de construir el armador Eugenides y que realizaba el transporte regular de pasajeros entre Oriente Medio y Marsella.

Se celebró en agosto de 1954, con la participación de un centenar de royals de toda Europa, en el ejercicio del cargo o en el exilio. Y fue todo un éxito. Sobre todo, como promoción turística de Grecia y de sus atractivas islas. En el singular crucero participaron, por ejemplo, los condes de Barcelona y su hijo Juanito, que tenía 16 años. Y coincidieron, lógicamente, con la familia anfitriona: los reyes Pablo y Federica, así como sus tres hijos, Sofía, Constantino y la pequeña Irene.

placeholder Pablo y Federica de Grecia. (Cordon Press)
Pablo y Federica de Grecia. (Cordon Press)

Allí se conocieron la princesa Sofía y el hijo de los de Barcelona, el príncipe Juan Carlos, como se les conocía entonces. Sin embargo, no se hablaron prácticamente. Así lo contó años después la reina Sofía: "El chico de Barcelona me pareció muy revolucionario, muy gracioso, muy gamberro. Teníamos los dos dieciséis años, pero diferentes núcleos de relación. Me di cuenta en ese viaje. Él alternaba más con las familias francesas e italianas; y yo iba más con los alemanes y los ingleses. Pero personalmente, entre Juan Carlos y yo no hubo nada de nada. No me sacó a bailar ni siquiera una vez”.

Fermín J. Urbiola

Periodista y escritor

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Siempre se dijo que había recibido la mejor formación y que sería el Rey de España mejor preparado para el ejercicio de su cargo. Claro, una afirmación tan rotunda suele ofrecer flecos discutibles, pero en términos generales así ha sido. El rey Felipe es, con toda probabilidad, el monarca que ha llegado al trono de España con la mejor preparación de cuantos le han precedido. Y hoy, transitando por el 2.417 día de su reinado, justo en la fecha de su 53 cumpleaños, es evidente que ya ha dejado muestras suficientes de su buen hacer como jefe del Estado de España.

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