El vestido naíf de la reina Letizia para un gran almuerzo en el Palacio Real

El Palacio Real de Madrid se ha engalanado para recibir a António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas. Tras la visita de Estado del presidente de Corea y su esposa hace unas semanas, parece que don Felipe y doña Letizia han reactivado los actos oficiales en el histórico edificio, que ha permanecido sin albergar eventos más de un año. Pero es hora ya de que brille, y qué mejor que el almuerzo con el que los Reyes han agasajado a Guterres, noveno secretario de la ONU, quien recientemente ha sido reelegido para un segundo mandato de cinco años.

Al ágape, al que ha precedido un encuentro entre don Felipe y Guterres, han asistido importantes autoridades, entre las que destacaban el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera, Carmen Calvo; la vicepresidenta cuarta del Gobierno, Teresa Ribera; la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya; la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; o el líder de la oposición, Pablo Casado. También ha estado presente en el almuerzo Pau Gasol, en calidad de embajador de buena voluntad de Unicef España.

Y pasando ya a cuestiones de estilo, tras las repeticiones de la Reina este jueves en Barcelona, en donde la vimos por la mañana con un vestido denim y por la noche con uno de estrellas de Nina Ricci, ha tocado otro reciclaje, esta vez de un vestido azul celeste de Carolina Herrera con un vistoso estampado floral en tonos rojizos, rosas y verdes, falda de gasa y cinturón muy fino para remarcar silueta. Pertenece a la colección Resort 2018 y el modelo original era de tirantes, pero doña Letizia le añadió unas mangas también de gasa con bordado de flores a juego.

Doña Letizia estrenó el vestido de la diseñadora venezolana en Mallorca, en septiembre de 2017, cuando viajó junto al Rey para inaugurar el nuevo Palacio de Congresos. En aquella ocasión optó por combinarlo con los salones nude de Prada y una cartera de mano de Felipe Varela en color salmón con combinación de piel lisa y animal print. Esta vez le ha dado algo más de color con complementos de Magrit: los salones de ante rosa fresa y la cartera de mano a juego.

Parece que doña Letizia se resiste a sacar las aguamarinas de Bulgari que antes lucía con asiduidad, y que llevó la primera vez que lució el vestido. Lo cierto es que las piedras preciosas quedaban genial con el tono del modelo, y le daban un aire más elegante al look. Pero ella prefiere ahora las joyas minimalistas, y ha optado por los pendientes de oro amarillo representando cañas de bambú, los mismos que lucía este jueves la princesa Leonor en la entrega de los Premios Princesa de Girona.

Aquí termina la agenda de doña Letizia, aunque la semana que viene está también cargadita. El martes mantendrá una reunión de trabajo con miembros del equipo directivo de Abertis y celebrará el 75º aniversario de la creación de Unicef, el miércoles participará de forma telemática en el foro de alto nivel sobre enfermedades raras de la ONU y el jueves inaugurará ARCO junto al Rey.