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El proyecto que une a la reina Sofía y Alicia Alcocer Koplowitz
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ESPÍRITU SOLIDARIO

El proyecto que une a la reina Sofía y Alicia Alcocer Koplowitz

Ambas están involucradas en proyectos relacionados con el apadrinamiento, la adopción y el bienestar de animales dirigidos desde la fundación FAADA

Foto: La reina Sofía y Alicia Alcocer Koplowitz. (Fundación FAADA)
La reina Sofía y Alicia Alcocer Koplowitz. (Fundación FAADA)

Alicia Alcocer Koplowitz es la segunda hija de la empresaria y mecenas Esther Koplowitz y de Alberto Alcocer. Ha heredado de su madre la vertiente solidaria y dedica tiempo, esfuerzo y trabajo a la fundación ANAA, una entidad dedicada a buscar familias para animales domésticos abandonados. Se creó en 1992 y la joven es socia de honor desde hace tres años. “Lo que hacemos es buscar financiación y hogares para animales que están en centros de acogida. Hay perros, gatos y otros animales domésticos a los que sus dueños abandonaron”, cuenta Alicia, tras recibir una de las Medallas de Oro del grupo Pro Arte y Cultura que preside Mayte Spínola. Un acto que se celebró en la finca El Romeral y que contó con la presencia de otros galardonados del mundo de la ciencia, la cultura, el arte y la medicina.

La reunión artística contó con una mezcla de asistentes entre los que se encontraba la familia casi al completo de la anfitriona. Sus hijas Mayte, Rocío y Gracya, sus hermanas, Carmen y Conchita, madre del torero Miguel Báez, sobrinos y nietos. Una de ellas, Alba Fernández Barreiros, fue la encargada de presentar el acto y nombrar tanto a los 32 premiados como a las personalidades que entregaban las Medallas de Oro.

La hija de Esther Koplowitz acudió a la cita con sus dos amigas, Belén Ravelo y Tamara Flores, que trabajan con ella en la asociación. Las tres se llevaron a un acompañante que se convirtió en el centro de atención. Incluso acompañó a la premiada para recibir su medalla de manos de Eugenia Martínez de Irujo, otra acogedora de animales abandonados. El compañero de fiesta atendía al nombre de Marlango, un perrazo bueno y tranquilo sin pedegrí que debe su nombre al grupo musical. Lo salvaron de una muerte segura: “Lo abandonaron cuando tenía dos meses junto a sus hermanos de camada”, explicaba Belén. Marlango pasa temporadas consecutivas con las tres amigas.

placeholder Alicia Alcocer Koplowitz, junto a Marlango. (Foto: Cortesía)
Alicia Alcocer Koplowitz, junto a Marlango. (Foto: Cortesía)

Una de las anécdotas que tiene que ver con la relación que mantiene con Alicia es que cuando alguien dice su nombre, la busca entre la gente. Y, efectivamente, es lo que sucedió cuando Belén Ravelo dijo: “¿dónde está Alicia?”, y el perrazo la buscó hasta encontrarla.

Proteger la fauna marina

Esta no es la única actividad solidaria de Alicia Alcocer y sus amigas. Comparten con la Reina emérita otros proyectos relacionados con el apadrinamiento, la adopción y el bienestar de animales dirigidos desde la fundación FAADA. Una de las propuestas de hace unos años era crear un santuario para delfines en Lipsi, un grupo de islotes situado en el archipiélago de Dodecaneso, al sur de Samos.

La reina Sofía quiso conocer la iniciativa de primera mano y viajó en mayo pasado al centro de rehabilitación para mamíferos marinos y tortugas que se encuentra en Grecia. La Fundación Reina Sofía colabora con FAADA desde hace tiempo. Doña Sofía se trasladó en barco con su hermana Irene, Alicia Alcocer, Belén Ravelo y miembros de la ONG a ese lugar donde los delfines pueden vivir en semilibertad.

placeholder La reina Sofía, con algunos de sus acompañantes. (Fundación Reina Sofía)
La reina Sofía, con algunos de sus acompañantes. (Fundación Reina Sofía)

“Es una bahía protegida porque ya no pueden vivir en libertad total. Se morirían. Están acostumbrados a que los alimenten de manera artificial en los delfinarios y soltarlos en alta mar sería abandonarlos a su suerte. No sobrevivirían. Fue un viaje largo, difícil y sin ninguna comodidad”, comentan a Vanitatis Alicia y sus amigas. La experiencia real quedó plasmada en un reportaje fotográfico de la fundación FAADA igual que Marlango en la fiesta de la cultura y el arte de El Romeral.

Alicia Alcocer Koplowitz es la segunda hija de la empresaria y mecenas Esther Koplowitz y de Alberto Alcocer. Ha heredado de su madre la vertiente solidaria y dedica tiempo, esfuerzo y trabajo a la fundación ANAA, una entidad dedicada a buscar familias para animales domésticos abandonados. Se creó en 1992 y la joven es socia de honor desde hace tres años. “Lo que hacemos es buscar financiación y hogares para animales que están en centros de acogida. Hay perros, gatos y otros animales domésticos a los que sus dueños abandonaron”, cuenta Alicia, tras recibir una de las Medallas de Oro del grupo Pro Arte y Cultura que preside Mayte Spínola. Un acto que se celebró en la finca El Romeral y que contó con la presencia de otros galardonados del mundo de la ciencia, la cultura, el arte y la medicina.

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