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Los problemas mentales de Lady Di y las valientes confesiones de otros royals sobre su salud emocional
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DÍA DE LA SALUD MENTAL

Los problemas mentales de Lady Di y las valientes confesiones de otros royals sobre su salud emocional

La fallecida princesa de Gales no dudó en alzar la voz sobre su bienestar emocional, como también han hecho su hijo Guillermo, Masako de Japón o los reyes de Suecia

Foto: La princesa Diana. (Europa Press)
La princesa Diana. (Europa Press)

Este martes se conmemora de nuevo el Día Mundial de la Salud Mental, un concepto hasta no hace mucho poco escuchado y al que no se le daba la importancia necesaria. Una vez más, entre las personalidades que servirán de altavoz a la jornada se encontrarán numerosos representantes de la realeza europea. ​Por ejemplo, la reina Letizia, siempre muy implicada en esta cuestión, preside el acto institucional del Día Mundial de la Salud Mental 2023, que este año lleva el lema 'Salud mental, salud mundial: un derecho universal' y que se celebra en más de cien países. En esta edición se busca reflejar la diversidad de la población mundial y la fuerza que toda esa diversidad, unida, puede aportar a una mejor salud mental, accesible, universal, de calidad y que respete los derechos humanos.

A miles de kilómetros de aquí, y cinco meses después de que el último viaje de Meghan Markle y el príncipe Harry a Nueva York desembocara en una polémica persecución de los paparazzi, la pareja regresa a la Gran Manzana por una buena causa: luchar también en pro de la salud mental. Los Sussex aparecen hoy en el festival Project Healthy Minds, donde estarán acompañados por un grupo que incluye al cirujano general Vivek Murthy para la Cumbre de Padres de la Fundación Archewell, en un panel moderado por el conocido presentador Carson Daly.

placeholder  La reina Letizia durante un discurso sobre salud mental. (LP)
La reina Letizia durante un discurso sobre salud mental. (LP)

En otras ocasiones se ha puesto el foco en el hecho de que los problemas de este ámbito no distinguen de rangos, fortunas o clases. Y un ejemplo de ello son los diversos miembros de familias reales que han padecido este tipo de problema. Desde reyes que vivieron hace siglos hasta nombres como Lady Di, el príncipe Guillermo, Masako de Japón y un largo etcétera de royals que incluso han hablado abiertamente de su salud mental.

Las enfermedades mentales no solo han dejado de ser un estigma, sino que ya se encuentran en la agenda y hoja de ruta de muchas casas reales. Una de ellas, la británica. Tanto el príncipe Harry como el príncipe Guillermo han hablado abiertamente de los problemas que sufrieron en el pasado, motivados principalmente por el fallecimiento de la princesa Diana. Pero también han hecho del bienestar mental uno de los principales objetivos de su trabajo. Además de varios proyectos conjuntos, uno y otro trabajan de forma individual en diferentes iniciativas. Una de las que más repercusión tuvo, el documental que realizó el príncipe Harry junto a la presentadora Oprah Winfrey.

placeholder El príncipe Harry y Meghan Markle. (Reuters)
El príncipe Harry y Meghan Markle. (Reuters)

Precisamente junto a ella, también Meghan Markle se sinceró sobre la inestabilidad que vivió durante su embarazo, llegando a compartir con Winfrey en aquella entrevista televisada que dio la vuelta al mundo las ideas que llegaron a rondarle por la cabeza: "Estaba avergonzada de admitir lo que me pasaba y, al mismo tiempo, avergonzada de tener que decírselo a Harry por lo mucho que él había sufrido. Pero sabía que si no lo contaba, lo haría. Simplemente no quería estar viva", explicaba en el programa. Unas palabras con las que dejaba claro lo importante que es buscar ayuda en estas situaciones.

