La respuesta de Laurent de Bélgica a los rumores sobre la separación de su mujer

Que el príncipe Laurent es la oveja negra de la familia real belga es algo indiscutible. El hermano del rey Felipe es un personaje controvertido desde su juventud, cuando ya aseguró para sorpresa de muchos que su tía la española Fabiola había intentado en varias ocasiones durante su niñez someterlo a exorcismos por su mal comportamiento. Con el paso de los años, sus polémicas han ido aumentando, desde sus quejas por la poca paga que recibe del Estado -300.000 euros anuales- a intentar colar gastos privados, como el papel del baño, a la lista de gastos oficiales.

Su actitud en los actos oficiales también ha sido puesta en entredicho. Incluso los informativos de las televisiones españolas mostraban en julio de 2019 el comportamiento del hermano del rey Felipe en las celebraciones del Día Nacional, cuando no dudó en hablar por teléfono móvil durante el desfile militar o se negó a saludar a los políticos allí presentes. Y quien soporta estas rabietas es la princesa Claire, una gran desconocida para la gran mayoría. Ahora, varios medios belgas aseguran que Laurent y su mujer se habrían separado y que ella vive desde Navidades en casa de sus padres con sus tres hijos, Louise y los mellizos Nicolás y Aymeric.

Puestos en contacto desde Vanitatis con Wim Dehandschutter, el periodista especializado en realeza belga niega tal información, explicando que son muchas las ocasiones en las que los medios de comunicación del país han separado a la pareja. Es más, el propio Laurent ha negado que haya algún tipo de distanciamiento. Sin embargo, el hecho de que Claire esté casi desaparecida y que por segundo año consecutivo no haya acudido a la Fiesta Nacional hace que los belgas estén con la mosca detrás de la oreja. Preguntando a Palacio, se limitan a aclarar que nunca confirman ni desmienten informaciones relacionadas con la vida íntima de los miembros de la familia.

Quizás el motivo de las ausencias de Claire sea que la princesa ha estado luchando estos años contra una enfermedad, de la que tampoco se ha querido dar más detalles. Fue el 12 de abril de 2003 cuando Claire Coombs le daba el 'sí, quiero' al príncipe Laurent, el menor de los hijos de los entonces reyes titulares Alberto II y Paola. La ceremonia religiosa tuvo lugar en la catedral de Bruselas y, para su gran día, la princesa eligió un favorecedor diseño de Natan, la firma favorita de las royals belgas.

Tras el matrimonio se convirtió en su alteza real la princesa Claire de Bélgica; sin embargo, y al contrario que sus cuñadas, Matilde, reina de los belgas, y Astrid, hermana del rey Felipe, no tiene un papel asignado en la Casa Real y las pocas labores que cumple tienen que ver con acompañar a su marido, generalmente a actos en los que se apoya las causas ambientales o de los animales. También era habitual verla en actos familiares, aunque sus ausencias son cada vez mayores.

No habiendo pasado un año de su boda, la pareja daba la bienvenida a su primera hija, la princesa Louise, que ahora tiene 17 años y se lleva de maravilla con sus primas Elisabeth, heredera del trono, y Laetitia, la benjamina de Astrid. En 2005 nacían los príncipes mellizos Nicolas y Aymeric, de 15 años. La familia reside en Villa Clémentin, una casa de campo ubicada en la ciudad de Tervuren, la misma que, según la información de la prensa belga, Claire dejó en Navidades para mudarse con sus padres una vez separada de Laurent.

Solo el tiempo dirá si el príncipe Laurent dice la verdad y todo va bien o es cierto que su matrimonio con Claire ha llegado a su fin.