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La maleta de la reina Máxima en Noruega: una tiara, muchas piedras preciosas y un vestido rompedor
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La maleta de la reina Máxima en Noruega: una tiara, muchas piedras preciosas y un vestido rompedor

Aunque ha utilizado algún atuendo rescatado de su armario, no podemos negar que Máxima ha sorprendido mucho con los diseños que ha escogido para su viaje de Estado a Noruega

Foto: Máxima de los Países Bajos, en Noruega. (EFE/Jeroen Jumelet)
Máxima de los Países Bajos, en Noruega. (EFE/Jeroen Jumelet)

En esta ocasión, le dedicaremos primero un apartado a las joyas, siempre tan importantes cuando hablamos de Máxima. La argentina cuenta con el joyero de los Orange, uno de los mejores de toda Europa, y lo más interesante es que sabe jugar con las piezas, combinándolas siempre de una forma novedosa. Solo hay que verla en la cena de gala para darnos cuenta de que estamos ante una reina amante de las joyas, ya que no le faltaba ni un detalle. Empezando por el gran hit, la tiara de zafiros, que desde que la lució en la investidura de Guillermo Alejandro en abril de 2013 se ha convertido en una de las más icónicas de la realeza europea.

Realizada con 31 zafiros cachemira y 655 diamantes de Sudáfrica, fue diseñada en 1867 por la joyería parisina Mellerio. No fue hasta 1881 cuando entró a formar parte del joyero de los Orange, cuando el rey Guillermo III de los Países Bajos la compró como regalo para su esposa, la reina Emma. A la tiara se le han ido añadiendo otras piezas de zafiros para formar una parure, que en la actualidad consta de dos brazaletes, un collar, unos pendientes y un broche. Al fallecer, la reina Emma le dejó la joya a su nieta, la reina Juliana, y esta a la otrora reina Beatriz, quien nunca llegó a lucir el juego completo.

placeholder La reina Máxima de Holanda. (Getty)
La reina Máxima de Holanda. (Getty)

No es el caso de Máxima, quien sí ha lucido todo el set. Sin embargo, para la cena en Oslo se dejó el broche, cambiándolo por uno de su joyero personal, también de diamantes, al que añadió una tanzanita, una piedra azul, aunque de menor valor que el zafiro, que antes había pertenecido a unos pendientes. Lo que sí llevaba, a pesar de que se ha asegurado que son muy pesados, son los dos brazaletes de la parure, una en cada muñeca, y los pendientes en su versión más larga.

Pero los zafiros no son las únicas piedras preciosas que le hemos visto a Máxima en su estancia en Noruega. Para la llegada, la reina optaba por las esmeraldas para combinarlas con su vestido verde. En concreto, llevaba unos pendientes de esmeraldas y diamantes, de su propio joyero, así como el broche de mariposa de la reina Emma, una pulsera que forma parte de la parure de esmeraldas de los Orange y un anillo con una esmeralda en el centro rodeada por diamantes, un estilo muy parecido al de compromiso de la duquesa de Cambridge, aunque el suyo tiene un zafiro.

placeholder  Máxima, con esmeraldas, citrinos y diamantes. (CP)
Máxima, con esmeraldas, citrinos y diamantes. (CP)

Al siguiente día, para su segunda jornada, le tocó el turno a los citrinos, con unos pendientes formados por tres piedras y terminados en una más grande, un espectacular brazalete intercalado con diamantes y un anillo con un gran citrino de talla esmeralda. Ese día lucía también una pieza de lo más especial: un collar con una placa de oro en la que podía leerse "Love, Mette". Se trata de un regalo que le hizo la heredera a Máxima con motivo de su entronización en 2013, y que esta recuperó para su visita a Noruega. Esa misma noche, en el concierto, y para darle todo el protagonismo al vestido con anillos dorados, la reina optó únicamente por unos pendientes de diamantes talla brillante. El viaje terminó con actos en la ciudad de Trondheim, para los que eligió otros pendientes de diamantes, estos más grandes y en forma de flor.

