Sin piedad contra Meghan Markle por su entrevista con Ellen: "Los Windsor deben suspirar de alivio"
El 'show' de la mujer del príncipe Harry con Ellen DeGeneres ha suscitado enormes críticas en la prensa británica
Está claro que Meghan Markle no deja indiferente a nadie. Mientras en Estados Unidos hay una corriente de opinión en principio más favorable hacia ella (sus pasos incluso dejan abierto un posible camino en el mundo de la política), los comentarios más demoledores llegan desde el Reino Unido, donde los tabloides le tienen declarada la guerra a su marido, el príncipe Harry y a ella, especialmente desde que decidieron llevarlos a los tribunales, en un gesto que generó un gran estupor en la propia familia real. No en vano, ni su hermano Guillermo dio ese paso cuando le atribuyeron una infidelidad con una amiga de la familia.
Ya lo pudimos comprobar con la entrevista que concedieron a su amiga, la todopoderosa Oprah Winfrey, en la que ponían sobre el tapete cuestiones tan delicadas como el racismo dentro de la Casa Real y que llevó incluso a la reina Isabel II a tomar cartas en el asunto y a decir que iban a tomar nota, si es que alguno de los errores que les atribuían habían sido cometidos. Y ahora ha vuelto a ocurrir con su paso por el programa de Ellen DeGeneres, quien también ha vivido recientemente su particular viacrucis acusada de ser tiránica con sus propios empleados.
Son muchos los ejemplos que podemos dar en este sentido, pero nos parece particularmente contundente el artículo publicado por la columnista Jan Moir, una de las firmas estrella de 'Daily Mail'. Sus balas van directamente a matar y no solo enjuicia su paso por el mencionado talk show estadounidense, también hace una enmienda a la totalidad a la que fuera protagonista de la serie 'Suits', su mayor logro profesional en su carrera como actriz.
"En algún lugar del fondo de la mente más cínica -tengan en cuenta que esta mente podría ser la mía-, el resultado final y el verdadero propósito del Megxit (acuérdense que fue el término machista que se inventó para denominar la marcha de los Sussex a Estados Unidos, poniendo las responsabilidad en ella) siempre fue que la duquesa de Sussex fuera la estrella invitada en un talk show en la televisión estadounidense, para que contara entrañables anécdotas sobre sí misma mientas lucía una blusa cara y se comportaba como la estrella de Hollywood que nunca fue", manifiesta Moir.
Precisamente, la columnista no pasó por alto lo que comentábamos líneas más arriba, la delicada situación que ha vivido la cómica estadounidense: "Hubo más ironía en el hecho de que Meghan y Ellen estuvieran canturreando juntas, aparentemente sin importarles nada en el mundo, aunque ambas mujeres hayan sufrido recientemente un daño reputacional ya que su prestigio público de ser dos personas dulces y amables se ha visto socavado por las acusaciones -negadas con vehemencia por la duquesa- de bullying y maldad".
Pero el párrafo más demoledor de su artículo es el siguiente: "También cumplió con la instrucción de 'comer como una ardilla'. Querido Dios. La Casa de Windsor debe de suspirar de alivio porque los Sussex estén fuera del redil 'real', a kilómetros de distancia, en el tipo de burbuja del mundo del espectáculo donde esta tontería indigna es (socialmente) aceptable".
Antes de que se emitiera la entrevista, ya estaban las espadas en alto y Piers Morgan, némesis de Meghan, ya se había pronunciado sobre ella antes de la emisión y ponía sobre la mesa, con sarcasmo, una de las cuestiones que más la han perseguido, que haya supuestamente tratado mal al personal de palacio, pues como se recordará hubo una cascada de dimisiones antes de que su marido y ella decidieran dejar atrás a la familia real inglesa y las obligaciones que habían adquirido.
Por eso, publicó la foto promocional de Meghan Markle y Ellen DeGeneres juntas en Twitter y afirmó: "¿Están discutiendo sobre el acoso en el lugar de trabajo?". De todos es sabido la animadversión del periodista hacia la duquesa de Sussex, que le llevó a ser tremendamente duro tras la entrevista con Oprah Winfrey y que acabó ocasionando su marcha de 'Good Morning Britain' tras una acalorada discusión con un compañero de programa.
Unas palabras muy significativas
Son muchas las voces que se han alzado contra los Sussex, pero quizás una de las más significativas fue Angela Levin, biógrafa autorizada de Harry, quien hacía unas premonitorias y malvadas manifestaciones en 'Tatler' en marzo del año pasado que están muy en la línea del artículo de Jan Moir: "¿Harry y Meghan están de acuerdo con su estilo de vida de 'yo, yo, yo', o uno de los dos es el líder y al otro le ha lavado el cerebro y simplemente es su comparsa? ¿Qué hará Harry cuando Meghan establezca su estatus de famosa en Los Ángeles, llevarle el bolso? Recientemente, amigos cuyo nombre permanece en el anonimato dijeron a una publicación americana que le ha prohibido a Harry, que ya no es un niño, que vuelva a casa con su familia".
Está claro que Meghan Markle no deja indiferente a nadie. Mientras en Estados Unidos hay una corriente de opinión en principio más favorable hacia ella (sus pasos incluso dejan abierto un posible camino en el mundo de la política), los comentarios más demoledores llegan desde el Reino Unido, donde los tabloides le tienen declarada la guerra a su marido, el príncipe Harry y a ella, especialmente desde que decidieron llevarlos a los tribunales, en un gesto que generó un gran estupor en la propia familia real. No en vano, ni su hermano Guillermo dio ese paso cuando le atribuyeron una infidelidad con una amiga de la familia.
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