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The Queen is back: Isabel II vuelve al trabajo tras su paso por el hospital
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LARGA VIDA A LA REINA

The Queen is back: Isabel II vuelve al trabajo tras su paso por el hospital

Seis días después de pasar la noche ingresada, la monarca ha reaparecido en el castillo de Windsor para mantener dos audiencias con dos nuevos embajadores en Reino Unido

Foto: La reina Isabel, en una imagen reciente. (Reuters)
La reina Isabel, en una imagen reciente. (Reuters)

Sonriente y tranquila. Así ha sido la reaparición de la reina Isabel II, que ha vuelto al trabajo tras su paso por el hospital la pasada semana y la anulación de su viaje a Irlanda del Norte, dos informaciones que hicieron saltar las alarmas sobre su estado de salud. Pero seis días después de la noticia, la monarca ha reaparecido en el castillo de Windsor para mantener dos audiencias con los nuevos embajadores en Reino Unido de Corea del Sur y de Suiza. Eso sí, siguiendo las recomendaciones médicas, han sido a través de las pantallas de ordenador.

Y así, en otra habitación y ya más que acostumbrada a las nuevas tecnologías, la hemos visto retomando su agenda, que se prevé intensa para la próxima semana, con la Cumbre del Clima de Glasgow en el horizonte. Esta reaparición puede indicar que la vida oficial de Isabel II vuelve a su ser y que no hay motivo de alarma. Un vestido amarillo -fiel a sus colores llamativos- con doble botonadura, su sempiterno collar de perlas de tres vueltas y sus labios pintados demostraban que no hay enfermedad o indisposición que acabe con su esencia estilística.

placeholder La reina Isabel, en las audiencias virtuales. (Buckingham Palace)
La reina Isabel, en las audiencias virtuales. (Buckingham Palace)

Sus imágenes, aunque sean de forma virtual, terminan con todas las especulaciones lógicas que ha habido estos días. Era el miércoles por la mañana cuando Buckingham anunciaba que, siguiendo el consejo médico, la reina cancelaba el viaje de dos días previsto en Irlanda del Norte, donde compartiría algunos compromisos con el primer ministro. Boris Johnson. Pero la información más preocupante llegaba al día siguiente, cuando se supo que, esa misma noche, había ingresado en el hospital para someterse a algunas pruebas.

Eso sí, en todo momento se intentó quitar hierro a una y otra información. El miércoles, algunas fuentes de Palacio apuntaron que Isabel II había aceptado "a regañadientes" el consejo médico y la cancelación del viaje, ya que su intención era continuar con los planes. Y en cuanto al ingreso en el hospital, las fuentes oficiales de Buckingham se apresuraron a contar que se le había dado el alta el mismo jueves por la mañana y que no solo había podido almorzar en el castillo de Windsor, sino que por la tarde ya estaba realizando labores de despacho.

placeholder La reina Isabel, el pasado martes en el castillo de Windsor. (Reuters)
La reina Isabel, el pasado martes en el castillo de Windsor. (Reuters)

Precisamente, este buen ánimo que tenía, incluso según el propio comunicado de Buckingham, dio lugar a otras informaciones. En algunos medios británicos, se apuntó que las recomendaciones médicas eran solo una cortina de humo para ocultar la verdadera razón del viaje a Irlanda del Norte, que no era otra que las dudas sobre su seguridad. A pesar de que los planes de los diferentes miembros de la familia real, especialmente cuando se trata de lugares con una historia conflictiva como es el caso de la capital norirlandesa, Belfast, parece que se había filtrado el itinerario de la monarca al completo, lo que llevó a sus servicios de seguridad a suspender la visita.

Es muy difícil poder confirmar esta información, así que hay que quedarse con la versión oficial de Buckingham: pequeña indisposición, breve paso por el hospital y unos días de descanso que acababan este martes. Lo que sí se puede confirmar es el motivo porque el que se comunicó el paso de Isabel II por la clínica Eduardo VII -la misma en la que estuvo ingresado el duque de Edimburgo- ya al día siguiente y cuando se encontraba de nuevo en Windsor, y es que se quería evitar a toda costa la aglomeración de medios y periodistas en sus alrededores, así como aumentar la preocupación por su estado de salud, algo casi inevitable.

placeholder La reina Isabel II, en una imagen de archivo. (Reuters)
La reina Isabel II, en una imagen de archivo. (Reuters)

Y eso que, en este sentido, la monarca británica no ha dado muchas preocupaciones. No pisaba el hospital desde 2013, cuando sufrió una gastroenteritis que hubo que tratar. Después, un fuerte resfriado en las Navidades de 2016 hizo que su ausencia en la misa de Navidad en Sandringham se hiciera notar mucho. Posteriormente, fuentes de Palacio aseguraron que volvía a tener los problemas de rodilla que la llevaron a pasar por quirófano en 2003. Y no ha pasado desapercibido que en algunos compromisos recientes ha tenido que llevar bastón.

Pero todos estos han sido achaques y problemas muy puntuales, que aunque preocupan dada su edad, siempre ha superado, volviendo a su agenda oficial en cuanto los médicos se lo han permitido. Exactamente igual que ha pasado este martes, cuando Isabel II ha vuelto al trabajo solo cinco días después de su paso por el hospital y un pequeño descanso, casi obligada por los médicos.

Sonriente y tranquila. Así ha sido la reaparición de la reina Isabel II, que ha vuelto al trabajo tras su paso por el hospital la pasada semana y la anulación de su viaje a Irlanda del Norte, dos informaciones que hicieron saltar las alarmas sobre su estado de salud. Pero seis días después de la noticia, la monarca ha reaparecido en el castillo de Windsor para mantener dos audiencias con los nuevos embajadores en Reino Unido de Corea del Sur y de Suiza. Eso sí, siguiendo las recomendaciones médicas, han sido a través de las pantallas de ordenador.

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