Marruecos, cerrado a cal y canto por ómicron excepto para un gran amigo de Mohamed VI

Marruecos cerró a cal y canto su espacio aéreo el 29 de noviembre. Se suspendieron todos los vuelos internacionales, por lo menos hasta el 31 de diciembre, en un intento de proteger al país de la nueva variante del covid, la ómicron. Ni siquiera los marroquíes de viaje por el extranjero pueden regresar a sus casas. Las fronteras terrestres también permanecen cerradas.

Solo uno ha podido volver, el 8 de diciembre, en un avión de la fuerza aérea que despegó de Colonia (Alemania) rumbo a Marruecos: Ottman Azaitar, uno de los tres hermanos germano-marroquíes dedicados al boxeo y a las artes marciales, con los que el rey de Marruecos, Mohamed VI, de 58 años, formó prácticamente una nueva familia un mes después de separarse de su esposa, la princesa Lalla Salma, en marzo de 2018.

Esta información sobre el vuelo desde Colonia y otras muchas más sobre los negocios y abusos de la fratría de los Azaitar fueron publicadas el pasado fin de semana en un blog en el que escriben los suscriptores del diario digital francés 'Médiapart'. Lo firma Fabrice M. Sauvage, que se presenta como “politólogo y periodista de investigación”, pero no se le conoce en ninguno de esos dos círculos. Se trata, probablemente, de un seudónimo.

El misterioso autor, muy bien informado, de un blog urge veladamente al rey de Marruecos a desprenderse de sus amistades peligrosas porque ponen en riesgo la monarquía

El artículo, una larga diatriba contra esos tres amigos del soberano alauí, fue reproducido horas después por periódicos afines a las autoridades de Marruecos como 'Barlamane', que dirige Mohamed Khabachi, exdirector de la agencia de prensa oficial marroquí (MAP) y exresponsable de la comunicación del Ministerio del Interior. 'Barlamane' omite precisar que el artículo fue publicado en un blog ajeno a la redacción de 'Médiapart'. Tampoco se pregunta quién es su autor, que tanto parece saber del rey y de sus amistades.

Sabe no solo que Ottman Azaitar gozó de un trato privilegiado, y por eso pudo regresar a Marruecos, sino que los tres hermanos están haciendo obras en unos locales comerciales de su propiedad en el puerto deportivo de Salé, junto a Rabat, sin esperar a obtener la autorización preceptiva. Sabe además que el 1 de diciembre falleció su abuela y la enterraron en el cementerio Marchan de Tánger, en el que están prohibidas las inhumaciones desde 2012.

Estos son los escándalos más recientes protagonizados por los Azaitar, pero hay otros muchos, ya conocidos, que el autor recuerda al tiempo que se indigna ante “la exhibición de sus múltiples propiedades y regalos excesivamente lujosos”. “Instrumentalizan la generosidad real”, les reprocha, dando a entender así que los automóviles y relojes de alta gama que ostentan en las fotografías que suben a las redes sociales son obsequios de Mohamed VI.

Cómo se fraguó su amistad

El monarca recibió, el 20 de abril de 2018, a Abu Bakr, Ottman y Omar Azaitar, de origen marroquí, pero nacidos y criados en Colonia, en el Palacio Real de Rabat para felicitarles por sus éxitos en las competiciones de artes marciales. Ahí se fraguó una amistad, sobre todo con Abu Bakr, que ha llevado a Mohamed VI a marcharse de vacaciones con ellos -a las islas Seychelles y a navegar por el Mediterráneo en el yate 'Al Lusial'- y a hospedarles durante meses en sus palacios reales. En Dar el-Makhzen, el de Fez, han pasado gran parte de este año.

El autor del artículo sostiene incluso que los hermanos son “unos tiranos que han tomado el poder a la fuerza”. Tienen la pretensión de “apoderarse del rey”. “Han adquirido una autoridad ilimitada y la ejercen de manera absoluta y opresiva”. Es un “asunto de Estado porque la inacción de los agentes administrativos y de los políticos en puestos de responsabilidad causa un perjuicio a Marruecos”, añade olvidándose de que el poder ejecutivo, en Rabat, está en manos del soberano. Solo él podría poner freno a los desmanes de sus amigos.

"Clima nocivo y pernicioso"

Para el misterioso autor del blog “se ha instalado en Marruecos un clima nocivo y pernicioso”. Es cierto que las élites del país sí conocen y comentan atónitas los posts de los Azaitar en las redes sociales. Se muestran ufanos de su relación con el monarca. “Aquello que es de ámbito privado [la amistad] no puede ser expuesto a ojos de la población porque así se corre el riesgo de romper el contrato que existe desde hace 12 siglos entre los reyes de Marruecos y cada uno de sus sujetos”, advierte el articulista. Es decir, que la amistad de Mohamed VI con la fratría germano-marroquí pone en peligro la monarquía.

El artículo del blog parece situarse en la misma línea de los que fueron publicados en primavera por, entre otros, 'Barlamane' y 'Hespress', el diario digital más leído de Marruecos. El estilo se asemeja incluso al publicado por 'Hespress' el 1 de mayo cuya versión original fue redactada en francés y después traducida al árabe.

Esas embestidas contra los amigos de Mohamed VI son probablemente alentadas por los más estrechos colaboradores del monarca, responsables de seguridad y consejeros reales, para incitarle a deshacerse de los Azaitar, a los que consideran “tóxicos”. En primavera lo hicieron a través de la prensa marroquí, pero no dio resultados. Por eso ahora han recurrido subrepticiamente a un medio extranjero que después reproduce la prensa marroquí.

El medio elegido es más bien crítico con las autoridades de Marruecos. Edwy Plenel, director de 'Médiapart', es una de las víctimas de Pegasus, el programa malicioso fabricado por la empresa israelí NSO con el que se ha espiado a miles de políticos, activistas y periodistas a través del mundo entero. Los periodistas franceses cuyos móviles fueron infectados con ese virus sospechan que fue introducido por los servicios secretos de Marruecos, algo que Rabat desmiente. Han denunciado el espionaje ante la Fiscalía de París.

En la lista de los marroquíes espiados con Pegasus, desvelada en julio por los medios de comunicación que integran la asociación Forbidden Stories, figuraba el propio teléfono de Mohamed VI. La explicación más plausible es que los servicios de seguridad marroquíes querían saberlo todo de su relación con los Azaitar para impedir cualquier desmán que pudiera dañar aún más a la institución monárquica.