La anécdota de Felipe que hizo reír a Letizia y otros gossip de su segundo día en Paraguay

Una visita real que, lejos de los lujos, se distinguió por la calidez y la sencillez de la reina Letizia, y marcó un importante hito para la llamada Perla del Sur. La curiosidad y admiración por lo que descubría destacaron durante su recorrido por lugares sociales y turísticos de la zona. La comitiva real, encabezada por Su Majestad, visitó este miércoles la ciudad de Encarnación, ubicada en el departamento de Itapúa, donde la Cooperación Española desarrolla diversos proyectos en Paraguay a través de la Oficina Técnica de Cooperación (OTC).

Un saludo cordial a la prensa local dio el inicio a su agenda, teniendo como primera parada el Centro Integral de la Mujer, donde fue recibida por el Dr. Walter Benítez, director de la institución, quien dijo que la visita real ha permitido visibilizar la lucha contra el cáncer de mama en Paraguay. Como segundo punto de encuentro, la reina Letizia se dirigió a la Escuela Taller de Encarnación, en la que se ofrecen cursos y talleres de oficios para lograr una salida laboral en una ciudad que se caracteriza por ser más que nada turística.

Al llegar al lugar fue recibida por un grupo de personas que la saludaron efusivamente, entre ellas una docente de la Universidad Católica de Itapúa, Tereza Znacovski de Sánchez, quien no desaprovechó la oportunidad para extender su agradecimiento a los españoles por acoger a miles de compatriotas por motivos laborales o académicos. "Estamos muy agradecidos, son muchos los paraguayos que viven hace muchos años allá y que reciben el apoyo incondicional de la gente", comentó.

También la familia Remezovski quiso estar en esa visita tan especial y se acercó hasta la escuela taller para manifestarle su afecto a la Reina, a quien admiran por su aporte en lo social. Las niñas María Victoria y Mila Rosario, hijas de Diego Remezovski, aprovecharon para hacerle entrega de un ramo de flores en agradecimiento por su labor a la comunidad.

Visita de las ruinas jesuíticas

En su tercera parada, la reina de España se dirigió a la misión jesuítica de Santísima Trinidad, donde fue recibida por la primera dama, Silvana Abdo. Durante el recorrido, el guía que las acompañó se encargó de responder todas las consultas. Sin olvidar sus dotes de periodista, Su Majestad no desaprovechó para hacer todas las preguntas sobre la historia de las ruinas y lo que representa el lugar en la historia del país.

Para cerrar el recorrido, fueron al segundo lugar turístico de la zona, la misión jesuítica de Jesús de Tavarangué, donde también se encontraba el gobernador, Gustavo Miranda Villamayor, la ministra de Turismo, Sofía Montiel, además de una importante delegación de la Oficina de la Primera Dama. En ese lugar, en una de las terrazas habilitadas, se rememoró una anécdota del año 2003 protagonizada por el rey Felipe, quien, siendo aún Príncipe de Asturias, había viajado al país con motivo de la toma de posesión de Nicanor Duarte. Durante una jornada turística por la misma zona, cometió una imprudencia y quiso subirse a una torre, poniendo en alerta a todo el equipo de seguridad.

La anécdota fue narrada por la guía Ana Espínoza, jefa de la Misión, quien mencionó después a los medios que a la Reina le había hecho mucha gracia este recuerdo. No fue el único detalle que destacó de la visita: en una de las tiendas ubicadas en la misión, la atención de doña Letizia se centró en el tejido de ñandutí, y no dudó en preguntar por el nombre, la tela y cómo se prepara.

En apuros

Pero también la reina Letizia puso en apuros a todos sus acompañantes cuando, de manera espontánea, decidió bajar a las catacumbas de las ruinas jesuíticas de Trinidad, algo que no estaba previsto. En efecto, desde su llegada al histórico lugar, se mostró impresionada por las edificaciones que dejaron las reducciones y no quiso perderse detalle alguno durante su visita.

En un momento dado del recorrido, la comitiva llegó al sector donde se halla una bóveda. Casi en el centro, se encuentra una cripta de piedra -reconstruida en parte por especialistas contemporáneos- donde fueron enterrados algunos de los principales líderes religiosos españoles. La Reina preguntó si se podía bajar al lugar donde estaban las tumbas de los misioneros jesuitas, lo que causó cierta duda y sorpresa entre los que la rodeaban, pero ante su insistencia, la primera dama y ella pudieron descender al sitio en medio del apuro de los miembros de su seguridad.

"Aquí están las camas o nichos donde eran depositados los cuerpos de los padres", se escuchaba detallar al guía turístico. Mientras los demás participantes del tour no ocultaban su admiración por la personalidad espontánea y todoterreno de la Reina, de quien se sabe tiene una especial debilidad por la cultura y los patrimonios históricos. Las misiones jesuíticas de Santísima Trinidad y Jesús de Tavarangué fueron declaradas patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1993 y forman parte de las 30 misiones que estableció la Compañía de Jesús en Sudamérica durante los siglos XVII y XVIII.