Menchu ya descansa junto a su marido: su entierro, sin la reina Letizia y en la intimidad
Menchu Álvarez ha tenido la despedida que quería. Sin grandes discursos, sin flores. Su entierro se ha celebrado en la intimidad y sin la presencia de la Reina
Sin flores, sin grandes discursos y tal y como ella quería. Menchu Álvarez del Valle ha llevado la discreción que siempre la caracterizó hasta sus últimas consecuencias. Porque la abuela de la reina Letizia ya descansa en el cementerio de El Carmen, de Ribadesella, y su entierro ha sido como ella quería, en absoluta intimidad. No se ha contado con la presencia de doña Letizia, tampoco de su hermana Telma. Apenas una docena de personas han despedido a la 'radiofonista' -como ella misma se consideraba- este mismo miércoles. Entre ellas, sus dos hijos, Henar y Jesús Ortiz -acompañado de su esposa, Ana Togores-, y su hermana, Marisol del Valle.
Sobre las 10:30 de la mañana llegaban los primeros asistentes al sepelio, que esperaban un rato hasta que llegaba el féretro con el cuerpo de Menchu, precedido de sus dos hijos y su nuera. Los tres recibían en ese momento las condolencias de los más cercanos, llenos de emoción por la despedida de una persona tan querida y respetada en Ribadesella. Y todo ha sido como la propia Menchu había querido. No ha habido discursos, solo unas palabras del párroco, como tampoco flores, algo que ella había pedido expresamente.
Eso sí, la abuela de doña Letizia no ha podido evitar que se le hagan homenajes. El primero llegaba el mismo martes por la tarde, cuando repicaron las campanas de la iglesia de San Salvador de Moru en su memoria. Y tampoco han faltado las condolencias de personalidades relevantes de la comunidad asturiana. El presidente del Principado, Adrián Barbón, trasladaba en redes sociales su pésame a la familia de doña Letizia por la muerte de su abuela paterna, "una de las voces más conocidas y reconocidas de la radio asturiana", con una "trayectoria vital ligada a la comunicación" y "muy querida por la sociedad asturiana".
Y el antiguo director de la Fundación Princesa de Asturias, Graciano García, escribía "con lágrimas en los ojos y mucha tristeza", porque se querían "mucho", que hace unos días habló con ella por teléfono y que al final sintió "que era una despedida hasta la eternidad". La relación entre ambos era estrecha y rara vez Menchu se perdía la entrega de los Premios Princesa de Asturias, siendo una de las personas presentes en el teatro Campoamor de Oviedo cuando debutó Leonor.
Tampoco la familia ha podido evitar que el entierro de Menchu haya acaparado cierta atención mediática y que algunos periodistas se encontraran a las puertas del cementerio para obtener imágenes. Tras el entierro, veíamos a Jesús Ortiz consolando a su tía, Marisol Álvarez, que no era solo la hermana de Menchu, sino también amiga y compañera de batallas radiofónicas durante décadas. De hecho, ambas recibieron en 2013 el Premio Nacional de Radio. Fueron muchas las horas de ondas y micrófonos que compartieron, por lo que también Marisol, como toda la familia Ortiz-Álvarez, se ha quedado sin uno de sus pilares.
Siguiendo su discreción habitual, la familia ha agradecido las muestras de condolencia, pero no ha querido hacer declaraciones a la salida del cementerio, donde ya descansa Menchu. Lo hace junto a su marido, José Luis Ortiz, que fallecía en 2005, y su hija Cristina, que murió en 2001. Y si se cumple el deseo que expresaba hace unos meses en una entrevista, en su epitafio pondrá lo que mejor la definía y lo que quería que la gente recordara de ella: "Menchu fue una amante fiel a su trabajo. Enamorada de la radio".
De la radio y de su familia, que hoy, algunos, como la reina Letizia y Telma Ortiz, desde la distancia, otros en Asturias, le han dado un último adiós, sencillo, pero muy emotivo, respetando sus deseos.
Sin flores, sin grandes discursos y tal y como ella quería. Menchu Álvarez del Valle ha llevado la discreción que siempre la caracterizó hasta sus últimas consecuencias. Porque la abuela de la reina Letizia ya descansa en el cementerio de El Carmen, de Ribadesella, y su entierro ha sido como ella quería, en absoluta intimidad. No se ha contado con la presencia de doña Letizia, tampoco de su hermana Telma. Apenas una docena de personas han despedido a la 'radiofonista' -como ella misma se consideraba- este mismo miércoles. Entre ellas, sus dos hijos, Henar y Jesús Ortiz -acompañado de su esposa, Ana Togores-, y su hermana, Marisol del Valle.