El acto más feminista de Letizia (y su trayectoria defendiendo a la mujer)

Parece que, de momento, los reyes Felipe y Letizia no van a trabajar juntos en los próximos días. Porque si todos los compromisos oficiales que han tenido esta semana han sido por separado, la siguiente semana empieza, al menos, de la misma forma. El lunes, doña Letizia presidirá en el Congreso de los Diputados un acto con tintes muy feministas: se trata de la instalación del escritorio de Clara Campoamor en el propio Palacio del Congreso, ya que hasta ahora se encuentra situado en el vestíbulo de uno de los edificios anexos al hemiciclo. Estará acompañada de Meritxell Batet, artífice del traslado, Carmen Calvo, y Pilar Llop, presidenta del Senado. Con esto, se quiere reconocer la importancia de la figura de Campoamor en la política de nuestro país, ya que, además de ser diputada de las Cortes, fue una de las principales impulsoras del sufragio femenino. Pero esta cita del lunes no es la primera que Letizia ha tenido con el feminismo -y, muy probablemente, tampoco será la última-.

La reina Letizia nunca ha tenido problema en hablar públicamente sobre la desigualdad de la mujer en muchos ámbitos, como una mayor tasa de analfabetismo o la brecha salarial. Recordamos una ocasión especialmente, en 2015, en la que, enfundada en un vestido con escote palabra de honor en negro, presidió los Premios Woman y aprovechó su discurso para denunciar algunas situaciones de desigualdad: "En el mundo de la mujer hay muchas cosas que se pueden hacer de otra manera. Hay muchas cosas que deben mejorar y cambiar. Por mencionar algunas: las tasas de analfabetismo, los matrimonios de niñas menores de edad, el paro femenino, la desigualdad en los salarios y en el tiempo que hombre y mujer dedican a la casa y a los niños. Hablar de mejorar el acceso a la salud, la educación, la justicia y la cultura son palabras mayores que a veces empiezan por gestos muy pequeños", dijo durante su intervención. No dejó a nadie indiferente, ya que no era muy habitual que una reina se implicara en temas que, al menos hasta hace unos años, se consideraban más políticos, aunque es algo que ha cambiado.

Tampoco nos podemos olvidar de la ocasión en la que pidió públicamente un pacto de Estado contra la violencia de género. Fue en marzo de 2017, cuando asistió al acto de clausura del Congreso Internacional Mujer y Discapacidad que se celebró en Ávila. Unas palabras que, además, tuvieron consecuencias muy positivas para ella y es que, dos años después, el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género la distinguía por "su implicación en la lucha contra la violencia machista y su preocupación por las mujeres maltratadas, especialmente las que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad". Un premio que recibió de manos del rey Felipe y que agradeció, aunque reconociendo que lo merecían más todas las personas y organizaciones que trabajan día a día por erradicar la violencia doméstica.

Y no fue una cita puramente feminista, pero también podemos incluir en esta lista la visita que hizo a Sevilla hace unos meses, para inaugurar el Tourism Innovation Summit. No estaba previsto que asistiera ella sola, pero tuvo que ejercer también de rey Felipe, pronunciando su discurso, ya que el monarca se encontraba en cuarentena por haber estado en contacto estrecho con un positivo por coronavirus.

Y más simbólico aún fue el partido de baloncesto al que asistía en marzo del pasado año, justo antes de que se decretara el estado de alarma y estallara la crisis sanitaria. Además de tratarse de la final de la Copa de la Reina de baloncesto, una competición femenina, no pudo haber mejor fecha para celebrarlo: el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Casualidad o no, lo cierto es que los años anteriores su agenda había estado en blanco. Una circunstancia que algunos interpretaron como mera coincidencia, otros como una forma de unirse al movimiento femenino de la jornada.