Primera cita de Felipe y Letizia en Suecia: la recepción a la colectividad española del país

Primer acto oficial de los reyes Felipe y Letizia en Suecia, donde ya han dado el pistoletazo de salida a una agenda muy intensa y que compartirán a partir de este miércoles con la familia real sueca, que estará casi al completo -a excepción de la princesa Magdalena y Chris O´Neill- en algunas citas. Su primer compromiso ha sido en la Embajada de España en Estocolmo, donde han recibido a una representación de la colectividad española que vive en Suecia. Un lugar que volverá a tener gran protagonismo el jueves y que está lleno de recuerdos, también vinculados a la familia real española.

Los Reyes han querido dar comienzo a este viaje con esta cita, antes de empezar con la agenda y los actos reales, dada la importancia de la colectividad española en el país. El número de españoles que han emigrado a Suecia ha ido en aumento en los últimos años, aprovechando las oportunidades laborales, las condiciones de trabajo y los beneficios sociales de un mercado que roza el pleno empleo. Son casi 12.500 ciudadanos inscritos en el consulado y, de ellos, más de 12.000 son residentes con carácter permanente. Y lógicamente, don Felipe y doña Letizia no podía recibir a todos en la embajada, pero sí a una pequeña representación.

Algunos de los presentes en esta cita han sido representantes del Centro Español de Estocolmo, una organización centrada en actividades culturales y educativas; el Club Los Cronopios, vinculado a los exbrigadistas suecos; la Asociación de Científicos Españoles en Suecia, Asociación de Cultura y Lengua Española, Asociación de Españoles en Escania o Información para Españoles. A todos ellos ha dirigido el rey Felipe unas palabras de reconocimiento, especialmente por los esfuerzos que hacen por mantener los vínculos su país de nacimiento y por su adaptación al de adopción. Para muestra, un dato: la participación de la colectividad española en las elecciones generales supera el 20%.

A todos ellos ha querido mostrar su agradecimiento y dar ánimo, en un discurso en el que no han faltado notas personales, recordando sus anteriores pasos por la capital sueca junto a doña Letizia: "No es la primera vez que la Reina y yo visitamos este gran país, pero esta tiene indudablemente mayor relevancia y está cargada de especial significado y simbolismo. Ya en 2005 tuvimos la oportunidad de descubrir juntos Estocolmo. En aquella ocasión, no solo pudimos comprobar en persona el cariño que aquí existe por España, sino que además tuvimos el gran honor de inaugurar, junto a la princesa Victoria, la actual sede del Instituto Cervantes que, a través de la enseñanza de la lengua española, representa uno de los pilares fundamentales de nuestra relación bilateral. En 2010 tuvimos la alegría de volver para asistir a la boda de la princesa y el príncipe Daniel".

El look de la Reina

Muy esperado era este primer look de la reina Letizia en Suecia, el primero del enorme despliegue que se espera para estos días. Y quizá precisamente por no abusar de estrenos, para la cita en la embajada con la colectividad española ha decidido tirar de fondo de armario y reutilizar un vestido en color blanco roto, con manga larga y bajo asimétrico. A día de hoy, aún no se sabe la firma responsable de este diseño y pertenece a esa lista de looks de Letizia que aún ni las más expertas han conseguido identificar.

Tampoco los complementos eran nuevos. La reina Letizia ha optado por zapatos y cartera en piel, con efecto serpiente y tachuelas en ambos, para dar el contraste de color a su vestido, muy apropiado para el ambiente invernal que van a vivir estos días. Como siempre, no faltaba su anillo de Karen Hallam en su mano izquierda, además de unos pendientes extraídos del joyero real, quizá preludio del despliegue de joyas y tiaras que se espera este miércoles en la cena de gala, la cita más fastuosa de todas las de su agenda.

El escenario

También preludio de la cordialidad y cariño que veremos entre los reyes Felipe y Letizia y sus homólogos suecos es el lugar que los españoles han escogido para esta primera cita en el país nórdico, ya que tiene enormes vínculos tanto con la familia real española como con la sueca. De hecho, aunque su nombre oficial es Villa Byström, también se la conoce como Palacio del Príncipe Carl, ya que fue propiedad de uno de los hijos de Óscar II de Suecia, es decir, uno de los tío abuelos del actual monarca sueco.

El príncipe Carl tuvo que desprenderse de él por motivos económicos y fue Alfonso XIII quien ejerció de intermediario y lo compró para que pasase a propiedad del Estado español en la década de los años 20. Desde entonces, ha sido siempre la residencia del embajador español en el país. Unos de sus inquilinos más ilustres fueron Alfonso de Borbón -primo hermano del rey Juan Carlos- y Carmen Martínez-Bordiú, que vivieron en este emblemático lugar durante el primer año de su matrimonio, después de que, en 1969, el dictador Francisco Franco designara a su nieto político con este cargo diplomático.