Urdangarin logra su objetivo en Vitoria: del bufete al deporte en el anonimato
Quienes se cruzan con él lo hacen entre la indiferencia y el desconocimiento. "El interés informativo es nulo, ni siquiera sabemos si va a trabajar y poco importa", dice un periodista
“Me he cruzado con Urdangarin varias veces por Vitoria y mucha gente lo reconoce, aunque lleve la mascarilla y muchas veces un gorrito, pero nadie le hace ni caso”. Hablamos con un vitoriano que resume la nueva vida del marido de la infanta Cristina, la que empezó hace algo más de un mes en la capital vasca tras lograr el traslado y el tercer grado.
Una vida, nos dicen, tranquila y casi anónima. La familia Urdangarin de Borbón ha logrado su objetivo: dejar de ser noticia. Al menos, el exduque de Palma, a quien ni siquiera la prensa busca para hacerle alguna foto.
“Un ejemplo claro: este lunes había una rueda de prensa de pensionistas a 25 metros de donde está el despacho de Urdangarin y entre los compañeros -éramos ocho periodistas locales- nos reíamos porque hemos pasado de intentar conseguir una foto como fuera a pasar de él, nadie se interesa ya por Urdangarin”, nos cuenta un periodista del lugar. “El interés informativo es nulo, es que no sabemos siquiera si va a trabajar y poco importa ya”, añade.
"Va a trabajar, claro"
Desde Vanitatis hablamos con personas del entorno de la familia, que nos aseguran que “va a trabajar, claro que sí, eso está controlado, además”. Eso sí, el Derecho no es su gran pasión. Lo que le interesa a este excampeón olímpico de balonmano es precisamente eso, el deporte, por eso pasa largas horas en el gimnasio Estadio, que dirige su hermano Mikel.
Está a 350 metros de su casa y cuenta con las piscinas más grandes de Vitoria, pero no es un club elitista ni mucho menos. Allí es donde la Infanta suele ir también cuando está en Vitoria y muchos la han visto jugando a pádel con amigas.
La idea de Urdangarin, según él mismo ha contado a algunos allegados, es crear un equipo de balonmano en este club, en el que ahora hay otras disciplinas. Se trataría de hacer algo casi amateur de lo que se encargaría el marido de la Infanta: formar un equipo, entrenarlo y presentarlo a competiciones.
"Quién sabe si pueden llegar a ganar y todo”, nos comentan desde su entorno. Lo que está claro es que quiere volver al balonmano. Los deportistas de élite no lo pueden remediar, siempre quedan atrapados en su pasado.
Festivo en Vitoria
En Vitoria, además del bufete y del gimnasio, poco más hace Urdangarin. “Ha salido algún día a tomar algo pero se le ve poco -nos confiesa el citado periodista-, y aunque muchos lo reconocen, muchos otros ni lo ven cuando se cruzan con él, con la mascarilla y el gorrito...”. Este miércoles es festivo en Vitoria porque es San Prudencio y puede que salga a darse una vuelta y echar unos potes, como dicen allí.
Lo que sí nos comentan desde su entorno es que recibe visitas de su mujer con mucha más asiduidad de lo que sabemos públicamente. Una vez los medios dejan de perseguir a Urdangarin para tomarle fotos, las visitas de la Infanta quedan en el anonimato. Volvemos al principio: lo han conseguido tras años de infierno.
Cristina viene y va
Es más, la hermana pequeña de Felipe VI viene a España con una regularidad casi militar. Viaja a Barcelona también, donde suele visitar a su hijo Pablo, que vive en la capital catalana desde el pasado verano. En Barcelona, la Infanta y su hijo tienen amigos y familia, en especial la familia Gui Urdangarin, la de Ana, la mayor de los hermanos de Iñaki.
También sigue con su trabajo en La Caixa, entidad de la que intentó desvincularse a finales de 2019, un proceso que quedó en suspenso por la pandemia. Algunas veces la infanta Cristina viaja a Barcelona, otras prefiere ir a Vitoria a ver a su marido. Este viernes, su hijo Miguel cumple 19 años y puede que haya movimientos en la familia. Puede que, además, casi nadie se entere, como viene siendo habitual en las últimas semanas.
“Me he cruzado con Urdangarin varias veces por Vitoria y mucha gente lo reconoce, aunque lleve la mascarilla y muchas veces un gorrito, pero nadie le hace ni caso”. Hablamos con un vitoriano que resume la nueva vida del marido de la infanta Cristina, la que empezó hace algo más de un mes en la capital vasca tras lograr el traslado y el tercer grado.