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Harry y Meghan, ¿influyentes o "insufribles"? Así reacciona EEUU a la portada de 'Time'
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CONTROVERTIDA REAPARICIÓN

Harry y Meghan, ¿influyentes o "insufribles"? Así reacciona EEUU a la portada de 'Time'

La primera sesión fotográfica de los duques de Sussex tras su salida de la Casa Real para la portada de 'Time' no ha dejado a nadie indiferente… y mucho menos a los estadounidenses

Foto: Harry y Meghan, en una imagen de archivo. (Reuters)
Harry y Meghan, en una imagen de archivo. (Reuters)

No deja de ser curioso cómo en poco tiempo Meghan Markle pasó de encarnar el viejo sueño americano de tener una princesa de sangre yanqui (aunque técnicamente no fuera así) a convertirse en el blanco perfecto de los odios de gran parte del país, tanto de los que despotrican contra las reivindicaciones legítimas de las minorías (por haber desafiado el statu quo real desde su posición de mujer de raza mixta) como por los que consideran que se apropia de esas mismas causas (sumando la de la salud mental) desde el privilegio para llamar la atención y hacer caja.

Los primeros, por supuesto, han sido inmisericordes. “Meghan Markle y el principe Harry: los más insufribles de Time”, arrancaba una columna del 'New York Post' titulada “Farsa Real” y firmada por Maureen Callahan. “La compasión es su marca. ¡Oh! ¡Cómo han sufrido este año!”, reflexiona la autora, para enumerar que sus 'grandes gestas' en la era del coronavirus y de grandes desastres naturales han sido dar una entrevista para Oprah Winfrey desde un jardín impecable y grabar vídeos para Netflix desde su mansión de 14 millones de dólares en California. En un furibundo ataque al criterio de la revista, espeta: “¿Pueden ustedes mencionar una causa del mundo real que estos dos cantamañanas hayan defendido que no sea para su propio beneficio?”.

placeholder Harry y Meghan, en la portada de 'Time'.
Harry y Meghan, en la portada de 'Time'.

No parece casual, desde luego, que su lisonjero perfil venga firmado por el cocinero español José Andrés, que ha liderado desde el huracán María en Puerto Rico innumerables esfuerzos por trabajar en el terreno y dar alimento a los más necesitados. Y algunos han señalado que, hasta para ser filantrópicos, están haciendo gala de su arribismo. El tabloide digital 'Page Six', precisamente, hace más hincapié en otras partes del texto escrito por el chef para explicar su presencia en la lista, especialmente en un momento en el que dice que su vocación humanitaria fue una buena manera de canalizar los meses “quemados por la fama”. “Me da tanta pena la gente que está hastiada de la fama y acaba en la portada de 'Time'…”, escribía con sorna un usuario de Twitter recogido en esta publicación.

placeholder Harry y Meghan, en una foto de archivo. (EFE)
Harry y Meghan, en una foto de archivo. (EFE)

Otras publicaciones prefieren, con menos saña, descifrar la portada como mensaje en clave al Palacio de Buckingham. 'Newsweek' considera que supone “una puñalada en el corazón” a la institución. “Implícitamente, esta portada da credibilidad a todas sus acusaciones contra la Corona”, explican. El 'US Weekly', en cambio, pone el foco en que el día que salió la publicación, el miércoles, coincidía con el cumpleaños de Harry, que recibió una cordial felicitación de su hermano Guillermo y Kate Middleton en Twitter. “Le deseamos al duque de Sussex un feliz cumpleaños hoy”, decía el tuit en cuestión, sin duda más formal que cariñoso, aunque sí venía acompañado de fotografías familiares, una de ellas con Meghan.

Y hablando de fotos, muchos odios fueron vertidos sin esperar a leer nada. En concreto, las redes ardieron solo con ver la famosísima sesión: que si es tan falsa como ellos mismos, que si el lenguaje corporal indica que Meghan tiene a Harry totalmente acoquinado, que si se han pasado con el airbrush para que a Meghan no se le note la edad y que qué clase de empoderamiento para la mujer es ese… Los troles en su salsa. Y Harry y Meghan, pese a todo, parece que también.

No deja de ser curioso cómo en poco tiempo Meghan Markle pasó de encarnar el viejo sueño americano de tener una princesa de sangre yanqui (aunque técnicamente no fuera así) a convertirse en el blanco perfecto de los odios de gran parte del país, tanto de los que despotrican contra las reivindicaciones legítimas de las minorías (por haber desafiado el statu quo real desde su posición de mujer de raza mixta) como por los que consideran que se apropia de esas mismas causas (sumando la de la salud mental) desde el privilegio para llamar la atención y hacer caja.

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