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La breve historia de Felipe Próspero, quien pudo haber quitado el 'sitio' al primer rey Borbón de España
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En el 360 aniversario de la muerte del joven

La breve historia de Felipe Próspero, quien pudo haber quitado el 'sitio' al primer rey Borbón de España

El nacimiento del príncipe de Asturias, el 28 de noviembre de 1657, generó una verdadera corriente de optimismo en la corte madrileña

Foto: Felipe Próspero, retratado por Velázquez.
Felipe Próspero, retratado por Velázquez.

No sobrevivió, como muchos de sus coetáneos. Y como la mayoría de sus hermanos. Pero fue príncipe de Asturias y estaba llamado a convertirse en el rey Felipe V de España. Le hubiera quitado el ‘sitio’ al duque de Anjou. De haber sobrevivido… ¡quién sabe! Pudo haber dado continuidad a la dinastía de los Habsburgo en España. O no. En todo caso, si los Borbones hubieran aterrizado en España, como así sucedió, el primero de ellos habría tomado el nombre de Felipe VI. Y el rey actual sería Felipe VII.

El protagonista de este capítulo de la historia de España se llama Felipe Próspero (1657-1661), el tercer hijo (primer varón) del rey Felipe IV y su sobrina y joven esposa Mariana de Austria. Y se cumplen ahora los 360 años de su muerte. Falleció tempranamente el 1 de noviembre de 1661, poco antes de cumplir los cuatro años. Por cierto, el mismo día que su hermano Carlos II, aunque este 39 años después (1 de noviembre de 1700).

De la gran alegría al enorme dolor

El nacimiento de Felipe Próspero, el 28 de noviembre de 1657, generó una verdadera corriente de optimismo en la corte madrileña. Once años atrás, el 9 de octubre de 1646, había fallecido repentinamente el príncipe de Asturias, Baltasar Carlos, cuando ya había jurado como heredero ante las Cortes castellanas y se disponía a formar una familia. La presencia de un nuevo varón en la familia fue muy celebrada. El bautizo tuvo lugar el 15 de diciembre, en la capilla del Real Alcázar, a cargo del arzobispo de Toledo.

Y los festejos se sucedieron durante meses. Se celebró una gran ‘mascarada’ en Madrid, en la que participaron alrededor de un centenar de grandes de España; y poco después, un vistoso juego de cañas en la Plaza Real, con más de 60 hombres a caballo. A todo ello se sumaron numerosas representaciones de teatro, que se sucedieron prácticamente hasta el primer cumpleaños del príncipe.

La muerte del príncipe Baltasar supuso un golpe muy duro para el rey Felipe IV, que fue muy abundante a la hora de engendrar hijos (se calcula que más de 40, incluidos los extramatrimoniales), pero muchos de ellos fallecieron al poco de nacer, a causa de las deficiencias que había provocado la reiterada y sucesiva consanguinidad de los matrimonios. Había ya un conjunto de patologías instaladas en la familia, con graves consecuencias para los recién nacidos, en un contexto social en el que la mortalidad era alta, particularmente la infantil.

placeholder Retrato del príncipe Baltasar Carlos, por Martínez del Mazo.
Retrato del príncipe Baltasar Carlos, por Martínez del Mazo.

En el primer matrimonio, 13 hijos vivos

Felipe IV, que se había casado en 1615, siendo príncipe, con Isabel de Borbón (1602-1644), hija del rey Enrique IV de Francia, tuvo ocho hijos y un buen número de abortos. Los cuatro primeros (todas niñas) fallecieron a los pocos días, salvo María Eugenia, que sobrevivió un año y medio aproximadamente. Luego nació el quinto, primer varón, el ya mencionado príncipe Baltasar Carlos (1629 -1646), que falleció a los 17 años. Y posteriormente tuvieron tres hijos más, aunque dos fallecieron antes de cumplir un año y una, María Teresa (1638-1683), que vivió durante 45 años y fue esposa del rey Luis XIV de Francia (y abuela, por cierto, de Felipe V, el primer rey Borbón de España).

