El rey Juan Carlos I se sincera con su biógrafa: "Tengo que pensar en mi funeral"
“¿España le organizará un funeral a su medida? ¿Quién irá?”. Con esta pregunta retórica termina su nuevo libro Laurence Debray, gran amiga del Rey emérito
Una de las últimas veces que el rey Juan Carlos I se ha emocionado en los últimos meses fue durante el funeral del duque de Edimburgo, quien falleció el pasado mes de abril. Se lo cuenta a la escritora Laurence Debray, autora de ‘Mon Roir déchu’ (‘Mi rey venido a menos’, Stock, 2021), con quien ha mantenido varios encuentros desde que abandonó España. En el libro, que se publica este miércoles en Francia, el Rey emérito se refiere al sepelio del marido de Isabel II como “soberbio, realmente muy emocionante y elegante”.
La escritora, que es amiga personal del monarca desde hace décadas, le pregunta por los entierros en España. Y él responde contundente: “El entierro de mi padre fue muy bonito. Mientras tanto, tengo que pensar en el mío”. Y así, Debray lanza una pregunta, la última frase de su libro: “¿España le organizará un funeral a su medida? ¿Quién irá?”.
El libro, que ya ha llenado decenas de páginas tanto en Francia como en España y ha vendido miles de ejemplares antes de salir al mercado, es un homenaje a don Juan Carlos, de cuya vida se hace un recorrido amable y cariñoso. La escritora cuenta que ya de pequeña creció en un ambiente aristocrático y ha estado siempre acostumbrada a vivir entre lujos, por lo que cuando conoció al Rey de España se sorprendió por su “carisma”. Una personalidad arrolladora, dice, que la conquistó. Por eso se refiere a él en todo momento como “mi rey”.
Si hubiera muerto antes de Botsuana...
Así, cuando supo que Felipe VI renegaba de la herencia de su padre en marzo de 2020, en plena pandemia, escribió un artículo en defensa del Rey emérito que apareció publicado en la prensa francesa y la española. A las pocas semanas, confinada en su casa de París con su marido y sus dos hijos (y su gato), Debray recibió la llamada de don Juan Carlos. “Estoy leyendo un artículo en el que dices que si hubiera muerto antes de la cacería en Botsuana, habría muerto como un héroe. Pero lo estoy haciendo muy bien, ya sabes… ". Bromista hasta con su situación y su propia muerte, el Rey emérito le recordaba así a su amiga que su salud sigue siendo buena. “Creo que pasaste de héroe a marginado después de la caza -le responde Debray-, y debe haber sido muy brutal para ti".
A partir de aquel momento, las conversaciones y los intercambios de wasaps se hicieron cada vez más frecuentes e intensos hasta que la francesa decidió escribir el libro que aquí nos ocupa. “Me parece una muy buena idea”, contestó el monarca. Y la invitó a visitarlo a Abu Dabi. “Aquí -le dijo el monarca- tengo buenos amigos”. Ha habido varias visitas y le escritora ha podido constatar cómo Juan Carlos I ha envejecido.
Además de haber adelgazado, el Rey emérito trata de combatir el dolor y el envejecimiento con gimnasia y fisioterapia, todo en una vida en la que tiene tiempo para estar pendiente de lo que sucede en el mundo. Y de hablar sobre su futuro funeral, sí, pero también del pasado. Por eso, cuando le pregunta por Franco, Juan Carlos I lo define con una frase clara y concisa: “Sin él no hubiera sido posible la Transición”.
A lo largo de las 268 páginas del libro hay pocas palabras dedicadas a la delicada situación judicial en la que se encuentra el Rey emérito. Y las que le dedica son para exculparlo. Habla de regalos a los que no podía negarse y define así su momento: “Es cierto que nada le impide volver [a España], ninguna imputación, ninguna condena. No es un exiliado sino un expatriado, por tiempo temporal e indefinido”. También hay espacio para Corinna Larsen, a la que llama “la madame Pompidou del siglo XXI”. Y, como ya se ha dicho, asegura que las relaciones entre padre e hijo están rotas mientras que con la reina Sofía mantiene una buena relación y se llaman por teléfono.
Ante esta situación, Debray conmina al Rey emérito a expresarse: “Hay que hablar con los españoles, necesitan entender. Tiene que justificarse. Todos merecemos una explicación. Y piense en construir su leyenda, Majestad. Nadie lo hará por usted”. Juan Carlos I, según escribe Debray, le responde: “Las instituciones que dejé deberían ser suficientes. Hablan por sí mismas”.
Largo y muy descriptivo, en ‘Mon Roi déchu’ la escritora cuenta sus visitas a la Zarzuela a lo largo de los años, cómo cada vez que llegaba a palacio la recibían los incontables criados que allí sirven para darle paso después al jefe de la Casa Real, entonces Rafael Spottorno. Nada que ver, recuerda, con la vida de Abu Dabi, más parecida "a la de un jubilado de Nueva York instalado en Florida". Un jubilado preocupado por su país y por su futuro. Y eso pasará en algún momento por un funeral, sobre el que él mismo piensa desde “el desierto”.
Una de las últimas veces que el rey Juan Carlos I se ha emocionado en los últimos meses fue durante el funeral del duque de Edimburgo, quien falleció el pasado mes de abril. Se lo cuenta a la escritora Laurence Debray, autora de ‘Mon Roir déchu’ (‘Mi rey venido a menos’, Stock, 2021), con quien ha mantenido varios encuentros desde que abandonó España. En el libro, que se publica este miércoles en Francia, el Rey emérito se refiere al sepelio del marido de Isabel II como “soberbio, realmente muy emocionante y elegante”.
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