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Las esmeraldas que ha heredado Simoneta y otras valiosas joyas de la infanta Pilar
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HERENCIA DE LA INFANTA PILAR

Las esmeraldas que ha heredado Simoneta y otras valiosas joyas de la infanta Pilar

Simoneta Gómez-Acebo lució en una boda el pasado fin de semana unos pendientes de esmeraldas de su madre. Queda por saber aún quién ha heredado el resto de joyas

Foto: Simoneta Gómez-Acebo, con las esmeraldas de su madre. (Gtres)
Simoneta Gómez-Acebo, con las esmeraldas de su madre. (Gtres)

Se ha escrito mucho sobre la herencia de la infanta Pilar tras su muerte el 8 de enero de 2020 a los 83 años de edad. Fue un año después de su fallecimiento cuando se conoció que sus hijos, Simoneta, Juan, Bruno, Beltrán y Fernando, habían puesto a la venta la casa en la que la hermana de don Juan Carlos residía en Madrid, concretamente en Puerta de Hierro, y también la propiedad que la difunta duquesa de Badajoz tenía en Calvià, Mallorca. Asimismo, los objetos personales así como sus joyas se dividieron en cinco lotes, uno para cada hermano.

Sin embargo, se desconocía quién se había quedado con cada pieza, hasta este sábado, que hemos descubierto que ha sido Simoneta Gómez-Acebo, su única hija, la heredera de sus esmeraldas. La prima de Felipe VI acudió este fin de semana a la boda de Carlota Pérez-Pla y Pedro Bravo en Gijón. En la lista de invitados, en la que también estaban Marta Ortega y Carlos Torretta, figuraba Simoneta, quien se decantó por un colorido estilismo, aunque más allá de su ropa y su vistoso tocado fueron sus joyas lo que llamó la atención, ya que eligió para la ocasión los pendientes de esmeraldas de su madre.

placeholder Simoneta en la boda de Carlota Pérez-Pla y Pedro Bravo. (Gtres)
Simoneta en la boda de Carlota Pérez-Pla y Pedro Bravo. (Gtres)

Se trata de un conjunto formado por un valioso broche de esmeraldas a juego con unos pendientes que pertenecieron a la reina Isabel II. Al fallecer la reina, las piezas salieron a subasta y fue su nuera, la reina María Cristina de Habsburgo, la que se hizo con ellas, dejándoselas en herencia a su hijo Alfonso XIII. Este se lo regalaría a la condesa de Barcelona, su nuera, con motivo del nacimiento de don Juan Carlos. María de las Mercedes quiso a su vez que su primogénita, la infanta Pilar, heredera este lote, y esta hizo lo propio dejándoselo a Simoneta.

placeholder La infanta Pilar, en la boda de su hijo Fernando. (Getty)
La infanta Pilar, en la boda de su hijo Fernando. (Getty)

Otras grandes joyas

Desvelado este misterio, todavía nos queda por saber qué ha ocurrido con otras valiosas joyas que poseía la duquesa de Badajoz. A pesar de que nunca representó a la familia real española, salvo en contadas excepciones como la investidura de Beatriz de Holanda o la asistencia a alguna cena de gala, la infanta podía presumir de un importante joyero que le legó su madre. Descendiente directa de las reinas españolas, doña Pilar atesoró un buen número de piezas de gran valor, tanto histórico como económico.

placeholder La infanta Pilar, con su tiara de zafiros. (Gtres)
La infanta Pilar, con su tiara de zafiros. (Gtres)

Quizás la joya más importante es la tiara realizada en platino, diamantes y zafiros. Una pieza que recibió de manos de su madre, la condesa de Barcelona, y que ella misma lució en numerosas ocasiones. Un diseño Belle Époque que perteneció a la dinastía Orleans y que, según David Cuevas, experto en joyas y dueño de la joyería Molina y Cuevas, puede alcanzar los 200.000 euros. La pieza guarda además un gran valor sentimental para los Gómez-Acebo, ya que fue la que eligieron Bárbara Cano y Laura Ponte para sus bodas con Bruno y Beltrán, respectivamente. Esta última decidió lucirla del revés, dándole un aire mucho más retro.

placeholder Laura Ponte, el día de su boda con la tiara de zafiros. (Getty)
Laura Ponte, el día de su boda con la tiara de zafiros. (Getty)

Aparte de la tiara, la infanta Pilar también contaba con varias piezas con zafiros, como un collar y pendientes. Fueron propiedad de la reina María Cristina de Habsburgo, y María de las Mercedes las recibió en 1935 de manos de su suegro, Alfonso XIII, con motivo de su boda con don Juan. Los condes de Barcelona se las entregaron a su primogénita en sus nupcias con Luis Gómez-Acebo. La duquesa de Badajoz, una mujer práctica, decidió utilizar solo uno de los zafiros a modo de pendentif, que llevaba siempre colgado de su collar de perlas favorito.

placeholder La infanta Pilar, con el pendentif de zafiros. (CP)
La infanta Pilar, con el pendentif de zafiros. (CP)

Pero la infanta no solo contaba con la tiara de zafiros. Tenía una pieza en su joyero que también podía ser utilizada como diadema, aunque ella siempre la lució como collar. Según varias fuentes, fue un regalo de bodas que recibió de su futuro marido, Luis Gómez-Acebo. Además, la duquesa solía lucir este conjunto con unos pendientes de esmeraldas que pertenecieron a Isabel II.

placeholder La infanta Pilar, con el conjunto de esmeraldas. (Gtres)
La infanta Pilar, con el conjunto de esmeraldas. (Gtres)

Mónica Martín Luque ha sido la única de la familia en lucirla en modo tiara en su boda con Fernando Gómez-Acebo, en 2004.

placeholder Mónica Martín Luque, luciendo las esmeraldas como tiara el día de su boda. (Gtres)
Mónica Martín Luque, luciendo las esmeraldas como tiara el día de su boda. (Gtres)

Pilar contaba con un collar también con mucha historia formado por 25 perlas y cierre de brillantes, a juego con unos pendientes igualmente de perlas, cuya primera dueña fue la reina Isabel II. Tras su muerte, pasaría a su hijo Alfonso XII y acabarían en el joyero de su segunda esposa, la reina María Cristina, terminando en manos de la condesa de Barcelona. María de las Mercedes se lo legó a su primogénita, quien lo llevó tanto en la boda del Príncipe de Asturias como en la de su hijo Beltrán y en la abdicación de don Juan Carlos. En la imagen inferior, aparte del collar y los pendientes de perlas, vemos un original broche que también perteneció a la condesa de Barcelona.

placeholder La infanta, en la boda de Beltrán Gómez-Acebo. (Getty)
La infanta, en la boda de Beltrán Gómez-Acebo. (Getty)

Se ha escrito mucho sobre la herencia de la infanta Pilar tras su muerte el 8 de enero de 2020 a los 83 años de edad. Fue un año después de su fallecimiento cuando se conoció que sus hijos, Simoneta, Juan, Bruno, Beltrán y Fernando, habían puesto a la venta la casa en la que la hermana de don Juan Carlos residía en Madrid, concretamente en Puerta de Hierro, y también la propiedad que la difunta duquesa de Badajoz tenía en Calvià, Mallorca. Asimismo, los objetos personales así como sus joyas se dividieron en cinco lotes, uno para cada hermano.

Simoneta Gómez-Acebo
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