Pero no podemos hablar de este tema sin mencionar a Lady Di. La presión mediática, las infidelidades del príncipe Carlos y las exigencias de su papel hicieron que cayera en una espiral bastante perjudicial para ella. La propia Diana confesó, primero a su biógrafo, Andrew Morton, y más tarde al periodista Martin Bashir en la polémica entrevista de la BBC, que había sufrido bulimia en los primeros tiempos de su matrimonio con Carlos, como se ve reflejado de forma muy evidente en 'The Crown'. También Lady Di contó cómo había intentado cortarse las venas con una cuchilla, ante la falta de atención de su marido, o cómo se tiró por unas escaleras, incluso estando embarazada del príncipe Guillermo. Problemas que, hace cuatro décadas, intentaban esconderse en lugar de tratarse.

placeholder La princesa Diana. (EFE)
La princesa Diana. (EFE)

Quizá los pioneros en lo de hablar abiertamente de un trastorno de este tipo fueron los reyes suecos, Carlos Gustavo y Silvia. En el caso de su hija mayor y heredera, la princesa Victoria, sufría anorexia, que, junto con la bulimia, se considera un trastorno de la salud mental. Al cumplir la mayoría de edad, la enfermedad comenzó a ser evidente ante el público, lo que obligó a la Casa Real a emitir un comunicado que impactó al mundo. No solo por la revelación en sí, sino por el hecho de que una monarquía hablara de un tema tan delicado de forma tan abierta, como hizo ella misma años más tarde: "Pasé una época difícil. Necesité tiempo para resolverlo y recuperar el equilibrio, conocerme y descubrir dónde se encontraban mis límites y no presionarme demasiado".

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En su caso, la princesa Victoria pudo aparcar por un tiempo sus compromisos oficiales y sus estudios universitarios, que estaba a punto de comenzar, para marcharse a Estados Unidos, lejos de la presión que le suponía estar en primera fila de la Corona. Allí se puso en manos de especialistas y recibió asesoramiento psicológico, nutritivo y deportivo para poder curarse. En su caso, también fue importante poder compartir el problema con sus padres, los reyes, que lejos de ocultarlo, no dudaron en hacerlo público, acabando así con las especulaciones que también añadían perjuicio a la salud de su hija.

placeholder La princesa Victoria en una imagen actual. (EFE)
La princesa Victoria en una imagen actual. (EFE)

Y si hay una royal afectada por problemas de salud mental, es la emperatriz Masako de Japón, a la que se le diagnóstico depresión en 2002, lo que desde entonces le ha valido el sobrenombre de la 'princesa triste'. Tampoco es una cuestión que en la Casa Imperial se haya querido evitar, más bien al contrario. Ha habido diferentes comunicados y declaraciones abordando su salud mental. Ella misma aseguraba en un comunicado que seguía recuperándose y que seguía teniendo "altibajos".

Aunque en su momento se limitaron sus apariciones públicas, lo cierto es que su agenda como emperatriz es bastante activa, lo que podría ser indicar que va por buen camino. Y aunque nunca se han especificado los motivos, siempre ha existido la creencia popular de que su depresión fue causada por la presión que sintió al no poder aportar un heredero varón a la Casa Imperial.

placeholder La emperatriz Masako en una imagen actual. (Reuters)
La emperatriz Masako en una imagen actual. (Reuters)

Pero no hablamos solo de royals que han padecido problemas de salud mental, sino que también hay nombres que se han visto afectados por este tipo de enfermedades en personas muy cercanas. Inés, la hermana pequeña de Máxima de Holanda, sufrió durante años depresión y trastornos alimenticios, con un final tan triste como el de Érika, hermana de la reina Letizia, o Ari Behn, el exmarido de la princesa Marta Luisa de Noruega, que decidía quitarse la vida el 25 de diciembre de 2019. James, hermano de Kate Middleton, también sufrió graves episodios de depresión, que llevaron a la duquesa de Cambridge a unirse a Guillermo para trabajar por la salud mental. Aunque, en su caso, su final es mucho más feliz que el de las dos anteriores.

