Es noticia
Menú
Paloma Rocasolano, una abuela muy querida y el mejor apoyo para la infanta Sofía
  1. Casas Reales
FAMILIA REAL ESPAÑOLA

Paloma Rocasolano, una abuela muy querida y el mejor apoyo para la infanta Sofía

Desde que se diera a conocer su nombre como la madre de la prometida del entonces príncipe Felipe, Paloma Rocasolano siempre ha procurado estar en segundo término

Foto: Paloma Rocasolano. (Getty)
Paloma Rocasolano. (Getty)

Desde que se hizo oficial el compromiso de la periodista Letizia Ortiz con el príncipe Felipe, Paloma Rocasolano ha mantenido un perfil bajo. Las veces que se ha dejado ver en actos relacionados con la familia paterna de sus nietas, Leonor y Sofía, ha procurado estar en segundo término. No ha querido fama colateral y no ha tenido un mal gesto para la prensa cuando los reporteros han coincidido con ella en la calle. Buenas palabras, sonrisa y despedida. Esa ha sido su manera de actuar en público. En privado, es otra cosa. Porque su faceta de abuela es su favorita y es, precisamente, la que mostraba este miércoles la revista 'Semana': un reportaje de Paloma Rocasolano con su nieta Sofía, paseando por un parque cercano a su domicilio.

Más ejemplos de su discreción: nunca ha posado con la Reina y sus hijas, como sí hizo Telma Ortiz y su novio en los Premios Princesa de Asturias de 2019, una imagen que se publicó en redes sociales y que llamó la atención, ya que en aquel momento Robert Gavin aún no estaba divorciado de su mujer, Sharon Corr. A lo más que llegó la hoy enfermera jubilada fue a felicitar a su nieta en su estreno como protagonista de los premios que llevan su nombre en el pasillo del teatro Campoamor.

placeholder Paloma Rocasolano, en una edición anterior de los Premios Princesa de Asturias. (EFE)
Paloma Rocasolano, en una edición anterior de los Premios Princesa de Asturias. (EFE)

Este perfil elegido por Paloma Rocasolano ha sido el común denominador de su vida pública al convertirse en abuela de la heredera. La relación con sus nietas es muy directa. Cuando eran pequeñas, y hasta hace poco, se trasladaba al Pabellón del Príncipe (así denominan en Zarzuela a la casa de Felipe VI) cuando los padres tenían viajes oficiales que no fueran en el día. Para la princesa Letizia, el que su madre estuviera de supervisora era una garantía.

Ahora ya no es tan necesaria su presencia, pero es una de las personas que no debe identificarse cuando acude al recinto de la Zarzuela. La hermana Telma tampoco. En ese listado se encuentran los nombres del círculo más íntimo de los Reyes como son los hermanos Fuster, Jaime Anglada, las amigas de doña Letizia y, hasta hace unos años, Javier López Madrid. Por cuestiones obvias, el empresario dejó de formar parte de esa exclusiva prerrogativa. Aseguran a Vanitatis que más que un privilegio es una manera de agilizar los trámites obligatorios de seguridad cuando se comparte la vida privada del jefe del Estado y su familia.

placeholder Paloma Rocasolano, con sus nietas en la comunión de la infanta Sofía. (EFE)
Paloma Rocasolano, con sus nietas en la comunión de la infanta Sofía. (EFE)

La madre de la Reina vive en el Madrid de los Austrias y hace vida de barrio. Acude al gimnasio y a los comercios de su zona. “No se disfraza para pasar desapercibida y si la saludas contesta con naturalidad”, asegura un periodista que comparte gimnasio con ella. En el 2017 se jubiló. Ahora tiene más tiempo para hacer vida común con Sofía, que se ha quedado sin su hermana, y con Carla, la hija de Érika.

Estudió enfermería y su primer trabajo fue en el centro de salud La Lila, en Oviedo. Con el tiempo la nombraron jefa de extracciones. Por motivos profesionales de su entonces marido, Jesús Ortiz, toda la familia se trasladó a Madrid, y ella tuvo que volver a empezar. Con el tiempo dejó de ejercer directamente su profesión y se convirtió en delegada de SATSE, el sindicato de enfermería.

Los que la trataron en aquellos años hablan muy bien de ella a Vanitatis. "Cumplía con su trabajo, que consistía en visitar los centros de salud y los hospitales de la zona que le correspondía para ver cómo funcionaba nuestro sector. Si teníamos problemas con algún servicio, hacía el informe correspondiente y nos informaba también de aspectos burocráticos. Solía venir con el mismo compañero y la verdad es que solo puedo hablar bien de ella. La recuerdo con su pelo rizado, muy cariñosa y a veces traía bombones. Hablaba mucho de sus tres hijas y presumía de ellas. Cuando Letizia se hizo novia del Príncipe, la quitaron de la calle y la dejamos de ver. Después supimos que la habían nombrado jefa del programa de Cooperación Internacional de Vacaciones Solidarias”, cuenta una colega de la Fundación Jiménez Díaz que coincidió con la abuela de la heredera.

placeholder Paloma Rocasolano. (Limited Pictures)
Paloma Rocasolano. (Limited Pictures)

Para Paloma Rocasolano hubo un antes y un después en su vida. Un punto de inflexión con la muerte de su hija Érika. La añorada periodista Paloma Gómez Borrero contaba una anécdota que vivió en primera persona con ella: “Entré a rezar en la iglesia de San Ginés, en la calle Arenal. Muy cerca estaba una mujer que lloraba desconsoladamente. Me acerqué y le pregunté si necesitaba algo. Fue entonces cuándo la reconocí y entendí su llanto”.

Efectivamente un tiempo antes, en febrero de 2007, había fallecido su hija. Gómez Borrero había coincidido con Érika en Roma cuando se inauguró una exposición con fotos de la madre Teresa de Calcula firmadas por el periodista Mario Podestá. La editorial italiana FMR, en la que en aquel momento trabajaba la hermana pequeña de la princesa Letizia como directora de la revista 'ARTE', presentaba el libro con las imágenes de la muestra. Érika pasó ese fin de semana con Paloma Gómez Borrero. Se alojaron en el mismo hotel, cenaron, almorzaron juntas y le contó anécdotas de ese viaje. Uno de ellos era lo friolera que era su hija.

Así se lo contó Gómez Borrero a la desolada madre, que dejó de llorar en ese encuentro en la iglesia de San Ginés. Y que, tras las vueltas de la vida, ahora ejerce de orgullosa abuela de sus cinco nietas, Leonor y Sofía, Carla Vigo y las dos pequeñas de Telma Ortiz.

Desde que se hizo oficial el compromiso de la periodista Letizia Ortiz con el príncipe Felipe, Paloma Rocasolano ha mantenido un perfil bajo. Las veces que se ha dejado ver en actos relacionados con la familia paterna de sus nietas, Leonor y Sofía, ha procurado estar en segundo término. No ha querido fama colateral y no ha tenido un mal gesto para la prensa cuando los reporteros han coincidido con ella en la calle. Buenas palabras, sonrisa y despedida. Esa ha sido su manera de actuar en público. En privado, es otra cosa. Porque su faceta de abuela es su favorita y es, precisamente, la que mostraba este miércoles la revista 'Semana': un reportaje de Paloma Rocasolano con su nieta Sofía, paseando por un parque cercano a su domicilio.

El redactor recomienda