La presencia (y ausencia) del rey Felipe en el funeral del duque de Edimburgo
En el último adiós al marido de la reina Isabel hubo dos detalles que llamaron la atención por su relación con la Casa Real española
Nos enterábamos de la muerte del duque de Edimburgo sobre la una de la tarde del pasado viernes, 9 de abril. Dos horas después, conocíamos la primera reacción -al menos pública- de los reyes Felipe y Letizia. "Querida tía Lilibet: Hemos sentido una profunda tristeza al recibir la noticia del fallecimiento de nuestro querido tío Philip", así empezaba el telegrama que no tardaron en enviar a la monarca británica, dejando clara la relación afectiva que une a estas dos Coronas. De ahí que haya llamado la atención un detalle del funeral del duque de Edimburgo, celebrado el pasado sábado. O, mejor dicho, dos: uno que simbolizaba la presencia del rey Felipe -no física, lógicamente- y otro que hacía precisamente lo contrario, denotar su ausencia.
La presencia del monarca español estaba representada en el funeral del duque de Edimburgo a través de un estandarte con las armas del rey Felipe, que pende de los sitiales superiores del coro de la capilla de San Jorge del castillo de Windsor. El motivo es que este templo es la sede de la Nobilísima Orden de la Jarretera, de la que don Felipe fue nombrado caballero en 2018 -aunque no fue investido por la reina Isabel hasta junio de 2019-. De ahí que cuente con un sillón con su nombre en el coro de forma vitalicia y siempre ondee sobre él su estandarte heráldico. Lo mismo sucede con el resto de caballeros de la Orden: todos están representados de esta forma, incluyendo al rey Juan Carlos, que recibió el nombramiento en 1988. Por eso, se pudo ver el escudo de armas de Felipe VI durante el funeral, muy cerca, además, del correspondiente al Rey emérito.
Ahora bien, de la 'presencia' a la ausencia. El covid hizo que ninguna de las casas reales europeas estuviera físicamente en la ceremonia, limitada a 30 personas. Y es imposible saber si, de haberse podido celebrar un funeral multitudinario, los reyes Felipe y Letizia hubieran asistido. Pero es verdad que muchas monarquías quisieron estar, aunque de otra forma. Por eso, pudimos ver muchas coronas de flores enviadas por otros reyes europeos, como Sonia y Harald de Noruega, Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, Margarita de Dinamarca, Constantino y Ana María de Grecia, Guillermo, Máxima y Beatriz de Holanda y los grandes duques de Luxemburgo, Enrique y María Teresa. Es decir, que solo faltaban las que representaran al Principado de Mónaco y a la Casa Real española.
Dada la estrecha relación entre las dos casas reales, el detalle ha llamado la atención de bastantes usuarios en las redes sociales. Y es que, además de amistad, también une a los Windsor y los Borbón relación familiar, que se explica tanto por parte de don Juan Carlos como de doña Sofía: además de que el Rey emérito era nieto de la reina Victoria Eugenia de Battenberg, prima hermana de la princesa Alicia, madre del duque de Edimburgo, el príncipe Andrés de Grecia, padre del duque, era primo hermano de Pablo I, rey heleno y padre de la Reina emérita. Cierto que es un parentesco lejano, pero que ellos han alimentado a lo largo de las décadas, estrechando lazos.
Sea como sea, lo cierto es que todo parece indicar que Felipe y Letizia prefirieron no enviar flores al castillo de Windsor y hacer otro tipo de homenajes al duque de Edimburgo. Y aunque se podría interpretar como un desplante, también se puede considerar lo contrario: han sido los únicos que han respetado los deseos de Isabel II, que pidió que explícitamente que no hubiera ofrendas florales y que, en su lugar, se podían hacer donaciones a diferentes causas benéficas.
Nos enterábamos de la muerte del duque de Edimburgo sobre la una de la tarde del pasado viernes, 9 de abril. Dos horas después, conocíamos la primera reacción -al menos pública- de los reyes Felipe y Letizia. "Querida tía Lilibet: Hemos sentido una profunda tristeza al recibir la noticia del fallecimiento de nuestro querido tío Philip", así empezaba el telegrama que no tardaron en enviar a la monarca británica, dejando clara la relación afectiva que une a estas dos Coronas. De ahí que haya llamado la atención un detalle del funeral del duque de Edimburgo, celebrado el pasado sábado. O, mejor dicho, dos: uno que simbolizaba la presencia del rey Felipe -no física, lógicamente- y otro que hacía precisamente lo contrario, denotar su ausencia.