Abdalá y Rania y su tour por el golfo Pérsico (y con quién no quieren reunirse)

Aunque la visita de Estado de los reyes Felipe y Letizia a Suecia capte casi toda nuestra atención, no es el único viaje royal que estamos teniendo estos días. Porque sus homólogos Abdalá y Rania de Jordania están de tour por el golfo Pérsico. De momento, han realizado dos paradas. La primera, en Baréin; la segunda, en Emiratos Árabes Unidos, concretamente en Abu Dabi, un lugar no exento de polémica, ya que hay una persona con la que los reyes hachemitas no quieren encontrarse. Y de momento, lo están consiguiendo, evitando así una situación más que incómoda.

Pero antes de darse esta posible situación, Abdalá y Rania aterrizaban este lunes en Baréin, donde eran recibidos a pie de pista por las autoridades. No faltó una ceremonia de bienvenida con flores para la reina, que agradeció el recibimiento muy emocionada, a través de sus redes sociales: "Mucho aprecio por Su Majestad el Rey Hamad bin Isa Al Khalifa, Su Alteza Real el Príncipe Heredero y Primer Ministro Salman bin Hamad Al Khalifa, y mi querida hermana SAR la Princesa Sabeeka bint Ibrahim Al Khalifa por su cálida y hospitalaria recepción en Manama hoy. Que Dios bendiga al Reino de Baréin", eran las palabras de Rania.

No es un tipo de viaje en el que Rania tenga agenda propia, por lo que es muy difícil que haya fotografías, a diferencia del rey Abdalá, de quien la prensa suele cubrir cada movimiento. Así que hemos tenido que recurrir a sus redes sociales para ver el look y comprobar que Rania nunca decepciona. Como es habitual cuando viaja a esta zona -sin ir más lejos, en su reciente viaje a Catar-, los elementos de su vestuario fueron los tejidos livianos y vaporosos, para soportar las altas temperaturas, y los diseños cerrados, sin enseñar brazos ni escote, respetando así las costumbres del país.

Su elección fue un vestido en color malva de la diseñadora Emilia Wickstead -una de las favoritas de Kate Middleton-, realizado en crepé, con el cuello cerrado y alto, largo midi y manga larga. Pero ya se sabe que Rania siempre suele dar a sus looks un toque diferente, una pequeña marca de la casa. En esta ocasión, fue un complemento que vemos últimamente mucho en los looks de la reina Letizia: un cinturón, en su caso ancho, de piel negra y con un nudo delantero. La pieza es de Loewe, y a diferencia del vestido, que se encuentra ya agotado, sí se puede adquirir en la página web de la firma española, a un precio de 890 euros.

Terminado el día en Baréin, Abdalá y Rania se trasladaban a Abu Dabi, la segunda parada de su viaje y más problemática. Allí fueron recibidos por el jeque Mohamed bin Zayed Al Nahyan, príncipe heredero de Abu Dabi y comandante supremo adjunto de las Fuerzas Armadas de los Emiratos Árabes Unidos, además de conocido en nuestro país por ser actualmente el anfitrión de don Juan Carlos en su exilio de oro en la zona. Y si alguien se pregunta por qué no los recibió el primer ministro de Emiratos, un cargo más o menos equivalente al del rey Abdalá, la respuesta es fácil: se trata de Mohamed bin Rashid Al Maktoum, exmarido de Haya, hermana del rey de Jordania.

Las relaciones personales entre las dos familias no son las mejores, desde luego. Desde hace más de dos años, entre Haya y el emir de Dubái se ha establecido una guerra judicial sin tregua, por un larguísimo proceso de divorcio en el que están peleando por la custodia de los dos hijos de la pareja y por la fortuna del jeque, valorada en 18.000 millones de doláres. Y durante este tiempo, el rey jordano se ha posicionado al lado de su hermana de forma evidente: poco después de su huida a Londres, creaba un puesto diplomático para ella que le garantizaba la inmunidad y, por tanto, evitaba que tuviera que volver a Dubái junto al que era su marido.

Así, no sabemos si ha sido una decisión diplomática o simple casualidad, pero el hecho de que el príncipe Mohamed bin Zayed Al Nahyan fuera el encargado de recibir a la pareja jornada a pie de pista en Abu Dabi y no el primer ministro de Emiratos ha sido la mejor forma de mantener intactas las relaciones diplomáticas, pero evitando un encuentro que no hubiera sido del todo agradable, especialmente para Abdalá, dado que a lo largo de este proceso judicial se ha llegado a numerosas conclusiones que indicaban que el emir de Dubái, desde luego, no era un marido idílico.

Algunas de estas conclusiones fueron que Mohamed bin Rashid Al Maktoum fue responsable del secuestro de dos de sus hijas, Shamsa y Latifa -que ya disfruta de una relativa libertad- o que el propio jeque había ordenado hackear los teléfonos y ordenadores de la princesa Haya. El juez que lleva todo este proceso no ha dudado en dar la razón en diversas ocasiones a Haya de Jordania, demostrando que sus temores por lo que su ex le pudiera hacer a ella o a sus hijos no eran infundados.

El proceso aún no ha terminado, ya que tienen que resolverse aún las demandas económicas de la princesa. Un motivo más que suficiente para que el primer ministro de Emiratos no haya compartido agenda con su excuñado.