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El Palacio Real de Raghadan: adéntrate en el oasis de Rania de Jordania
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El Palacio Real de Raghadan: adéntrate en el oasis de Rania de Jordania

Escenario de la celebración de su boda, el palacio de Raghadan es además un lugar histórico que se convirtió en el corazón de la corte hachemita en Amán

Foto: La reina Rania de Jordania, en una videoconferencia. (Cordon Press)
La reina Rania de Jordania, en una videoconferencia. (Cordon Press)

Entre las muchas cualidades a destacar de Rania de Jordania, su gran estilo y saber estar son algunas de las más aplaudidas. Sus estilismos siempre son alabados, pero el hogar en el que vive no desmerece en absoluto y también es objeto de gran admiración, la Corte Real de Al-Maquar. Un complejo fundado alrededor del palacio de Raghadan, construido en 1926 y residencia del rey Abdullah I, convirtiéndose en el primer hogar hachemita en Amán.

Estamos un tanto acostumbrados a tener que viajar siglos atrás en el tiempo para conocer los orígenes de los palacios reales, así sucede por ejemplo con el palacio de Herrenhausen, punto de unión entre la familia real británica y los Hannover, también sucede algo parecido con el Palacio Real de Riofrío, construido en 1752. Más cercano en el tiempo es el Palacio Imperial de Tokio, y aun así tenemos que remontarnos al año 1868.

placeholder Palacio de Raghadan en Amán. (Cortesía/The Royal Hashemite Court)
Palacio de Raghadan en Amán. (Cortesía/The Royal Hashemite Court)

Como señalábamos, Raghadan fue construido en pleno siglo XX, tardaron tres años en levantarlo y, a lo largo del tiempo, ha sufrido varias modificaciones, la última de ellas, que tuvo lugar en la década de los 80, tras un incendio que acabó con el techo de la edificación. El palacio tiene un estilo tradicional islámico, aunque también se aprecia cierta influencia andaluza en las bóvedas ornamentadas, la decoración de los techos y ciertos detalles arquitectónicos extra.

Situado en Amán, el palacio se levantó con la intención de reflejar parte del legado de Jordania, su historia y su cultura, su construcción supuso un punto de inflexión y marcó el comienzo de una era de prosperidad y desarrollo, convirtiéndose en un lugar emblemático en el que política, economía y literatura se entrelazan. A pesar de la importancia de la construcción, su estilo siempre ha sido considerado sencillo.

El nombre escogido por Abdullah I, Raghadan, pretendía ser un buen presagio, una forma de buscar 'raghad' (que se puede traducir como una vida decente), haciendo de esta forma que su figura trajera esperanza y optimismo. En este lugar, el monarca se reunía con poetas y eruditos de la época, pero también se convirtió en refugio en tiempos complicados, siendo el destino de los árabes libres cuando surgían los problemas.

En el patio principal, las autoridades recibían a los visitantes, se celebraban fiestas nacionales o ceremonias especiales. Las escaleras que dirigen a la puerta principal, llevan hasta un vestíbulo que conduce a las distintas cámaras, de techos altos y puertas amplias, un diseño está inspirado en la arquitectura islámica. A pesar de la importancia histórica del enclave, es el Salón del Trono lo que más curiosidad despierta.

Tal vez porque sigue siendo un lugar de uso común para el actual monarca, es aquí donde Abdalá II recibe a los miembros de la realeza y los jefes de Estado. Sería normal que guardara un especial cariño a esta edificación, no solo por su belleza y su importancia histórica, también porque fue en sus jardines donde el actual monarca recibió a sus invitados tras su boda con Rania de Jordania. Un romántico enlace que tuvo lugar cuando ni siquiera tenía posibilidad de acceder al trono.

Un amor a primera vista que culminó en boda tan solo seis meses después de haber comenzado su relación. La novia, por aquel entonces una joven de apenas 22 años, destacó desde el primer momento por su belleza y sorprendió con un voluminoso vestido de novia firmado por el diseñador británico Bruce Oldfield, con bordados en oro y un largo velo que llevaba sujeto al original recogido que escogió para uno de los días más importantes de su vida.

La recepción se celebró en los jardines de Raghadan, pero el enlace tuvo lugar en otro de los palacios que forman parte de la Corte Real de Al-Maquar, concretamente en el palacio de Zahran, construido en 1957, y que también fue escenario de otra histórica unión, la de Hussein de Jordania en 1978, con quien sería su cuarta y útlima esposa, Noor, con quien Rania no se lleva del todo bien.

El de Zahran fue el tercero de los palacios que crecieron alrededor del principal, siendo el primero Al Qasr Al Sagheer, que se traduciría aproximadamente como el Palacio Pequeño, llamado así en comparación con el tamaño del palacio principal.

El siguiente fue el palacio de Basman, que se construyó por necesidad a causa de la expansión del Estado y de un aumento en el número de las instituciones. La parte trasera de este palacio fue destruida en 1967, pero reconstruida igual que era en origen. Consta de dos entradas, la principal y la secundaria, a la que se accede a través de una escalera de caracol frente a la que hay una hermosa fuente.

Desde su construcción, este complejo palaciego ha sido el hogar de los hachemitas, se ha convertido en símbolo de estabilidad, pero también ha sido testigo de algunas intrigas palaciegas. La última de ellas, el intento del hermano del monarca actual de quitarle el trono, según cuenta la versión oficial. Una maniobra que se pudo parar a tiempo.

Entre las muchas cualidades a destacar de Rania de Jordania, su gran estilo y saber estar son algunas de las más aplaudidas. Sus estilismos siempre son alabados, pero el hogar en el que vive no desmerece en absoluto y también es objeto de gran admiración, la Corte Real de Al-Maquar. Un complejo fundado alrededor del palacio de Raghadan, construido en 1926 y residencia del rey Abdullah I, convirtiéndose en el primer hogar hachemita en Amán.

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