La segunda boda, con su sobrina

Tras la muerte de su primera esposa, el rey Felipe IV tomó la decisión de casarse con la joven Mariana de Austria (1634-1696), sobrina suya, hija de Fernando III del Sacro Imperio Romano Germánico y de la infanta María Ana (hermana de Felipe IV). Mariana había estado prometida con el príncipe Baltasar Carlos, aunque este falleció antes de que pudieran casarse. De hecho, cuando contrajeron matrimonio el rey y ella, en octubre de 1649, Mariana no había cumplido aún los 15 años.

Con ella tuvo cinco hijos: Margarita Teresa, que vivió 22 años y fue esposa del emperador Leopoldo I; María Ambrosia de la Concepción, que vivió solo 13 días; Felipe Próspero, que falleció antes de cumplir los cuatro años; Fernando Tomás Carlos, que sobrevivió en torno a un año; y el sucesor y último rey de la dinastía, Carlos II, que falleció a los 39 años.

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Felipe IV y Mariana, en el espejo de 'Las meninas' de Velázquez.

Y además… alrededor de 30 ‘hijos de la tierra’

Así, de los 13 hijos vivos que tuvo Felipe IV con sus dos esposas, nueve murieron antes de cumplir los cinco años. Y se supone que de hijastros (más de 30, al parecer), probablemente sobrevivieron en un mayor porcentaje.

De la mayoría de los denominados ‘hijos de la tierra’ no se tiene noticia; o al menos, noticia cierta. Pero de otros, sí. Por ejemplo, del hijo que tuvo la actriz conocida como la Calderona, Juan José (1629-1679), que tuvo mando en plaza durante el reinado de su hermano Carlos II. De hecho, fue quien decidió confinar a la reina madre Mariana de Austria en Toledo.

Otros de sus hijastros fueron, por ejemplo, Alonso Enríquez de Guzmán y de Orozco, más tarde fray Alonso de Santo Tomás; Carlos Fernando de Austria y Manrique, canónigo de la catedral de Guadix; Alonso Antonio de San Martín, que fue obispo; Francisco Fernando Isidro, que murió a los ocho años; Juan Cossío, religioso de la orden de San Agustín; y Ana Margarita, agustina recoleta.

Entre la ternura y la tristeza de un niño enfermo

La muerte prematura de Felipe Próspero entristeció sobremanera el ambiente de la corte. Aunque a los pocos días, el día 6 de ese mismo mes de noviembre, nació el último de los hijos de Mariana, que sí llegaría a reinar: Carlos II.

De Felipe Próspero ha quedado para la historia un excelente retrato de Velázquez, que refleja la sencillez y la ternura de un niño de dos años, así como la tristeza de una mirada sincera que no puede esconder el grave deterioro físico de un niño enfermo. Su rostro muestra alguno de los sellos de los Austria, como el prognatismo mandibular —heredado de los Habsburgo y de los Trastámara— y el labio belfo. La anemia y una severa epilepsia le llevaron a la muerte.

Fue uno de los últimos miembros de una dinastía, a la que puso fin en España Carlos II, terriblemente castigada por la endogamia.

Fermín J. Urbiola. Periodista y escritor

No sobrevivió, como muchos de sus coetáneos. Y como la mayoría de sus hermanos. Pero fue príncipe de Asturias y estaba llamado a convertirse en el rey Felipe V de España. Le hubiera quitado el ‘sitio’ al duque de Anjou. De haber sobrevivido… ¡quién sabe! Pudo haber dado continuidad a la dinastía de los Habsburgo en España. O no. En todo caso, si los Borbones hubieran aterrizado en España, como así sucedió, el primero de ellos habría tomado el nombre de Felipe VI. Y el rey actual sería Felipe VII.

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