Pasemos ahora a la ropa, que en este viaje fue toda repetida salvo el original vestido. Quizás el motivo de estrenar tan poco se deba a que el tema principal de la visita de Estado era la sostenibilidad, por lo que no tenía mucho sentido ir luciendo cada día un nuevo modelo. Para sus primeros actos en Oslo, que incluyeron una ceremonia de bienvenida y un almuerzo en palacio con los reyes Harald y Sonia y las princesas Mette-Marit y Marta Luisa, la argentina recuperó de su armario un vestido verde de escote barco firmado por Natan que había estrenado en 2013 en su visita a Brunéi. Lo combinó con salones nude de Gianvito Rossi y clutch de Sophie Habsburg.

placeholder Los reyes, el primer día. (EFE)
Los reyes, el primer día. (EFE)

Esa noche se decantó por un diseño palabra de honor en degradado de azul a blanco y una vaporosa sobrecapa de tul, una creación del diseñador holandés Jan Taminiau, el mismo que la vistió el día que se convirtió en reina. El vestido ya se lo habíamos visto con anterioridad en otro palacio, en el de Buckingham, en octubre de 2018.

placeholder La reina Máxima, en la cena de gala. (Reuters)
La reina Máxima, en la cena de gala. (Reuters)

Para arrancar la agenda de su segundo día, la reina recuperó de su armario un dos piezas de Jan Taminiau formado por una capa de chenilla azul oscuro, que contrasta con la transición al color ocre, y un vestido azul oscuro, confeccionado en una combinación de georgette de crepé de seda y organza. Un conjunto que ya le habíamos visto en el pasado, pues lo estrenó en 2017 durante el Koningsdag y lo repitió en una visita oficial a China y otra a Alemania. Completó su look con un tocado de la misma tela y unos salones de Gianvito Rossi.

placeholder La reina Máxima, junto a Mette-Marit. (CP)
La reina Máxima, junto a Mette-Marit. (CP)

Esa noche fue la única en la que la reina estrenó, y vaya estreno. Fue en un concierto celebrado en el nuevo Museo Munch, y la argentina se decantó por una creación del diseñador de origen danés y afincado en Holanda Claes Iversen, de su colección Couture 2019. Se trata de un diseño de manga larga azul celeste en el que se presentan unos anillos de distinto tamaño, decorados con relieves dorados lisos, otros imitando los rayos del sol e incluso cadenas. Obviamente, debajo hay una tela color carne para evitar que se vea más de la cuenta. Una elección arriesgada que Máxima combinó con unas sandalias con plataforma y altísimo tacón de Gianvito Rossi y su cartera de mano dorada de Begum Khan.

placeholder Los reyes de Holanda. (Gtres)
Los reyes de Holanda. (Gtres)

Y terminamos ya con su último look, el que llevó en la ciudad de Trondheim. El frío en la ciudad era tal que la esposa de Guillermo Alejandro no dudó en cubrirse por partida doble. No solo llevaba un abrigo, sino que encima se ha puesto una capa. El abrigo es de Claes Iversen, un diseño en color berenjena con pequeños destellos plateados que estrenó durante la visita de Estado que Macri y Awada realizaron a los Países Bajos en 2017. Encima, y debido a las bajas temperaturas, llevaba capa color grosella firmada por Valentino. Una muestra de ese frío la teníamos también en el pañuelo que llevaba anudado al cuello y en los guantes de ante, también morados. La reina lo completó con salones plateados que combinan vinilo de Gianvito Rossi y un bolso de brazo de Wandler.

placeholder Los reyes de Holanda, en Trondheim. (Gtres)
Los reyes de Holanda, en Trondheim. (Gtres)

En esta ocasión, le dedicaremos primero un apartado a las joyas, siempre tan importantes cuando hablamos de Máxima. La argentina cuenta con el joyero de los Orange, uno de los mejores de toda Europa, y lo más interesante es que sabe jugar con las piezas, combinándolas siempre de una forma novedosa. Solo hay que verla en la cena de gala para darnos cuenta de que estamos ante una reina amante de las joyas, ya que no le faltaba ni un detalle. Empezando por el gran hit, la tiara de zafiros, que desde que la lució en la investidura de Guillermo Alejandro en abril de 2013 se ha convertido en una de las más icónicas de la realeza europea.

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