La sorpresa a la infanta Sofía en la entrega del Premio al Pueblo Ejemplar

Tres días de actos, con cuatro citas y muchas anécdotas. El paso de la familia real por Asturias ha llegado a su fin este sábado, cuando la princesa Leonor, acompañada de los Reyes y la infanta Sofía, ha entregado el Premio al Pueblo Ejemplar a los vecinos de Santa María del Puerto. Ha sido una mañana de muchas emociones porque, como en los anteriores compromisos de estos días, se ha vivido cierta vuelta a la normalidad. Pero no solo eso: aunque la protagonista del día era la heredera, una emocionante sorpresa para la infanta Sofía también ha marcado esta jornada.

Don Felipe, doña Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía llegaban a su cita con los vecinos de Santa María del Puerto con veinte minutos de retraso y, como es casi obligado en estos días en el Principado, con la música de las gaitas resonando por todo el pueblo. Se daban entonces un baño de masas -otro más, después del que se daban después del concierto del jueves-, ya que a pesar de que parecía que el clima no iba a acompañar, muchas personas han sido las que se han querido acercar a esta pequeña aldea, cuyo nombre se ha puesto en el mapa gracias a este Premio al Pueblo Ejemplar del que la Princesa de Asturias ha hecho entrega.

La familia real ha escuchado las explicaciones sobre la vaquería, el principal modo de vida de este pueblo, de una historiadora natural de la zona. Veíamos en ese momento unas escenas parecidas a las de otros actos, con una reina Letizia muy interesada en todo lo que le contaban y sin dejar de preguntar. Llegaba después una de las anécdotas de la mañana, cuando los únicos cuatro niños que viven en la aldea entregaban a los Reyes y sus hijas varios dibujos como regalo. Leonor y Sofía dejaban salir entonces su lado más espontáneo, cambiando el saludo habitual en esta época de pandemia por el choque de puños con estos pequeños.

Peor suerte ha tenido después del rey Felipe, que minutos más tarde ha querido repetir el gesto con otro de los niños, cogido en brazos de su abuelo. Un poco aturdido por tanta gente en el pueblo, tantas gaitas y tanta expectación, estaba un poco nervioso, así que por más que el monarca ha intentando chocar el puño con él, no ha habido manera. Unas peculiares calabazas que don Felipe se ha tomado con mucho humor y carcajadas, como es habitual cuando son los niños los protagonistas de estas anécdotas.

Durante su recorrido por Santa María del Puerto, no han faltado los gritos de 'Viva Leonor', muchos aplausos y agradecimientos de la familia real, que ha tenido un contacto mucho más cercano que en la pasada edición por la relajación de las restricciones. Han podido conocer la artesanía en madera de una de las vecinas, conocer algunas de las costumbres gestronómicas y de las tradiciones de esta pequeña aldea, desconocida para la jornada de este sábado. No solo por la multitud que ha congregado, sino porque todos los vecinos se habían encargado en los días previos de darle un buen lavado de cara.

Cuatro han sido los momentos claves de esta visita. La primera, el descubrimiento de la placa conmemorativa, del que se ha encargado, cómo no, Leonor. Al tener tanta tradición vaquera, la placa estaba situada en una escultura de bronce con la silueta de una vaca, sin duda el monolito más original que la Princesa de Asturias ha descubierto en estos tres años de su historia con el Premio al Pueblo Ejemplar.

Poco después llegaba otro de los momentos más especiales de esta jornada, que ha sido fría, pero en la que la lluvia ha respetado. Durante su recorrido por las calles y rincones de este pueblo, los Reyes y sus hijas han tenido una bonita sorpresa, ya que han podido disfrutar de una actuación musical, con una cantante de tonadas, la músical tradicional de la zona. Según contaba después la propia cantante, Mariluz, la familia real ha compartido unos minutos con ella: "Me han dicho que estaban impresionados con todo, con la música, con la ropa... A la Princesa y la Infanta les ha gustado mucho la pandereta", ha dicho ante las cámaras de la televisión del Principado.

Tras la visita a la iglesia -paso obligado cada año en los diferentes pueblos-, la familia real se ha dado un buen paseo por los alrededores de la aldea, disfrutando de las vistas. Y llegaba entonces la emocionante sorpresa a la infanta Sofía que mencionábamos antes. En el mirador, por el que han pasado los Reyes con sus hijas, se había instalado también una pequeña placa con el nombre del mirador, bautizado recientemente. El nombre elegido para este enclave ha sido 'Mirador Infanta Sofía', un detalle que ha gustado mucho tanto su protagonista como a toda la familia. El Patronato del Parque Natural de Somiedo hacía así su particular homenaje a la hija pequeña de los Reyes.

Tenía lugar después el momento más importante de la mañana, con la entrega del Premio al Pueblo Ejemplar y el discurso de la Princesa de Asturias, el segundo en estos días tras el que ofreció en la ceremonia el viernes. Ha sido la octava vez que la heredera ha pronunciado un discurso oficial en público y no podemos negar que se le van notando ya las tablas y la experiencia adquirida desde su debut en el Teatro Campoamor en 2019. En sus palabras no ha faltado una referencia a ese mirador con el nombre de su hermana, ese detalle que ha emocionado tanto a la familia real.

Las palabras del rey Felipe, como ya pasaba en la ceremonia de los Premios Princesa de Asturias, suponían también el cierre a este acto. Y en ellas había hueco para un guiño personal, cuando recordaba que su anterior visita a la zona fue en 2004 y "hacía poco que nos habíamos casado", decía, mirando a la reina Letizia y provocando risas entre sus hijas y el público. El himno asturiano y el divertido gesto del monarca pidiendo a los vecinos que cantaran más alto servía como despedida a unos días muy especiales, por estar todos juntos en el Principado y, sobre todo, por el regreso de Leonor a casa.