Es noticia
Menú
Monseñor Serafín, el guardián de los secretos más íntimos de toda la familia del Rey
  1. Casas Reales
SACERDOTE 'REAL'

Monseñor Serafín, el guardián de los secretos más íntimos de toda la familia del Rey

Este santanderino es el responsable de la capilla de la Casa del Rey y oficia la misa dominical a la que acude puntual la reina Sofía acompañada de su hermana y su hijo

Foto: Monseñor Serafín Sedano, sacerdote de la Casa del Rey. (Cortesía)
Monseñor Serafín Sedano, sacerdote de la Casa del Rey. (Cortesía)

Es el guardián de los secretos más íntimos de los habitantes del palacio de la Zarzuela. Monseñor Serafín, militar castrense retirado y sacerdote, ha estado presente en todas las celebraciones de la familia real desde hace años. Fue en 2005 cuando entró en la capilla del palacio de la Zarzuela como responsable del recinto y en 2007 fue nombrado oficialmente.

Desde entonces, este anciano venerable, santanderino de nacimiento, con una larga carrera a sus espaldas, es quien oficia misa cada domingo, la misma a la que acude puntual la reina Sofía acompañada por su hijo, el rey Felipe VI.

placeholder Bautizo de la infanta Sofía, en el palacio de la Zarzuela. (Getty)
Bautizo de la infanta Sofía, en el palacio de la Zarzuela. (Getty)

Este sacerdote tiene una relación estrecha con los miembros de la familia del Rey y cuenta anécdotas divertidas sobre algunos momentos vividos con ellos. Lo hizo hace un tiempo a una revista del Ministerio de Defensa, donde realizó un recorrido por su biografía, larga y llena de momentos clave.

"Ponte de pie conmigo"

Recuerda por ejemplo cómo hace unos cuantos años, al final de una recepción oficial en Zarzuela, Monseñor se colocó de rodillas en primera fila junto a un grupo asistente para entrar en el encuadre de una fotografía. De pronto, notó un golpecito en la espalda. Era don Juan Carlos I, entonces Rey, quien le pedía que se pusiera de pie. “Serafín -le dijo-, ponte aquí de pie conmigo no vaya a decir la prensa que el Rey ha puesto a la Iglesia de rodillas”.

Foto: Bautizo de la infanta Leonor en enero de 2006. (CP)

Serafín Sedano, que tiene hasta una plaza a su nombre en Quintanilla de An, es un hombre entregado que siente un profundo respeto y cariño hacia todos los miembros de la familia del Rey. Uno de los momentos más gratos que le ha dado este destino es la visita de Juan Pablo II y la posterior recepción en la Zarzuela con los Reyes eméritos.

Desde agosto de 2005

Otro momento que destaca es cuando el entonces Príncipe de Asturias pidió al arzobispo castrense el nombramiento canónico de don Serafín como encargado del Servicio Religioso de la Casa de su Majestad el Rey. Fue en agosto de 2005, decíamos, pero no fue hasta 2007 que se hizo oficial.

Foto: Los Reyes, la Princesa Leonor y la infanta Sofía entran en el recinto de la parroquia

Serafín Sedano llegó a Zarzuela desde su jubilación como militar, tras una larga carrera religiosa. Tras varias idas y venidas en el Ejército, en 1977 opositó al cuerpo castrense y un año después logró ser teniente de la Guardia Real, donde desarrolló toda su carrera militar. En 1988 fue nombrado jefe de los servicios religiosos de la Guardia Real, cargo que desempeñó hasta 1997, el año en el que se jubiló. Fue a partir de su jubilación cuando entabló la relación íntima con la familia real, con la que, según él mismo cuenta, ha vivido de cerca momentos íntimos en actos oficiales y personales.

A los 11 en el seminario

Nacido en un pequeño pueblo cántabro, Monseñor Serafín creció entre vacas y pastos, quinto hijo de una familia dedicada a la agricultura y la ganadería. A los 11 años se fue al seminario de San José, en Burgos, para prepararse para ser sacerdote. Allí pasó 12 años formándose en la austeridad en plena posguerra española. Fue ordenado sacerdote en 1956 por el arzobispo de Santander y su primera parroquia fue la de Quintanilla de An, pueblo en el que tiene la plaza en su honor por la labor de reconstrucción de iglesias que llevó a cabo en las aldeas del lugar durante sus siete años como sacerdote en la zona. En Quintanilla de An le recuerdan como 'el sacerdote del Rey'.

Foto: La reina Sofía en una imagen de archivo. (Getty)

Su primera entrada en el Ejército tuvo lugar en 1963, cuando el obispo de Santander le ofreció ejercer de capellán militar por petición del arzobispo castrense, quien necesitaba a un nuevo miembro religioso en el cuerpo. Ese mismo año fue destinado a ser sacerdote auxiliar de la Casa Militar del jefe de Estado, entonces Francisco Franco. Él se había comprometido por dos años y en 1965 causó baja en el Ejército, pero las familias que había atendido durante ese tiempo realizaron una colecta de firmas que entregaron a la devota Carmen Polo para que don Serafín se quedara en El Pardo. Aceptó, tras largas reflexiones, y logró entonces una casa en la colonia Mingorrubio, a donde se mudaron sus padres y sus hermanos.

De Franco a Juan Carlos I

A la muerte de Franco, Juan Carlos I confirmó a la Guardia Real como responsable de la seguridad de la Casa Real y es en aquel momento cuando don Serafín oposita al Cuerpo Castrense, donde llegó a ser coronel.

Foto: Un guardia civil, en los jardines de Zarzuela. (EFE)

La presencia de Monseñor Serafín siempre ha pasado casi inadvertida a los medios, pese a que ha estado en todos los momentos religiosos importantes de la familia del Rey, desde bautizos hasta bodas y comuniones. Ha asistido al bautizo de (casi) todos los nietos de los Reyes eméritos, además de todas las celebraciones religiosas y otras personales donde ha sido invitado como casi miembro de la familia. Y ahora oficia la misa dominical a la que acude cada semana doña Sofía junto a su hermana, la princesa Irene, y su hijo, el Rey.

Es el guardián de los secretos más íntimos de los habitantes del palacio de la Zarzuela. Monseñor Serafín, militar castrense retirado y sacerdote, ha estado presente en todas las celebraciones de la familia real desde hace años. Fue en 2005 cuando entró en la capilla del palacio de la Zarzuela como responsable del recinto y en 2007 fue nombrado oficialmente.

Familia Real Española
El redactor recomienda