El collar que lleva Máxima de Holanda y que demuestra su gran amistad con Mette-Marit

Segundo día de la visita de Estado de Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda a Noruega, y tercer look de la argentina, quien ha decidido de nuevo repetir estilismo. Algo que sorprende, y mucho, a los seguidores de la reina de los Países Bajos, ya que en este tipo de viajes suele tirar la casa por la ventana en cuestiones de vestuario. Sin embargo, y tal como cuenta Josine Droogendijk, experta en la ropa de Máxima, parece que hay una razón para la que la reina no haya estrenado ni una sola prenda, al igual que han hecho las damas de la familia real noruega.

Según Droogendijk, esto se debe a un acuerdo al que han llegado ambas familias reales, y no es descabellado pensarlo ya que en todas sus apariciones Máxima, así como Sonia, Mette-Marit y Marta Luisa de Noruega, han optado por recuperar alguna pieza de su vestidor. Una idea que encaja con el tema principal de esta visita de Estado, que no es otro que la sostenibilidad, por lo que tiene sentido ver a las cuatro damas dando una segunda o tercera vida a prendas que ya guardaban en su armario.

Así lo ha vuelto hacer Máxima para arrancar su intensa agenda de este miércoles, que ha empezado con un seminario en la biblioteca Deichman -nombrada la mejor biblioteca pública del mundo- sobre derechos humanos y libertad de expresión. Tras ello los reyes han mantenido una reunión con el primer ministro, Jonas Gahr Støre, a la que le seguirá un almuerzo ofrecido por el Gobierno en la fortaleza de Akershus. Por la tarde, el buque de guerra Rotterdam acogerá una reunión sobre cooperación en defensa entre los Países Bajos y Noruega.

Para estos actos, la reina ha recuperado de su armario un dos piezas de Jan Taminiau formado por una capa de chenilla azul oscuro, que contrasta con la transición al color ocre, y un vestido azul oscuro, confeccionado en una combinación de georgette de crepé de seda y organza. Un conjunto que ya le habíamos visto en el pasado, pues lo estrenó en 2017 durante el Koningsdag y lo repitió en una visita oficial a China y otra a Alemania. La reina lo ha combinado con un tocado de la misma tela, salones nude y unos pendientes de citrinos.

Como detalle bonito, la argentina llevaba un collar con una placa de oro en la que podía leerse: "Love, Mette". Se trata de un regalo que le hizo la princesa a Máxima con motivo de su entronización en 2013, y que esta ha recuperado para su visita a Noruega.

El día terminará con un acto en el que Guillermo Alejandro y Máxima se convertirán en anfitriones para agradecer la hospitalidad de la familia real noruega. Los reyes han decidido organizar un concierto a cargo de la chelista Harriët Krijgh que tendrá lugar en el nuevo Museo Munch. Quizás sea esa la única ocasión en la que las damas reales estrenen vestuario, aunque según Josine Droogendijk es poco probable.

Los looks de primer día

La visita de Estado empezaba este martes con una ceremonia de bienvenida en el Palacio Real, en la que también participó la princesa Mette-Marit y tras la que el rey de Holanda depositó una ofrenda floral en el Monumento Nacional, en conmemoración a todas las víctimas de la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente llegaba el almuerzo en su honor en el Palacio Real, al que se unió la princesa Marta Luisa.

Para su llegada a Oslo, la argentina elegía un vestido verde de la firma belga Natan que estrenó en Brunéi en 2013, y que combinó con un tocado de Fabienne Delvigne. La reina Sonia optó por su parte, por un viejo abrigo marrón, con botas a juego y un tocado de lo más original, mientras que Mette-Marit recuperó de su armario un diseño de Fendi bicolor, en beis y blanco que le vimos en el Nobel de la Paz de 2018, y que llevó con salones nude de Louboutin y tocado tipo pillbox blanco. Marta Luisa quiso rendir homenaje a su madre con un vestido rojo con chaqueta a juego de Rena Lange que había pertenecido a la reina Sonia.

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N.Tiburcio

En la cena de gala, Máxima aparecía con un diseño palabra de honor en degradado de azul a blanco y una vaporosa sobrecapa de tul, una creación del diseñador holandés Jan Taminiau. El vestido ya se lo habíamos visto con anterioridad en otro palacio, en el de Buckingham, en octubre de 2018. Mette-Marit, por su parte, elegía un impoluto vestido blanco con bordados florales en la zona del cuello y en el puño de las mangas. Un diseño que estrenó precisamente en el Palacio Real de Oslo en las celebraciones del 80 cumpleaños de sus suegros, Harald y Sonia de Noruega, en mayo de 2017, y un año más tarde, en mayo de 2018, lo volvía a lucir en otra evento royal: el 50 cumpleaños del príncipe Federico de Dinamarca.

En cuanto a la princesa Marta Luisa, optó por un vestido morado de estilo princesa Disney, con bordados joya y un escote en V con los hombros al descubierto que lució por primera vez en la boda de Magdalena de Suecia, en 2013. Su madre, la reina Sonia, apostó por el verde con un diseño muy recargado que estrenó en su 80 cumpleaños.