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... Y doña Letizia ganó el pulso a doña Sofía
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OPINIÓN

... Y doña Letizia ganó el pulso a doña Sofía

Se cumplen tres años de aquel pulso tenso, penoso y viral entre las reinas Letizia y Sofía a la salida de la catedral de Palma

Foto: Las dos Reinas caminan abrazadas tras la ceremonia de los Premios Princesa de Asturias de 2019. (Limited Pictures)
Las dos Reinas caminan abrazadas tras la ceremonia de los Premios Princesa de Asturias de 2019. (Limited Pictures)

Se cumplen tres años de aquel pulso tenso, penoso y viral entre las reinas Letizia y Sofía a la salida de la catedral de Palma. Aquel día, la joven Reina logró que la madre del monarca fracasara en su empeño de hacerse una foto con sus nietas. Pasado este tiempo, bastó ver a la princesa Leonor en el estreno de su agenda en solitario como heredera de la Corona para confirmar que, aun sin persistir la guerra familiar, doña Letizia ha ganado el pulso de manera definitiva.

Si el objetivo de la actual Reina consorte era controlar la imagen -y por supuesto, la educación- de su hija, la pasada semana quedó claro que lo había alcanzado con creces. Lejos ya de aquel reflejo infantil que la llevó a propinar el ‘manotazo’ más criticado del actual reinado -la opinión pública afeó a la niña que se desembarazara del abrazo de la abuela por efecto de la presión materna-, doña Leonor es hoy una adolescente desenvuelta, atractiva, controlada, sonriente y... prometedoramente profesional.

placeholder La princesa Leonor, en su estreno en solitario. (EFE)
La princesa Leonor, en su estreno en solitario. (EFE)

Claro que habrá quien dude de si la profesionalidad de la heredera recuerda más al oficio de periodista que al de reina. De hecho, nunca se había visto a una futura ‘royal’, micrófono en mano, haciendo una pregunta a sus anfitriones -sobre los trabajadores del Instituto Cervantes en el exterior durante el covid- cuyo contenido rebasaba los límites de la cortesía institucional para entrar en el terreno del puro interés informativo.

Desde luego, en su intensa vida de escaparate, el príncipe Felipe nunca pasó de la lectura de discursos, y su imagen durante su primer viaje oficial en solitario a Colombia, también a los 15 años, fue asustadiza y hierática.

Se mire como se mire, el hipercontrol de la reina Letizia sobre la princesa Leonor ha generado algunos beneficios tangibles. Su sello se reconoce en las primeras réplicas que la heredera de la Corona empieza a dar a la sociedad del futuro, que es la sociedad de la imagen. Y el modelo de formación elegido por la pareja real en el colegio de Gales no hará, previsiblemente, sino ahondar en la autonomía y en la seguridad de la princesa en sí misma y en su función futura.

placeholder La princesa Leonor, en su estreno en los Premios Princesa de Asturias. (EFE)
La princesa Leonor, en su estreno en los Premios Princesa de Asturias. (EFE)

Cosa diferente es la radical y ya permanente ausencia en la foto de la reina Sofía. Los Premios Princesa de Asturias -donde se atisba una ‘entente cordial’ como las de posguerra del siglo XX- son la excepción a una carencia absoluta de encuentros familiares. El cordón sanitario extendido por la Zarzuela sobre el pasado de la institución -a raíz de los escándalos del emérito- salva y blinda a la heredera de futuras y aún impredecibles contaminaciones; pero a la vez la deja en peculiar e inédita orfandad, tratándose la suya de toda una familia real europea.

Con abuela o sin ella -sin ella, en realidad-, lo cierto es que la futura Reina ya ha echado a andar. Seguramente, antes de lo que le habría gustado a su real madre. Y es que doña Letizia ganó el puso a doña Sofía, pero al final quien manda es la Corona.

Se cumplen tres años de aquel pulso tenso, penoso y viral entre las reinas Letizia y Sofía a la salida de la catedral de Palma. Aquel día, la joven Reina logró que la madre del monarca fracasara en su empeño de hacerse una foto con sus nietas. Pasado este tiempo, bastó ver a la princesa Leonor en el estreno de su agenda en solitario como heredera de la Corona para confirmar que, aun sin persistir la guerra familiar, doña Letizia ha ganado el pulso de manera definitiva.

Si el objetivo de la actual Reina consorte era controlar la imagen -y por supuesto, la educación- de su hija, la pasada semana quedó claro que lo había alcanzado con creces. Lejos ya de aquel reflejo infantil que la llevó a propinar el ‘manotazo’ más criticado del actual reinado -la opinión pública afeó a la niña que se desembarazara del abrazo de la abuela por efecto de la presión materna-, doña Leonor es hoy una adolescente desenvuelta, atractiva, controlada, sonriente y... prometedoramente profesional.

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