La salud mental y los royals, a lo largo de la historia

Claro que nos estamos ciñendo a la actualidad, pero si buceamos un poco en la historia, también encontramos casos de reyes con enfermedades mentales. De hecho, no es difícil suponer por qué la reina Juana la Loca se ganó ese sobrenombre, o por qué la vida del rey Jorge III sirvió como argumento para el film 'El rey loco'. La primera es el caso más conocido de la historia de nuestro país. A los problemas mentales que padeció, originados según los historiadores por las continuas infidelidades de su marido, Felipe el Hermoso, que la llevaron a tener unos celos enfermizos, se unieron las tretas de su hijo y su padre para apartarla de la Corona de Castilla, haciendo creer que su salud mental era mucho peor y no estaba capacitada para reinar.

placeholder El cuadro 'Doña Juana la Loca', de Francisco Pradilla.
El cuadro 'Doña Juana la Loca', de Francisco Pradilla.

El caso de Jorge III seguro que les suena a los seguidores de la serie 'Bridgerton'. En ella protagoniza algunas escenas que no son demasiado agradables, puesto que se le muestra con demencia. Pero el retrato que se hace del monarca es bastante fiel a la realidad, ya que desde 1788 comenzó a sufrir una enfermedad que nadie pudo diagnosticar. Fue en 1810, justo después de la muerte de su hija Amelia -uno de los quince vástagos que le dio su esposa, la reina Carlota-, cuando tuvo la mayor recaída, de la que nunca se recuperó.

Se cree que pudo ser la porfiria lo que le causara los desórdenes mentales que le hacían vivir episodios de violencia y agresividad. Estuvo confinado desde entonces en el castillo de Windsor y fue su hijo, Jorge VI, el que asumió la regencia hasta su muerte, en 1820.

placeholder El rey Jorge III, interpretado por James Fleet en la serie 'Bridgerton'. (Netflix)
El rey Jorge III, interpretado por James Fleet en la serie 'Bridgerton'. (Netflix)

Algo parecido le pasó a un rey español, Fernando VI, aunque en su caso fue la muerte de su esposa la que le hizo caer enfermo y no recuperarse. Cuando murió Bárbara de Braganza, él ni siquiera asistió ni formó parte del cortejo fúnebre, sino que el mismo día de su fallecimiento se recluyó en el castillo de Villaviciosa de Odón, donde no había nada que le recordara a su amada esposa. Según los archivos históricos, fue un año de reino sin rey para nuestro país, en el que Fernando VI redujo sus comidas, abandonó su aseo personal, dejó de hablar e incluso protagonizó episodios como correr desnudo o intentar morder a los que estaban con él, además de intentar suicidarse en varias ocasiones o solicitar a otros que le administraran veneno para morir.

Y aunque hay diferentes hipótesis sobre su enfermedad, lo que está claro es que la pérdida de su esposa originó, o bien agravó, un problema de base. En la época no eran frecuentes los matrimonios con amor en la realeza, pero Fernando VI y Bárbara de Braganza sí fueron una pareja muy unida. El rey falleció un año después de su esposa, al no poder superar su ausencia.

Como ven, ni el ser príncipe, princesa, reina o rey libra a las personas de sufrir enfermedades o trastornos mentales. Afortunadamente, en la actualidad se cuenta con herramientas y se insiste en la importancia del bienestar mental, que es, como se subraya desde las diferentes entidades que trabajan por ella, un derecho de todos.

Este martes se conmemora de nuevo el Día Mundial de la Salud Mental, un concepto hasta no hace mucho poco escuchado y al que no se le daba la importancia necesaria. Una vez más, entre las personalidades que servirán de altavoz a la jornada se encontrarán numerosos representantes de la realeza europea. ​Por ejemplo, la reina Letizia, siempre muy implicada en esta cuestión, preside el acto institucional del Día Mundial de la Salud Mental 2023, que este año lleva el lema 'Salud mental, salud mundial: un derecho universal' y que se celebra en más de cien países. En esta edición se busca reflejar la diversidad de la población mundial y la fuerza que toda esa diversidad, unida, puede aportar a una mejor salud mental, accesible, universal, de calidad y que respete los derechos humanos.

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