La prima de la reina Isabel II y sus problemas de salud tras recibir la vacuna contra el covid

Parece que hablar de los príncipes Michael de Kent se ha convertido en casi una costumbre. Hace unos días, el primo de la reina Isabel acaparaba todos los titulares por haber utilizado su posición social, su relación familiar y sus contactos con políticos rusos -incluido el presidente Putin- para cerrar acuerdos comerciales. Una información que se supo porque dos periodistas infiltrados se hicieron pasar por supuestos clientes en una llamada de Zoom. Pues bien, cuando parecía que las aguas se habían calmado, volvemos a tener noticias del matrimonio, al que casi siempre ha perseguido la polémica. Pero esta vez, la protagonista es su mujer, la princesa Michael de Kent, y los problemas de salud tras vacunarse contra el covid-19, por los que actualmente está atravesando.

Hay que recordar que María Cristina von Reibniz -su nombre real despojado de títulos- padeció coronavirus en noviembre. Y se informó por aquel entonces de que su estado de salud era bastante delicado, puesto que pasó algún tiempo con fiebre muy alta y fatiga severa. Y aunque no se la ha visto desde entonces, se da por hecho que lo superó, ya que recibió las dos dosis de la vacuna contra el covid a principios de este año. Y ahí es, precisamente, donde muchos apuntan que ha surgido el problema, ya que fue vacunada con la AstraZeneca, que sabemos que no tiene una fama intachable. Es imposible de vincular y de establecer una relación causa-efecto entre la inmunidad y su situación actual, pero lo cierto es que la princesa Michael de Kent lleva más de un mes enferma por la formación de coágulos de sangre.

Una fuente cercana a la familia ha comentado que está siendo un auténtico sufrimiento y que tanto su marido como sus hijos, Frederick y Gabriella Windsor, están realmente preocupados por ella. La incertidumbre se ha instalado entre la prensa británica, ya que, además, desde el palacio de Kensington no se está proporcionando ningún tipo de información sobre su situación. Y es que, aunque su marido es primo hermano de la reina Isabel y la pareja ha participado en numerosos actos oficiales, no reciben ningún tipo de financiación del Estado, más allá de que están libres de pagar impuestos, que ya supone un enorme privilegio. De ahí que no sean unos royals 'al uso' y que las vías oficiales hayan declinado la petición de informar sobre su estado de salud.

Lo cierto es que tanto en Kensington como en Buckingham están más que acostumbrados a que se les pregunte por el príncipe Michael de Kent y por su mujer, pero por temas que no tienen nada que ver con su estado de salud. La fama precede a ambos y son un matrimonio habitualmente criticado por sus salidas de tono. De hecho, ni siquiera el haberse contagiado de coronavirus el pasado noviembre libró a la princesa de las críticas, ya que algunos haters utilizaron las redes sociales y aprovecharon las noticias sobre su enfermedad para desearle la muerte. Un grave hecho que, de momento, no se ha repetido, quizá por que su estado actual es bastante más delicado y preocupante.