Leonor, Elisabeth, Amalia y las tres formas de preparar a una heredera

Tres princesas, las tres jóvenes, las tres estudiantes y las tres llamadas a ocupar el trono de sus respectivos países. Hay muchas similitudes entre Leonor, Elisabeth y Amalia, pero entre ellas no está la forma en la que sus padres han querido que se preparen para ser herederas. Hay una gran diferencia, sin ir más lejos, en el caso de la heredera neerlandesa, que se estrenaba en sus obligaciones oficiales esta misma semana, o su homóloga belga, que se estrenaba a muy temprana edad. Y entre ellas, la situación intermedia de la Princesa de Asturias.

Hay que irse hasta el verano de 2006 para dar con el debut institucional de la princesa Elisabeth de Bélgica, convirtiéndose en la más precoz de las tres en estrenarse en público. Fue durante el Te Deum que cada año se celebra en la catedral de Bruselas con motivo del Día Nacional. Un año después, la veíamos en el concurso internacional de música Reina Isabel de Bélgica y en la presentación de la maqueta de la estación polar Princesa Isabel en el Palacio Real, aunque eran actos en los que acompañaba a sus padres y otros miembros de la familia real.

Su gran estreno como protagonista llegaba en 2011, con apenas 10 años. Fue la encargada de inaugurar el ala de pediatría en el hospital de Gante que lleva su nombre. Se estrenaba entonces también en el arte de hablar en público, con un pequeño discurso para la ocasión escrito por ella misma. Una cita que demostraba cómo sus padres, entonces príncipes herederos, tenían la intención de que su hija mayor se acostumbrara desde pequeña a la vida oficial. Por supuesto, también se la ha visto crecer, al participar en los diferentes posados familiares que se han concedido a la prensa a lo largo de los años.

Leonor de Borbón

La Princesa de Asturias tuvo su debut un poco más tarde, aunque también se la puede considerar ciertamente precoz. Como Elisabeth, Leonor de Borbón ha participado en posados familiares en Marivent, la hemos podido ver a través de las felicitaciones navideñas de la Casa Real o en salidas con sus padres para disfrutar del ocio que ofrece la capital española y que la prensa podía cubrir. Pero no se puede considerar que participara en un acto oficial hasta 2014, primero estando presente en la abdicación del rey Juan Carlos y posterior entronización de don Felipe, y después asistiendo cada año -salvo este 2021 por su estancia en el UWC de Gales- a las celebraciones del Día Nacional.

Hubo que esperar hasta 2018 para que hiciera su debut como gran protagonista, cuando leyó en público un artículo de la Constitución, con motivo de su 40º aniversario. Supuso el pistoletazo de salida para que arrancara a lo grande su agenda institucional. Llegarían después los Premios Fundación Princesa de Girona y los Premios Princesa de Asturias, quizá la cita más significativa de su agenda, en los que se estrenaba a la misma edad que lo hacía su padre décadas antes y por primera vez con un discurso propio, marcando un antes y un después en su camino al trono.

Pero si un año ha marcado la preparación de la princesa Leonor ha sido este 2021, en el que ha afrontado, por un lado, su primer acto completamente en solitario, con motivo del 30º aniversario del Instituto Cervantes. Meses después, la veíamos en otra importante cita igual de importante junto a la infanta Sofía: era la primera vez en la que las dos hermanas aparecían en público sin la compañía de los Reyes. En resumen, siete años en los que Leonor ha ido adquiriendo, siempre con la supervisión de sus padres, la soltura para hablar y presentarse ante el público, como parte de su formación como reina.

El caso de Amalia de Holanda es muy diferente al de las otras dos princesas. Desde que naciera, los reyes Guillermo y Máxima tenían claro que su hija tenía que tener una infancia y adolescencia normales -dentro de lo que supone nacer dentro de una familia real-, así que sus apariciones públicas se han limitado a los posados de los Orange, bien en verano, bien durante sus vacaciones de invierno. Y además, en su caso, tampoco ha habido ocasión de verla disfrutando de salidas privadas junto a sus padres, puesto que los reyes de los Países Bajos establecen una línea muy clara entre lo que consideran privado y lo que consideran público.

El primer acto oficial en el que participaba Amalia era este miércoles, ya habiendo cumplido los 18 años, mucho más tarde de lo que lo hicieron Leonor y Elisabeth. Y además, en esa misma cita, se dejó claro que no había intención de que haya continuidad en esta nueva etapa institucional. La idea es que se centre completamente en sus estudios y no asuma ninguna obligación hasta dentro de unos años, lo que también ha llevado a la heredera a renunciar a la asignación oficial que le hubiera correspondido al cumplir la mayoría de edad.

Este detalle es algo que también la distingue de la princesa española y la princesa belga. Aunque ambas están estudiando en Reino Unido, tanto una Casa Real como otra matizaban al anunciar la decisión de estudiar en el extranjero que lo compaginarían con sus obligaciones oficiales siempre que se pudiera.