Los Reyes, anfitriones de los Bernadotte en un palacete de Alfonso XIII

Último acto oficial de Felipe y Letizia en Suecia. Tras 48 horas de estancia en el país nórdico, la mayoría de ellas con actos organizados por Carlos Gustavo y Silvia, incluyendo una fastuosa cena de gala e interesantes citas, llegaba el momento de devolverles su hospitalidad, por lo que estaba prevista una recepción para ellos en el edificio de la embajada este jueves por la tarde, antes de la despedida. Aquí, en este palacio que pertenece al Estado español gracias a Alfonso XIII, los Reyes han ejercido de anfitriones de los Bernadotte, antes de poner punto y final a su visita de Estado.

Así, los Reyes han vuelto al mismo punto donde empezó todo: Villa Byström o Palacio del Príncipe Carl, esa residencia que perteneció al hermano del rey Gustavo V de Suecia, abuelo del actual monarca y que, gracias a la gestión que hizo Alfonso XIII, pudo comprarse para que pasara a pertenecer al Estado español y así solventar de alguna forma los problemas económicos que tenía la familia. Fue donde el pasado martes don Felipe y doña Letizia recibieron a una representación de la colectividad española, dando así el pistoletazo de salida a su agenda oficial en Suecia.

En la embajada, los Reyes han recibido a Garlos Gustavo y Silvia, además de la princesa heredera Victoria y su esposo Daniel y los príncipes Carlos Felipe y Sofía, con los que también compartían horas antes un almuerzo en el ayuntamiento de Estocolmo, además de uno privado el miércoles en el Palacio Real y, por supuesto, la cena de gala durante la noche. Minutos antes de este nuevo encuentro, don Felipe y doña Letizia recibían en el mismo lugar a la Asociación de Científicos Españoles en Suecia, con los que mantenían una pequeña reunión.

Y esta última cita con los Bernadotte ha servido de nuevo para ver un nuevo despligue de looks en este particular póquer de damas reales. De momento, la reina Letizia ha lucido un vestido en color azul plomo, con unos altísimos stilettos en color negro. Mientras, la reina Silvia optaba por un dos piezas en color gris, con chaqueta de encaje y volúmenes en las solapas. Pero eran Victoria de Suecia y su cuñada, la princesa Sofía, las que ponían la nota de originalidad con sus atuendos, mucho menos protocolarios que los de Letizia y Silvia.

Como en la cena de gala, la heredera ha seguido apostando por las flores, aunque esta vez con una combinación en blanco y negro, una apuesta siempre segura. Victoria ha lucido un look lady al más puro estilo años 50, con una falda estampada y un top en color negro, con manga larga, escote a pico y los hombros al descubierto. Un estilo al que la futura reina no nos tiene muy acostumbrados, pero que, como vemos, le sienta de maravilla.

A lo que sí estamos más acostumbrados es a que lleve el pelo recogido, como en este caso en un moño, ya que es como ella se siente más cómoda en todas las situaciones. Unos pendientes largos de brillantes y unos salones en color negro con los que hacía la competencia a la reina Letizia han rematado el estilismo.

Pero si Victoria sorprendió, su cuñada Sofía no se quedó atrás. Su elección para esta cita ha sido un vestido en color marrón chocolate y salpicado de pequeñas flores en color dorado, largo hasta los pies y que marcaba su silueta, solo seis meses después de dar a luz por tercera vez, especialmente gracias a los fruncidos que presentaba tanto en los laterales como en las mangas. Para completarlo, escogió zapatos y bolso en un marrón más claro, además de unos pendientes con una forma parecida a una hoja de roble.

Otra vez sin mascarilla

Tanto la reina Letizia y el rey Felipe como la familia real sueca han aparecido en esta Embajada de España sin mascarillas, resolviendo la duda que había hasta momentos antes. Aunque durante toda la jornada del miércoles y durante los actos matinales del jueves las mascarillas desaparecieron, no se sabía muy bien qué iba a pasar en esta recepción, ya que en el acto del martes que abría la agenda de los reyes en Suecia, sí llevaron protectores. Así que, aunque se han tenido que adaptar a la normativa sueca, que no solo no obliga a llevarla, sino que incluso la desaconseja, no se sabía muy bien si al estar en un edificio español podrían volver a llevarla.

Finalmente, no ha sido así, las cuatro parejas reales se han presentado con el rostro descubierto y preparados para hacer una fotografía histórica en esta última cita oficial de Felipe y Letizia en Suecia. Era el mejor broche de oro para una visita de Estado que quedará para el recuerdo.